Hace aproximadamente cinco meses, los candidatos a presidentes Mónica Villarreal Anaya de Tampico, Armando Martínez Manríquez de Altamira, y Erasmo González Robledo de Ciudad Madero, firmaron lo que llamaron un “Pacto por el Sur”, en donde se comprometían a destinar esfuerzos y recursos para hacer frente a temas hídricos, de movilidad y seguridad.
En los primeros 15 días de las tres administraciones, principalmente en la administración de Tampico, la recurrencia del concepto "pacto" es usual, sin que hasta el momento hayan dado a conocer “cómo” van a alcanzar los objetivos comunes.
Llamó poderosamente la atención que hayan difundido una información oficial en donde señalaban que “los municipios del sur tamaulipeco comparten por vez primera en su historia, la ideología del gobierno del Estado y la Federación”.
Es natural que los gobiernos municipales busquen una alineación en términos de políticas y estrategias con los gobiernos estatal y federal, ya que eso facilita la ejecución de programas y la obtención de recursos.
Esto puede ser visto como un esfuerzo de sincronización administrativa.
Si bien es importante que las administraciones trabajen de manera coordinada, el uso del término "ideología" puede ser problemático.
Los gobiernos, en principio, deberían estar enfocados en la gestión pública y la implementación de políticas que beneficien a todos los ciudadanos, independientemente de su postura ideológica.
Los gobiernos locales representan a una población diversa, con ciudadanos de diferentes posturas ideológicas.
El hecho de alinearse abiertamente con una "ideología" específica podría percibirse como una falta de neutralidad y podría alienar a aquellos ciudadanos que no comparten esa ideología.
La administración pública debería enfocarse en mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos sin importar su orientación ideológica.
El uso de la palabra "ideología" podría desviar la atención del propósito principal de un gobierno local: proveer servicios públicos y crear un entorno favorable para el desarrollo social y económico.
Sería más productivo para las administraciones municipales de Tampico, Madero y Altamira hablar en términos de proyectos concretos, políticas públicas y resultados, en lugar de utilizar el término "ideología", que tiene una connotación más partidista.