De 2007 a 2021, programa de búsqueda de migrantes desaparecidos atendió más de mil 200 casos

Personas centroamericanas conforman el 71% de los desaparecidos, 86% con edades entre los 18 y 59 años, 74% hombres, y 96% con su lugar de destino en Estados Unidos.

El reporte indica que el 96 por ciento con su lugar de destino en Estados Unidos. (Especial)
Sandra Rojas
Ciudad de México /

El Servicio Jesuita a Migrantes México (SJM-México) presentó su “Informe sobre Desaparición de Personas Migrantes en México”, donde da a conocer los resultados de su Programa de Búsqueda de Personas Migrantes Desaparecidas (PBPMD), el cual atendió mil 280 casos de 2007 a 2021, siendo los años 2018, 2019 y 2021 los que registraron mayor número de solicitudes.

El perfil de las personas desaparecidas destaca que 71 por ciento son centroamericanos, seguidos de mexicanos (22 por ciento) y sudamericanos (7 por ciento); el 86 por ciento con edades entre los 18 y 59 años; 74 por ciento hombres, y 96 por ciento con su lugar de destino en Estados Unidos.

En cuanto a los lugares desde donde se realizaron las solicitudes, en su mayoría por parte de familiares y amigos, el informe resalta que 28 por ciento fueron hechas desde Estados Unidos, seguido de México (24 por ciento), Nicaragua y Honduras (13 por ciento), Guatemala (11 por ciento) y 5 por ciento desde El Salvador. Mientras que, respecto de los lugares de último contacto, el 94 por ciento se ubicaban en México y el restante 6 por ciento en Estados Unidos.

El informe señala que alrededor del 75 por ciento de las personas localizadas en México se encontraban detenidas en alguna estación migratoria o estancia provisional en Chiapas y Tabasco, de acuerdo con el SJM esto manifiesta que la detención e incomunicación de personas alojadas en estos espacios se ha convertido en una de las principales fuentes de desaparición; pues las personas migrantes detenidas son, por lo general, privadas de su derecho a comunicarse con sus familiares y amigos.

Ante esta situación, el documento enfatiza la necesidad de poner en marcha un registro público nacional de detenciones migratorias, pues a través del Sistema de Consulta permitiría que familiares de personas migrantes desaparecidas y quienes las acompañan en esta búsqueda, puedan acceder a información vía remota sobre su posible paradero en un centro de detención, o bien, descartar esta hipótesis y emprender las acciones necesarias para su búsqueda por otros medios en el menor tiempo posible, recurso que es clave en los procesos desaparición.

El informe reconoce el esfuerzo del estado mexicano respecto de la creación del Mecanismo de Apoyo Exterior (MAE) en el año 2015, mismo que permite que las familias de personas migrantes desaparecidas que se encuentran fuera de México presenten y den seguimiento a reportes de desaparición. Sin embargo, también señala que, de acuerdo con su experiencia, hay casos de familiares que han alertado y que, tras meses de espera, no saben si éste fue atendida su solicitud, si llegó a la autoridad correspondiente, si se ha dado algún seguimiento o si hay avances.

El documento también enfatiza que es urgente que el Estado mexicano incluya en sus políticas públicas y que las autoridades competentes intervengan y lleven a cabo acciones para prevenir la desaparición de personas migrantes. Por ejemplo, a través del establecimiento de rutas seguras y de acceso a información para las personas en tránsito, erradicación de la criminalización de las personas migrantes para facilitar la presentación de denuncias por la comisión de delitos, acceso efectivo a la justicia, entre otras

En cuanto al acompañamiento psicosocial a familiares, el informe presenta los cinco principales impactos y desafíos: la falta de apoyo y de respuesta por parte de las autoridades el que se les suele orillar a recrear continuamente el evento con las constantes solicitudes que deben presentar ante las autoridades a las que exponen su caso, el verse forzadas a adoptar nuevos roles familiares, el enfrentar las especulaciones de otras personas en sus lugares de residencia respecto de los motivos de la desaparición y el tener que atravesar distintos países y encontrarse con barreras lingüísticas, culturales y burocráticas.

Ante esta situación, el informe señala la importancia de que el personal que labora en instituciones de búsqueda practique en todo momento la confidencialidad y planee estrategias de atención para casos especiales, por ejemplo, cuando los familiares no hablan español. Además, menciona que se debe contar con un personal formado y actualizado en temas de primeros auxilios psicológicos, contención emocional, técnicas de entrevista, entre otros.


DMZ

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