Entre 20 o 30 francotiradores para distintas corporaciones federales son capacitados por el Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército mexicano con la finalidad de dar apoyo en operaciones de alto impacto en diferentes zonas del país.
En las instalaciones de Temamatla, Estado de México, el capitán Christopher Cabrera comenta que cada medio año alrededor de 12 tiradores se gradúan de este curso, que se imparte tanto a personal militar como a agentes de operaciones especiales de la Secretaría de Marina o la Fuerza Especial de Reacción e Intervención de la Guardia Nacional.
Mientras el mando militar dirige un ejercicio de “tiro con estrés”, diseñado para que los elementos se adapten a cualquier situación crítica durante una misión, comenta que se requieren características específicas de los elementos que pretenden aplicar para el curso, el cual dura más de cinco meses.
“Regularmente se están graduando alrededor de 12 elementos por curso, toda vez que durante las distintas etapas del curso hay evaluaciones en las cuales no tienen la capacidad suficiente para llevar a cabo los disparos y entonces por lógica no cumplen con las condiciones para ser francotiradores.
“Por eso necesitamos tener elementos que ya tengan una preparación previa porque necesitan tener la fortaleza mental y la fortaleza física, y aún así aquí en el centro de adiestramiento durante el curso de francotirador se le sigue implementando para que sus habilidades físicas sigan creciendo”, dijo el capitán.
En un amplio campo de terracería, un par de elementos del equipo élite del Ejército realiza una demostración de lo que trata el ejercicio de “tiro con estrés”, en el cual ponen aprueba la resistencia física, tanto por la temperatura como el terreno.
Esto con la finalidad de hacer la actividad lo más compleja posible para los uniformados, ya que no todas las misiones implicarán realizar tiros en condiciones de “comodidad”.
“Esto nos ayuda a adquirir mayor habilidad para poder desempeñar un trabajo más eficiente en operaciones más reales en donde no siempre va a haber una situación donde va a poder completamente tendido en una posición cómoda, por lo tanto aquí agarra un habilidades para poder desempeñar buenos disparos de precisión”, señaló el instructor.
A lo largo de los más de cinco meses que dura el programa de adiestramiento, los aspirantes aprender a utilizar cuatro tipos de armamento, tales son el Remington 700, el M110, el Accuracy AX308 y el fusil Barret.
Éste último es empleado contra objetos de mayor fortaleza y en los años recientes ha sido también utilizado por grupos de la delincuencia organizada.
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Con algunos de estos rifles, los uniformados que participan en este curso practican a distancias de tiro de hasta 800 metros, para representar de la manera más realista posible diversas circunstancias de una misión.
En el caso del curso, se trata de 23 semanas en las que se les exige tanto física como mentalmente a los soldados para que puedan desarrollar las capacidades necesarias para participar en misiones que requieren de horas de vigilancia en territorios y climas complejos sin ser detectados.
“Requiere mucha disciplina, paciencia para estar completamente inmóvil en determinado tiempo con la finalidad de no ser visto, toda vez que el uniforme en si nos da la capacidad de poder ocultarnos únicamente de las vistas”, añadió el capitán Cabrera.
Uno de los francotiradores con mayor experiencia es el sargento Cruz, quien cuenta con 22 años de carrera militar, 15 de estos en el Cuerpo de Fuerzas Especiales.
Él sostuvo que aplicó para este curso con el fin de crecer dentro de las fuerzas armadas y contar con una mejor preparación para las misiones en el ámbito castrense.
Después de realizar una demostración de tiros de precisión, el sargento afirma que el curso no es para cualquiera y que para graduarse se debe tener la determinación de someterse a situaciones complejas para realizar un disparo preciso.
“El curso para mí fue un poco complicado porque es muy pesado, se requiere de mucho esfuerzo, lleva uno muchas actividades las cuales nos llevan a pasar hambre, frío, calor y por lo tanto si se hace un poco complicado el poder culminarlo. No cualquiera lo puede llegar a concluir el curso por las actividades que conlleva.
“Hay que tener esa decisión de poder someterse a cualquier situación difícil que se pueda presentar posteriormente hay que mantenerse fuertes, tener habilidades que se vayan desarrollando en uno mismo y poder obtener buenos conocimientos como un francotirador”, sostuvo.
EHR