Un estreno que pasó desapercibido en los servicios de streaming fue Tales of the jedi (Historias de los jedi) de Disney+, seis episodios con una duración de 15 minutos cada uno, tal vez 13 quitando los créditos, que transportan al espectador a los tiempos de la segunda trilogía de la saga de Star Wars (Guerra de las Galaxias), es decir los Episodios I, II y III; pero con la visión de personajes que pudieron dar más en estas tres cintas, como son: el maestro Mace Windu, el Conde Dooku y mi favorito personal, Qui Gon Jinn.
Sin afán de adelantar o arruinar la experiencia, si es que decide ver la serie lector o lectora, la trama es interesante, cuando se centra en el credo y actuar de los jedi en asuntos políticos, misma que trata de apegarse a una fantasía de la lucha por el inocente y el pueblo y la defensa de las altas esferas de toma decisiones en los gobiernos, en este caso la República y el Senado Galáctico; el enfrentamiento de tradiciones y credo de una orden como la de los jedi al enfrentar la realidad de una galaxia que, aunque no lo crean, padece y sufre carencias por el actuar de sus gobernantes.
Le llaman ciencia ficción, a la serie no a la política (esta última desgraciadamente es real y necesaria), pero, parece tan real por esa dualidad inherente en cada ser humano, wookie, ewok, además de las millones de razas en la galaxia, entre el bien y el mal; lo que lleva a cuestionarse, dónde se delimita la línea entre ambas, existe acaso un área gris entre ellas, y más importante aún, cuándo se cruza, así la conciencia del acto, sabemos si cruzamos ese límite.
Con un poco de metafísica para principiantes podríamos afirmar que la decisión y punto de vista sobre cruzar la línea entre el bien y el mal sólo la puede poner la persona que se cuestiona el hecho, es decir, cada persona es la única de juzgar su actuar; pero, para eso existen reglas, leyes, lo que permite mantener ese extraño ente que llamamos sociedad, que nos persigue desde tiempos inmemoriales, la sana convivencia con nuestros pares es el objetivo, pero también genera desigualdad, inequidad, riqueza y pobreza (esto no sólo en ámbito económico sino en general); como descubren nuestros protagonistas, le llaman envidia, apego, miedo… lo que dicen lleva al lado oscuro.
Parece el preámbulo de una tragedia griega, en cierto punto lo es, pero siendo realistas qué relato no tiene esa base, la denominada forja del héroe; sin embargo, como todo producto de entretenimiento, tiene muchos aciertos; por un lado satisface a los fanáticos de la segunda trilogía al retomar a personajes de las películas, regresar un poco atrás para vivir los cambios de cada uno, su evolución, lo que los formó hasta que llegaron a la pantalla grande; llena algunos huecos de la historia reciente de la saga, para quienes disfrutan de series animadas como Clone Wars, The Bad Batch, entre otras; además de las peleas con sable de luz, nada como escuchar esos efectos para saber que algo bueno está pasando en el universo de la Guerra de las Galaxias.
Teodoro Santos