Uno de los lugares más representativos de la agricultura en el mundo está en peligro de desaparecer. Se trata de la Cueva del Maíz, ubicada en terrenos ejidales de la junta auxiliar de San José Tilapa, perteneciente al municipio de Coxcatlán.
Este lugar fue explorado por el arqueólogo norteamericano Richard Macneish a principios de la década de los 60. El sitio se convirtió en un referente mundial debido a los hallazgos de maíz, semilla vital en la alimentación de muchos países de América. Sin embargo, pese a estar protegida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la cueva permaneció por varias décadas en el abandono.
La Cueva del Maíz se encuentra a la mitad de un cerro compuesto en gran parte por arcilla debido a las inclemencias naturales, las lluvias y sismos. Además, los derrumbes han provocado que se pierda poco más de cinco metros de la montaña, lo que afecta el entorno de la cueva, comentó Benito Olaya Rojas, integrante del comité de vigilancia de esta zona.
Por su importancia, destacó que a este sitio han arribado investigadores nacionales e internacionales, quienes buscan conocer las condiciones de este lugar. Resaltó el caso de un catedrático de la Universidad de Houston, quien en fechas recientes visitó el sitio. Tras revisar un libro de historia, vio diversas fotografías y las comparó con el lugar, por lo que pudo corroborar que se trataba de la Cueva del Maíz que se ha estudiado en antropología, donde se aborda el tema de este alimento y se nombra a Coxcatlán.
Por lo anterior, comentó que al sitio han llegado grupos culturales, quienes tras pedir permiso realizan ceremonias, entregan ofrendas consistentes en granos de maíz, frijol, flores y veladoras como agradecimiento.
Pese a los referentes, el lugar presenta deterioro, no obstante, Olaya comentó que todos los días se realizan acciones de cuidado para evitar saqueos de plantas, pero sobre todo, “porque buscamos que el espacio histórico se continúe preservando a pesar de los cambios por los derrumbes del cerro, lo que modifica el lugar, pero no la historia”.
Protección
En busca de que el sitio aún sea un referente a nivel mundial, el cuidador destacó que un presidente municipal de Coxcatlán mandó a colocar cemento en una de las partes de la cueva, con el fin de evitar que la arcilla se desprenda.
Por su parte, arqueólogos del INAH, que recién estuvieron en ese lugar, dijeron que el tipo de material pétreo es de impregnación, porque hace millones de años este lugar era mar; por tanto, el tipo de roca es caliza y de fácil desprendimiento.
Preocupados por la preservación de la zona, los ejidatarios colocaron un cercado con tubulares para controlar el acceso que solo es visitado bajo vigilancia de quienes integran el comité, con el fin de evitar saqueos y daños al espacio.
Asimismo, Benito Olaya Rojas comentó que las restricciones y el control de ingreso es para todos, incluso para el mismo personal del INAH, pues en la última ocasión no solicitó el acceso y se llevó muestras de maíz prehispánico del que los habitantes desconocen su paradero, así como los resultados.
Su historia
La Cueva del Maíz es un sitio arqueológico mesoamericano que está dentro de las cinco mil hectáreas que pertenecen al ejido de San José Tilapa, situado en el valle de Tehuacán, el cual se convirtió a partir de 1960 en el principal sitio de investigación del arqueólogo norteamericano Richard MacNeish.
En el lugar, el investigador hizo excavaciones y encontró tumbas con ofrendas de maíz del más antiguo, así como semillas de aguacate, calabaza y guaje. Estas muestras, presuntamente, se encuentran en el Museo Nacional de Antropología: “No sabemos con certeza su paradero, nos gustaría conocer dónde quedaron”, dijo Olaya Rojas.
De acuerdo con los últimos informes arqueológicos, hace siete mil años antes de la era de Cristo inició domesticación del maíz silvestre, también conocido como teocintle, el cual fue localizado en este sitio, además de semillas de amaranto, chile y chupandillas.
Lo anterior convirtió al sitio en un lugar propio para vivir para el pueblo popoloca, el cual se asentó y realizó el trabajo de domesticación de semillas que a la fecha han sobrevivido y forman parte vital de la alimentación mexicana.
A pesar de la riqueza histórica, el cuidado intensivo de la Cueva del Maíz inició en 1998 cuando la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Mixto de la Humanidad y el ejido de Tilapa quedó dentro del polígono de esta área natural protegida.
AFM