La falta de agua en Nuevo León, y en particular en el AMM, parece haber pasado a un segundo plano. Las manifestaciones que se vieron en algunas fechas de 2022 y en 2023 por la carencia del líquido en los hogares no se observan ahora en esa magnitud. Las lluvias han ayudado en ese sentido.
Las aguas que trajo la tormenta tropical “Alberto” y las lluvias posteriores han cambiado ese escenario. Ahora hay agua en abundancia. Y eso se puede reflejar en el agua que almacenan las presas de la región, y de las cuales se abastece a la población del AMM. A la fecha esos embalses tienen los siguientes datos: La Boca 98 %; El Cuchillo 91%; Cerro Prieto 108%. Cifras redondeadas. (https://sinav30.conagua.gob.mx:8080/Presas/ ). En ese sentido, hay razones por el momento para no pensar en la falta de agua. Por lo menos, como se dijo, no se observan manifestaciones como las acontecidas en 2022 y 2023 por la demanda de agua potable.
Una de las medidas adoptadas por las autoridades ante la falta de agua, en aquellos años, es la incidencia en la población para bajar los consumos de agua: la campaña denominada “ciudadanos de 100”. Esto era, bajar los consumos a 100 litros diarios por persona. Y terminar con los derroches del recurso. Al respecto, si bien no se ha llegado a ese número, algunos datos señalan que del 2022 al 2023 hubo algunas mejoras en el consumo de agua por parte de la población. En ese sentido se menciona que en el estado el consumo bajó 13 por ciento en 2023; ahora los datos son: Monterrey, 138 l/h/d (litros por habitante por día), San Pedro, 217 l/h/d; Santiago, 150 l/h/d; San Nicolás, 120 l/h/d; Guadalupe, 126 l/h/d; Santa Catarina, 119 l/h/d. Todos menores que en 2022. Otros municipios mostraban consumos inferiores a 100 l/h/d (con datos de SADM, 8 de julio de 2024).
Ante la denominada crisis del agua de 2022, se menciona, se impactó el statu quo que la comunidad tenía sobre el uso del agua (SADM, 2023). En este contexto se circunscribe dicha campaña lanzada en septiembre de ese año. Es posible que los datos que se presentan arriba obedezcan a esas medidas adoptadas. En ese sentido puede ser un aliento que con acciones de política pública y la cooperación (participación) de la sociedad se puedan lograr avances en el buen uso del agua. Y esperemos sea en beneficio de las personas que menos tienen, quienes por lo regular son las que padecen más de la falta de agua potable. Resulta paradójico que, con abundancia de agua, durante y después de la tormenta “Alberto”, algunos sectores de Santa Catarina se quedaran sin agua potable por varias semanas, porque la corriente dañó (y “expuso”) un ducto que “atraviesa” por el río Santa Catarina y que transporta agua para surtir al municipio. Es conocido que ante fenómenos meteorológicos de tal magnitud, el río Santa Catarina se inunda.
Por lo pronto, con la abundancia de agua, los turistas del AMM han comenzado de nuevo a salir a recrearse a las presas de la región y sobre todo a la presa La Boca. Medios locales han registrado, sin embargo, otro problema: la contaminación. Por la basura que en parte dejan los visitantes en dicho embalse. Como una muestra se menciona la recolección de 300 toneladas de basura de dicha presa; cantidad recolectada en 10 horas de labores.
Un problema que también repercute en la falta de agua. No solo la ausencia de las lluvias ante las sequías recurrentes que se presentan en la región. De ahí lo importante de hacer conciencia del buen uso del agua y de la no contaminación del agua de las fuentes de abasto. Hoy hay abundancia, mañana no sabemos, y eso lo tenemos que internalizar. Abundancia y escasez son dos elementos que se pueden presentar en esta región. Hay que administrar bien una y otra.
Jesús Frausto Ortega
Coordinador de la Especialidad en Gestión del Agua | El Colegio de la Frontera Norte-Unidad Monterrey