Con voz dúctil, António Zambujo, uno de los representantes más destacados de la música portuguesa desde hace varios años, afirma: “Me gustan los cantantes que cantan como si no estuvieran cantando. Es decir, que lo más importante para ellos no es el exhibicionismo de la voz, sino lo que se transmite con ella”. De ahí que entre los músicos favoritos del cantante, que se presentará el 5 de noviembre en el Teatro de la Ciudad como parte del Festival de Fado, figuren Chet Baker, Joao Gilberto, Caetano Veloso, Chico Buarque o Chavela Vargas, voces que transmiten.
Zambujo empezó a mostrar su talento a los 16 años al ganar un concurso de fado en Beja, su ciudad natal. En 2002 editó su primer disco, O Mesmo Fado, al que se han agregado otros álbumes que lo han convertido en una figura de talla internacional, como es el caso de Até Pensei que Fosse Minha, grabación en homenaje a Chico Buarque, donde muestra su afinidad por la música brasileña.
En nuestros días, dice el intérprete de fado, “el arte en general tiene un papel muy vasto: el de denunciar y alertar, pero también de embellecer; de enseñarte la realidad, pero que es posible alcanzar algo mejor que lo que tenemos. Lo más importante que me ha brindado el fado es la conexión con los poetas. Esta música es la forma más sencilla de hacer llegar la poesía a la gente. Quienes no leían a los grandes poetas empezaron a conocerlos gracias a Amália Rodrigues, por ejemplo. Lo más importante es como este género valora la palabra, aunque también la música debe tener un valor, un poder para llegarle a la gente, incluso a quienes no entienden el portugués”.
Aunque no es un género comercial, agrega el intérprete, “el fado durará muchas más vidas. No hay que conformarse sólo con las exigencias del mercado; el arte no se puede calificar o cuantificar sólo por eso. Actualmente hay muchísimos jóvenes fadistas, muchísimos guitarristas. Hoy mucho más músicos que están haciendo fado y lo hacen muy bien, por eso esta música tiene un futuro asegurado”.
Joao Gilberto,
el gran modelo
António Zambujo se muestra orgulloso por el hecho de que su voz obtuvo el reconocimiento de su ídolo Joao Gilberto. “Dijo que estaba haciendo en la música portuguesa algo parecido a lo que había hecho él con la brasileña. Yo siempre he querido ser como Joao Gilberto”.