Las asambleas para el análisis del plan y los programas de estudio, así como los libros de texto gratuito, organizadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP), son encuentros con una profunda carga ideológica, distantes del trabajo docente y por los tiempos de discusión, parecieran que sólo buscan legitimar un proyecto que ya está elaborado, coincidieron especialistas y maestros.
“Es una visión ideologizada de la educación con nulo fundamento pedagógico, en donde se retratan una serie de prejuicios que supuestamente antes se quería crear perfil de egresados neoliberales, sin que definan qué significa eso, eso sí, muy acorde al estilo de la casa”, expuso Marco A. Fernández, especialista de México Evalúa.
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Para el también investigador en educación de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, la discusión de los planes y programas de estudio se realiza sin conocer el punto de partida de los rezagos y la pérdida de aprendizajes ocasionados por el confinamiento derivado de la pandemia de covid-19.
“La ocurrencia de quererse meter desde un punto de vista ideologizado a esta discusión cuando se debe atender la emergencia del rezago y la caída de matrícula escolar”, añadió.
Sergio Martínez, especialista en educación, advirtió que por los tiempos que la propia SEP había establecido desde 2019 para la construcción del nuevo plan de estudios, se planeaba que estuviera listo en agosto de 2021, incluyendo acciones preparatorias para la puesta en marcha del currículo desde julio de 2021, a fin de que pudiera ponerse en marcha para el ciclo escolar 2022-2023. No obstante, consideró que por la premura con la que realizarán el proceso en esta ocasión, pues las asambleas terminarán el 25 de marzo, podría tratarse únicamente de una estrategia para legitimar un plan educativo que ya está elaborado desde la SEP.
“Es un proceso con mucha prisa y poco cuidado, a mata caballo. Por la manera en que lo están haciendo hace pensar como si ya tuvieran todo bajo la manga y las asambleas sólo sean ejercicios para legitimar lo que ya está construido. Revisar un marco curricular y sobre todo su construcción, la capacitación docente y adecuación docente son procesos muy complejos que no pueden hacerse en seis meses, cuando inicie el ciclo escolar”, explicó.
Los docentes también perciben una prisa y un proceso desaseado. Los maestros se enteraron de la realización de las asambleas el sábado 29 de noviembre, cuando la secretaria de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez Álvarez, participó en la reunión plenaria de los senadores de Morena. Ahí dijo que el lunes 31 iniciarían las asambleas para la revisión de planes y programas de estudio en todo el país.
No obstante, los maestros no contaron con una invitación formal a formar parte de estos ejercicios y sólo conocieron de la intención a través de los medios de comunicación y redes sociales.
“El fin de semana empezaron a surgir documentos en redes sociales, pero la SEP no envió nada formalmente a los maestros. A la fecha seguimos sin conocer cómo es que podemos participar en estas asambleas, más allá de ser espectadores a través YouTube, ser espectadores de asambleas que más bien parecen arengas, con una carga ideológica muy fuerte, eso es lo que podido ver”, comentó José Antonio Martínez, profesor de Tabasco.
Abelardo Carro, maestro de Tlaxcala calificó las asambleas como diálogo simulado, las cuales son dirigidas por el director general de materiales educativos, Marx Arriaga, en ausencia de otros funcionarios como la propia secretaria Delfina o la subsecretaria de Educación Básica, Martha Velda Hernández.
“La invitación a un diálogo mañoso se dio de la noche a la mañana. Dicen que deben existir diferentes voces, cuando este personaje trae su propia agenda y su propia manera de legitimar un proceso. No se están escuchando a los docentes, no se está hablando sobre la manera en que afectará a los docentes la disminución de horas en secundaria con esta propuesta de campos formativos”, señaló.
Justificación ideologizada
Los documentos puestos a disposición de los docentes para la participación en las Asambleas incluyen el “Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana”, en donde la SEP pretende hacer un diagnóstico de la situación de la educación en México a través de disertaciones ideológicas.
De esta manera, expone que pese a las distintas reformas que se han aplicado en la educación básica en los últimos treinta años, ha prevalecido un referente identitario surgido en el periodo posrevolucionario en tanto programa de la modernidad, centrado en al menos cuatro elementos: nacionalismo, mestizaje, positivismo y patriarcado.
Esta situación, indica, reproduce la desigualdad, el racismo y el clasismo como mecanismos estructurales que a su vez generan los grandes problemas educativos, tales como el abandono escolar, la repetición, el bajo rendimiento académico ‘medido’ por las pruebas estandarizadas a gran escala.
“Durante décadas se ha formado sistemáticamente a niñas, niños, adolescentes y adultos, de comunidades rurales y campesinas, identificados parcialmente con lo ajeno, marcando con ello la pérdida de su identidad, favoreciendo la organización de una práctica basada en la repetición pura y simple de modelos no integrados en su realidad.
“Este modelo de unidad y modernización incorporado al currículo nacional ha prevalecido con el establecimiento del sistema económico y político neoliberal, pese a las transformaciones que ello ha significado en la educación básica, sobretodo en el desplazamiento del derecho a la educación por un tipo de educación considerada un bien que forma capital humano, y su respectiva mercantilización de los servicios educativos”, indica el análisis de la dependencia.
Además, lejos de un diagnóstico sobre la educación y las condiciones de estudiantes y docentes en el país, el documento sentencia:
“El currículo es un campo de batalla que refleja otras luchas: empresariales, políticas, económicas, religiosas, identitarias, culturales, por lo que es necesario señalar que no existe un currículo neutral, que tenga como fin formar a las niñas, niños y adolescentes, ajeno a las luchas previas de diversos grupos que definieron qué se va a enseñar, cómo, quiénes y por qué medios”.
El documento que muestra apartados que aún están en construcción como “Pautas para la puesta en marcha del plan de estudios 2022”, ya plantea la propuesta de sustituir los grados escolares que conforman la educación básica por seis fases:
- Fase 1. Educación inicial
- Fase 2. Educación preescolar
- Fase 3. Primero y segundo grados de educación primaria
- Fase 4. Tercer y cuarto grados de educación primaria
- Fase 5. Quinto y sexito grados de educación primaria
- Fase 6. Primero, segundo y tercer grados de educación secundaria
Asimismo, la SEP propone remplazar las asignaturas por cuatro campos formativos: lenguajes; saberes y pensamiento científico; ética, naturaleza y sociedad; de lo humano y comunitario.
“Esto implica el desplazamiento de una educación basada en asignaturas, que propicia una fragmentación de la enseñanza y el aprendizaje de los conocimientos, y la didáctica hacia un modelo que contempla la interacción en la que se generan, se discuten y se comparten diferentes saberes entre los integrantes de la comunidad para fortalecer sus lazos desde un horizonte plural.
“Esta interacción la vemos en un organizador curricular al que llamamos Campo Formativo, el cual se utilizará en todos los niveles escolares, sin ningún tipo de afectación para los docentes contratados bajo el esquema de asignaturas”, aclara el documento.
FS