Capilla del Ochavo, tesoro del barroco novohispano

“La Capilla del Espíritu Santo es un espacio representante del barroco poblano que forma parte de nuestra historia".

La Capilla del Espíritu Santo, conocida como la Capilla del Ochavo, es un tesoro del arte religioso. (Andrés Lobato)
La capilla cuenta con una colección de pinturas sobre lámina de cobre con escenas de la vida de la Virgen María. (Andrés Lobato)
La Capilla del Espíritu Santo se ocupó como un recinto especial donde el sacerdote que iba a celebrar una misa en la Catedral.
Francisco Vázquez Ramírez, explicó que la Capilla del Espíritu Santo es especial para la Arquidiócesis por su riqueza artística. (Especial)
“La Capilla del Espíritu Santo tiene una historia muy importante." (Andrés Lobato)
Jaime Zambrano
Puebla /

La Capilla del Espíritu Santo, conocida como la Capilla del Ochavo por su forma octagonal, ubicada en la Catedral de Puebla, es un tesoro del arte religioso con adornos de oro que resume el estilo del barroco novohispano.

La capilla se localiza en una de las esquinas de la Catedral y cuenta con una planta octagonal, que en el pasado se denominaba “ochavada”, inscrita en un casi cuadrado de 10 metros por lado, de tal forma que cada uno de sus ocho lados tiene 3.20 metros de ancho, por 7.30 metros de altura, hasta la base de la cúpula sin tambor que remata el recinto.

La Capilla del Espíritu Santo no está unida a la nave principal y se abre en ocasiones particulares por motivos de seguridad, ante el alto valor histórico, cultural y artístico.

Al ingresar a la Capilla del Ochavo deslumbra el recubrimiento, la bóveda de media naranja y linternilla de ocho lados, los tres retablos que están cubiertos de pinturas y los espejos pertenecientes en su mayor parte a series históricas religiosas.

“La Capilla del Espíritu Santo es un espacio representante del barroco poblano que forma parte de nuestra historia, de nuestra sociedad, que podemos presumir al mundo”, dijo María Teresa Cordero Arce, directora de Conservación de la Arquidiócesis de Puebla.

Durante varios siglos la Capilla del Espíritu Santo se ocupó como un recinto especial donde el sacerdote que iba a celebrar una misa en la Catedral se preparaba por un periodo. En la actualidad está cerrada al público por la riqueza y el valor artístico y solo abre sus puertas en celebraciones especiales.

En entrevista para MILENIO Puebla, el rector de la Catedral, Francisco Vázquez Ramírez, explicó que la Capilla del Espíritu Santo es especial para la Arquidiócesis por su riqueza artística, religiosa y por su historia, ya que se planteó como un área litúrgica de preparación.

“No es tan común este espacio en otros lugares. Hay un recinto pequeño en Morelia, atrás del templo de San José en Puebla, hay otro, pero ninguno con la riqueza artística de la capilla del Espíritu Santo de la Catedral de Puebla”, apuntó.

Palafox y Mendoza la agrega a los planos de la Catedral

En los planos iniciales de la Catedral angelopolitana, que comenzó a construirse en 1574 y fue consagrada 74 años después, en 1649, por el primer obispo de Puebla, Juan de Palafox y Mendoza, no estaba incluida la Capilla del Ochavo.

Fue, precisamente, Palafox y Mendoza quien la agregó a la construcción, pero no logró verla porque tuvo que salir en el mismo año de la consagración de la Catedral, por el conflicto con los jesuitas.

“La Capilla del Espíritu Santo tiene una historia muy importante. No conocimos la primera catedral de Puebla, pero está confirmada su existencia a partir de estudios y un geo-radar del espacio del atrio. Después de esa primera catedral que fue pequeña, en 1575, se pone la primera piedra de la que hoy conocemos”.

Juan de Palafox llegó a Puebla en 1640 y se dio cuenta que la basílica tenía el atrio, la fachada y el templo; sin embargo, detectó la necesidad de un espacio de preparación y decidió que se desarrollara una capilla.

“Palafox (...) trae a expertos y se plantea un espacio litúrgico de preparación espiritual para el celebrante de la eucaristía. Palafox deja el trazo, pero no logra verla”, añadió Vázquez.

Unión con la iglesia universal

Antes del Concilio Vaticano II, que fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica convocado por el papa Juan XXIII, quien lo anunció el 25 de enero de 1959 y marcó un cambio en las celebraciones religiosas, los sacerdotes tenían que prepararse alrededor de media hora antes de la misa. En la Catedral de Puebla, la Capilla del Ochavo permitió a los religiosos realizar este trabajo.

“Antes del Concilio Vaticano, el sacerdote se tenía que preparar previo a una misa una media hora, rezaba. El sacerdote que iba a celebrar en la Catedral venía a la capilla, salía, iba a la sacristía, se lavaba las manos en esa pila, se revestía con las vestiduras litúrgicas y salía a la misa”.

El rector explicó que, desde el punto de vista religioso, la capilla cuenta con reliquias de diferentes santos, lo cual permite una unión con la iglesia universal.

“Cuando se construye la Catedral, no había santos mexicanos. Se tienen reliquias de santos que establecen un vínculo con la iglesia universal. Aquí hay piezas de cera que se conocen como Agnus Dei, discos con la figura impresa de un cordero y bendecidas en una ceremonia especial por el papa. Ninguna pieza se ha dañado y tienen cuatro siglos”.

Pasajes de la Virgen María en la capilla

La capilla cuenta con una colección de pinturas sobre lámina de cobre con escenas de la vida de la Virgen María, llamadas comúnmente Misterios, entre ellas, María y José pidiendo posada, La Visita de la Virgen a su Prima Santa Isabel, El Nacimiento del Niño Jesús, La Presentación del Niño Jesús en el Templo, entre otras.

María Teresa Cordero Arce, directora de Conservación de la Arquidiócesis, comentó que la capilla resume el estilo barroco mexicano y explicó que, al mismo tiempo en el que se construye, en la segunda mitad del siglo XVII, también se edifica la Capilla del Rosario, en el templo de Santo Domingo y la Cúpula del altar de los Reyes de la Catedral.

“Las pinturas dedicadas a la virgen María están hechas en lámina de cobre y se le atribuyen a un pintor llamado Juan Tinoco, y quien las dona es José Salazar Barahona, quien está enterrado en esta capilla. Tenemos a otros dos pintores: Gabriel Zúñiga, a quien se le debe la pintura de la entrada dedicada a la Virgen de Montserrat; y arriba de las gavetas se cuenta con pinturas de Cristóbal de Villalpando, una dedicada al paraíso y otra al diluvio”.

En la capilla se halla el arte plumario de los amantecas, artistas de origen indígena que se dedicaban a la confección de atavíos y ornamentos compuestos de plumas finas.

Más de 17 mil horas hombre en recuperación de la capilla

En los últimos siete años, la Catedral y la Capilla del Espíritu Santo mantienen trabajos de conservación para mantener su riqueza y preservar las obras artísticas, arquitectónicas y la madera.

Cordero Arce comentó que se destinaron más de 17 mil horas-hombre en los trabajos de recuperación de la capilla.

“Ya se tenía un primer trabajo, era menor, pero se logra tener casi 17 mil horas hombre a través de la Escuela Taller de Capacitación en Restauración de Puebla y con restauradores y profesionales en la labor de conservación. Fueron siete años de trabajo continuo en la capilla y en toda la Catedral. Es importante resaltar el compromiso del arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, con nuestro patrimonio”.

Además, se trabajó en la erradicación de las humedades de la cúpula y en las paredes de la llamada capilla: “En los trabajos de conservación la Capilla del Espíritu Santo estuvo incluida. Fue un trabajo de muchos años y, por la magnitud del espacio, cuando se termina de arreglar un área, se tiene que comenzar otra. En esta capilla teníamos humedades, en lo que corresponde a la cúpula. Trabajamos en la conservación y pudimos erradicar estas humedades. La teníamos en la cúpula, en algunos muros. Se tuvieron que realizar unos aerodrenes para evitar que la humedad se siguiese propagando”, explicó.

Agregó que se realizó un trabajo de fumigación para evitar deterioros de la madera a partir de un esquema de encapsulamiento, el cual, dio los resultados esperados.

“Se realizó un trabajo de fumigación. Desafortunadamente, los xilófagos, los insectos que se alimentan exclusivamente de madera, se estaban propagando. Se hizo una fumigación, se encapsuló todo el espacio y se erradicaron”, finalizó.


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