Con un segmento óseo, Inmegen busca identificar restos humanos hasta en 30 minutos

Los profesionales que identificarán los segmentos de restos humanos fueron capacitados en el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck

(Especial)
Blanca Valadez
Ciudad de México /

Un segmento milimétrico de hueso pulverizado, de preferencia de la clavícula, del fémur o bien de la pulpa dental, será suficiente para obtener el ADN para identificar, con nombre y apellido, a los más de 52 mil desaparecidos y cuyos restos, posiblemente, fueron rescatados de las fosas clandestinas localizadas a lo largo del país.

En el Laboratorio de Identificación Humana, creado en el segundo piso del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) y por iniciativa de la Secretaría de Gobernación, se pretende “resolver la grave crisis forense” en torno a la gran cantidad de restos óseos de personas desaparecidas, sin identidad, desde la década de los sesenta hasta la actualidad, explicó Alfredo Hidalgo, investigador y encargado del proyecto implementado por el gobierno federal.

(Jorge González / Milenio)

Se trata de un laboratorio certificado e integrado con la más alta tecnología para “llevar a cabo los procesos de identificación de muestras complejas por haber estado expuestas al medio ambiente, al fuego, a diversos contaminantes, incluso, al paso de los años que han dificultado su identificación con los métodos (forenses) tradicionales ”.

Hidalgo comentó que la Secretaría de Gobernación les encomendó analizar las muestras más complejas y las cuales, por cuestiones técnicas de las fiscalías, se quedaron sin identificación por el grado de degradación, maltrato y por ser fragmentos pequeños.

“El antropólogo forense, por lo que me han explicado los expertos de la Comisión Nacional de Búsqueda, cuando encuentran una fosa clandestina en donde hay distintos cuerpos, pues tienen que partir de ciertas premisas. Hay piezas únicas en el esqueleto humano. Si en la fosa hay 15 cráneos, había 15 personas ahí. Pero ellos están entrenados para identificar las muestras más adecuadas para mandarla al análisis genético”, aseveró.
“Y aquí entramos nosotros al sistema proveyendo un laboratorio que puede utilizar otro tipo de marcadores genéticos, de extracción de ácidos nucleicos que permitan obtener suficiente material de un hueso muy pequeño (porciones milimétricas) o muy maltratado, para lograr una identificación genética positiva”, explicó en entrevista con MILENIO el especialista.
(EFE)

Los profesionales que se encargarán del procedimiento de identificación de los segmentos de los restos humanos fueron capacitados en el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, por Walther Parson y su equipo de trabajo dedicado a la identificación humana en el contexto de procedimientos judiciales.

“Entre los casos que desean esclarecer, por ejemplo, podrían estar los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Fue uno de los casos que se enviaron a Innsbruck para su identificación y es donde nosotros potencialmente podríamos tener una incidencia”, aseveró Hidalgo.

También comentó que “la Secretaría de Gobernación tiene un programa de los desaparecidos de la Guerra Sucia. Entonces, sí podríamos recibir muestras que provienen de los 60 y 70, hasta casos más recientes originados por el narco”, añadió.

“Las muestras vienen en un material de papel de estraza, en bolsa sellada y con sellos de las firmas de la cadena de custodia. Cada vez que cambia de manos, se registra quién lo tiene o quién lo trabajó y potencialmente ahí vienen los fragmentos óseos, algunos serán únicamente gramos”.

El Inmegen, además, paralelamente, tiene la capacidad de configurar una base de datos de los familiares que buscan a sus seres queridos y, con ello, comparar los resultados con los perfiles genéticos obtenidos de los restos óseos.

(Jorge González / Milenio)

Labor de equipo que extraerá ADN

El protocolo a aplicar a un segmento de hueso, desde antes de llegar al laboratorio es formar una cadena de custodia, metiéndolo a un centro de almacenamiento donde se registra la muestra y se sacan fotografías.

El equipo capacitado limpiará la muestra ósea ya que muchos restos están saturados de bacterias, hongos, de tierra, de sustancias diversas como ácido, incluso, algunos están casi carbonizados, posteriormente los desclasifica (puede haber restos empalmados de personas distintas), los corta con segueta, en caso de ser necesario, o con algún elemento, para extraer pequeños extractos claves para extraer el ADN y lograr un perfil genético exitoso, detalló Hidalgo.

Si bien el segundo piso, donde se encuentra el laboratorio, está aún en obra, Milenio tuvo la oportunidad de conocer las máquinas y algunos de los especialistas que extraerán el ADN a partir de lo que les envíen, huesos con alto contenido de células como clavícula o la cabeza del fémur.

“En nuestra área de pulverización y descontaminación de las muestras, básicamente, es donde llevamos a cabo la primera etapa del procesamiento de los restos óseos. Como son muestras que vienen contaminadas porque salen de fosas, lo que hacemos es una descontaminación química con sustancias como cloro, etanol y agua, todo esto para remover los contaminantes o las moléculas que podrían inhibir la extracción del ADN”, comentó una de las integrantes capacitadas del equipo de identificación humana que, por seguridad, decidió mantener bajo anonimato su nombre.

Lograda la descontaminación, los especialistas se valen de una campana de extracción donde cortan aún más los fragmentos de hueso (quedan de un tamaño máximo de 2 centímetros), los cuales, posteriormente, pasan por un molino para ser pulverizados y obtener “un polvito bastante fino” que servirá para que aparatos sofisticados adquiridos recuperen el ADN.

(Ariana Pérez / Milenio)
“En el área de ácidos nucleicos tenemos diferentes protocolos que nos van a permitir obtener el ADN y otros componentes que pueda tener el hueso como proteínas, Tenemos un extractor automatizado de ADN y también efectuamos protocolos manuales. Evaluamos cuánto ADN obtuvimos para determinar si es suficiente para obtener un perfil genético y, en caso de que no sea suficiente, porque está muy degradado, se opta por otros métodos de extracción de ADN”, dijo la experta.

Los equipos contienen reactivos, generan varias copias del material previamente pulverizado para repetir el procedimiento en caso de ser necesario.

Si se cuenta con suficiente ADN, los resultados se obtendrán en 30 minutos a través de dichos extractores automatizados. “Hacemos la secuenciación de esos fragmentos de ADN y finalmente se obtiene el perfil genético”, explicó.

Todo procedimiento debe ser estrictamente evaluado y certificado por los genetistas forenses, autoridades de la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional de Búsqueda, por Derechos Humanos.

Alfredo Hidalgo, encargado del proyecto, aclaró que aunque cuentan con los equipos más sofisticados, habrá casos en los que “no se pueda llegar a una identificación, desafortunadamente, porque hay casos en las que las muestras son tan poquitas o es tan poco el material a analizar que ni con esta tecnología se logrará la identificación correspondiente”.

(EFE)

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