Deberle el empleo al patrón

Ciudad de México /

Algunos empresarios están convencidos de que los trabajadores deben estarles “agradecidos” por tener trabajo. Y de que, de no ser por su magnanimidad, inteligencia y astucia, los trabajadores yacerían en la calle sin sustento.

La realidad sin embargo es muy distinta.

La empresa requiere de sus trabajadores para producir y generar valor. No hay tal cosa como empresa sin empleados. Los empleadores deben estar agradecidos con los trabajadores pues éstos dedican su tiempo y talentos al éxito de la empresa que ellos comandan. Los empresarios también ponen su parte.

Sin embargo, en un país como México, donde la distribución de ganancias entre el empresario y el empleado es tan desigual y regularmente favorecedora para el primero, si se tuviera que escoger a quién debe estar más agradecido con quién, sin duda sería el primero.

Ahora bien, hay quien piensa que el mérito del empresario es tener el capital para abrir una empresa. El problema es que no es así.

En un país tan desigual como México, el capital en gran medida viene de haber nacido en la cuna correcta. En una donde el papá ya era empresario o donde se estaba rodeado del dinero para levantar capital entre amigos y familiares. En México, el 80% del capital es poseído por 3 millones de familias. Si no se nació en ese lugar o cerca de ellos, es prácticamente imposible convertirse en empresario.

Debo decir que no conozco un solo empresario de alto nivel y exitoso que no comprenda la importancia crítica del trabajador para su empresa y que el éxito de su negocio depende de su gente. Esta es una realidad.

Quienes suelen no comprenderlo son empresarios de visión más corta. Son éstos los que se engolosinan diciendo que es “su mérito” haber tenido el dinero para abrir una empresa, o se jactan de que ellos asumen “el riesgo” de ser empresarios.

Es verdad que el empresario está arriesgando su dinero, pero eso no significa que el trabajador no incurra en riesgos tampoco. Trabajar es apostar tu tiempo, esfuerzo y talento en el crecimiento de una empresa y por tanto es arriesgar tus años productivos en ella.

Las empresas exitosas lo son, no solo por las decisiones que toma el empresario en soledad, sino sobre todo por las que toman sus empleados. Como ha mostrado la Enafin, en el 75% de los casos, las principales decisiones de la empresa no las toma el fundador, socio mayoritario o presidente del consejo, sino empleados que ocupan puestos directivos, gerenciales o miembros del consejo. La empresa es exitosa por su gente, no por quien puso el dinero.


  • Viri Ríos
  • viridiana.rios@milenio.com
  • Política pública con datos. Autora de @NoEsNormalLibro. Podcast #PoliticaYOtrosDatos. Enseño en @HarvardSummer. Harvard Ph.D. / Escribe todos los lunes su columna No es normal
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