La historia del barrio mexicano destruido para levantar el Dodger Stadium

En los años 50, trescientas familias migrantes fueron expulsadas de Chávez Ravine, una comunidad pobre cercana a Los Ángeles sobre la cual se construyó el Dodger Stadium.

Aurora Vargas siendo arrestada durante su desalojo de Chávez Ravine. Foto USC Libraries/Getty Images
Aurora Vargas al ser expulsada de Chávez Ravine. Cuatro meses después empezaría la construcción del estadio. Foto: Los Angeles Public Library
Los Ángeles, EEUU /

Antes de que el Dodger Stadium fuera un lugar legendario para el béisbol, se le conocía como Chávez RavineMás de treinta hectáreas de terreno eran hogar de mexicanos y mexico-americanos que vivían repartidos en tres zonas barriales: Bishop, La Loma y Palo Verde.

Entre los tres vecindarios se reunían mil familias. Aunque eran una comunidad muy unida y llevaban una vida tranquila, la ciudad de Los Ángeles declaró a Chávez Ravine como un "tugurio" en los años 30 y destinó la zona para un proyecto de construcción sin su consentimiento.

Gran parte de ellos de dedicaban a la agricultura y a la crianza de pollos. Vivían con el mínimo en casitas de madera, hasta que un día de 1949, las autoridades de Los Ángeles decidieron implementar proyectos de vivienda pública.

Les prometieron que podrían regresar a vivir en sus nuevas casas. Sin embargo, el nuevo alcalde de Los Ángeles, Norris Poulson, se opuso al proyecto de vivienda pública y bajo la presión del gobierno, los barrios de Chávez Ravine fueron abandonados poco a poco por sus habitantes.

Para 1957 sólo quedaban unas 20 familias. Eso iba a cambiar pronto, cuando en 1958 Los Ángeles llegó a un acuerdo con Walter O'Malley, el dueño de los Brooklyn Dodgers para llevar su equipo a Los Ángeles y construir el Dodger Stadium sobre Chávez Ravine.

Sólo había una cosa que se interponía en su camino: las familias que se negaron a dejar su hogar. Una familia en particular fueron los Aréchiga, quienes aparecen en la siguiente foto:

El viernes 8 de mayo de 1959 sería recordado por los vecinos de Chávez Ravine como "El Viernes Negro".

Un grupo de alguaciles llegó a la casa de la familia Aréchiga en Palo Verde. Los oficiales subieron las escaleras de la casa, patearon la puerta y sacaron los muebles de la familia.

Los niños lloraban. Aurora Vargas, una vecina de la zona, fue sacada a la fuerza entre cuatro policías. Fue arrastrada, pateando y gritando sin que las autoridades hicieran caso a sus súplicas. Los vecinos de Chávez Ravine sólo habían recibido un aviso de desalojo, por lo que el uso de la fuerza policial fue duramente criticado.

Se sabe que Abrana Aréchiga, de 66 años, arrojó piedras a los oficiales. “¿Por qué [los Dodgers] no juegan pelota en el patio trasero [del alcalde Norris] Poulson?”, gritó en español.

Después de ser desalojados, la familia observó, con televidentes de todo el país, cómo las excavadoras destruían su hogar.

Fotografías como éstas se conservan hasta la actualidad en la Biblioteca Pública de Los Ángeles. Gracias a ellas sabemos cómo fue este desalojo y la lucha de los vecinos por conservar sus casas.

El Dodger Stadium costó 23 millones de dólares y se inauguró el 10 de abril de 1962 con un juego poco favorable para los Dodgers, pues perdieron ante los Rojos de Cincinnati. 

Ahí, 56 mil asientos y una enorme cancha se levantaron sobre sitio que miles de personas alguna vez llamaron hogar.

Walter O'Malley, dueño de los Dodgers, en el Dodger Stadium. 1962.

evr

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