Crecimiento vertical en Puebla: un caos de altura

En Puebla, desde hace 20 años, comenzó la tendencia de las construcciones verticales con objetivos económicos antes que de cubrir las necesidades de vivienda o de oficinas.

La zona metropolitana de Puebla cuenta con una sobreoferta de vivienda y de espacios para oficina. (Andrés Lobato)
Construcción de una torre en 2010. (Andrés Lobato)
Albañiles laboran en la construcción de un rascacielos. (Andrés Lobato)
Albañiles laboran en la construcción de un rascacielos. (Andrés Lobato)
Panorámica del área metropolitana en 2016. (Andrés Lobato)
Un edificio en construcción parece acariciar las nubes. (Andrés Lobato)
Panorámica de la zona Angelópolis y el Popocatépetl.(Andrés Lobato)
Torre Artema. (Andrés Lobato)
Torre Artema. (Andrés Lobato)
Torres Omega y Alfa. (Andrés Lobato)
Torres Uma 1 y 2, siendo la 1 la más alta. (Andrés Lobato)
Torre Natyvo. (Andrés Lobato)
Torre Natyvo. (Andrés Lobato)
Avance en la construcción de la torre Inxignia. (Andrés Lobato)
Jaime Zambrano
Puebla /

Ante el desarrollo de edificios de más de 100 metros de altura, tendencia que comenzó hace 20 años a partir de modificaciones a los Códigos Reglamentarios Municipales (Coremun), la zona metropolitana de Puebla se encamina hacia el caos y la incertidumbre porque falta una planeación del desarrollo urbano para llevar servicios y permitir una movilidad eficiente de las personas.

En el punto anterior coincidieron el director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego (ICSyH) de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Francisco Vélez Pliego, y el investigador especializado en proyectos urbanos y de desarrollo de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Octavio Flores Hidalgo, para quienes la zona metropolitana requiere acciones de ordenamiento territorial.

Por separado, los académicos explicaron que con la emergencia generada por el covid-19 existe una sobreoferta, luego de que los potenciales compradores de departamentos y oficinas, o quienes quieran rentar los espacios, se enfrentan a complicaciones económicas y están cayendo en morosidad.

Actualmente, en la zona metropolitana de Puebla, los edificios más altos son el Artema, ubicado en la Calzada Zavaleta, con 39 pisos y más de 152 metros de altura; la Torre Santa Julia, en Huejotzingo, con 36 pisos y 135 metros de altura; la Torre UMA en la zona de Angelópolis con 29 pisos y 130 metros de altura; la Torre Natyvo, en San Andrés Cholula, con 128 metros de altura y 27 pisos; y la Torre Omega, en la Calzada Zavaleta, con 125 metros de altura y 26 pisos.

Los edificios que se convertirán en los más altos de la zona metropolitana de Puebla están en construcción, la Torre OAK 58 Orso en San Andrés Cholula, de 232 metros de altura y 58 pisos; la Torre JV Inxignia, en San Andrés Cholula, con una altura de entre 230 y 265 metros y 50 pisos; el edificio Nvbola, en San Andrés Cholula, con 198 metros y 41 niveles; la Torre OAK 58 Lupo en San Andrés Cholula, con 192 metros; y la Torre Platea, en la capital con 155 metros y 32 niveles.

Ante la construcción de edificios de más de 100 metros de altura, el director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego (ICSyH) de la UAP, Francisco Vélez Pliego, explicó que, desde hace 20 años, comenzó la tendencia de las construcciones verticales con objetivos económicos antes que de cubrir las necesidades de vivienda o de oficinas.

“Se ha permitido por parte de los ayuntamientos, actuar, prácticamente sin límites con respecto al entorno urbano. En la zona suroriente, es decir, lo que corresponde al sector del bulevar Atlixco hacia el sur de la ciudad de Puebla, prácticamente, no hay ninguna limitación en cuanto a las densidades de construcción”, comentó Vélez Pliego.

En entrevista para MILENIO Puebla, el investigador en temas urbanos de la máxima casa de estudios destacó que, en la capital del estado, en los años 2015 y 2016, se modificaron lineamientos del Código Reglamentario Municipal (Coremun) para eliminar las regulaciones que existían en materia de densidades de construcción.

El resultado de los cambios al Coremun de Puebla y la falta de regulación en San Andrés Cholula durante gestiones pasadas, desencadenó que no existan elementos que puedan impedir el desarrollo de edificios de más de 100 metros de altura.

“Lo comenzamos a ver desde el inicio de este milenio y se ha venido acelerando el tema de la construcción de edificios de mayor altura y la reintroducción de suelos para su venta y para renta. En el caso de San Andrés, la situación es mucho más grave. Si algo caracterizó a las gestiones pasadas es que se presentaron alianzas con grupos interesados en el desarrollo de acciones inmobiliarias. San Andrés Cholula, fue uno de los primeros municipios y luego Atlixco, permitieron o impulsaron la llegada de grupos inmobiliarios. En San Andrés Cholula permitieron la compra de enormes superficies de suelo destinadas a desarrollos inmobiliarios como 600 hectáreas que fueron adquiridas para generar módulos o desarrollo inmobiliarios de interés medio para arriba”, explicó.


Sobreoferta ante la pandemia

Actualmente, la zona metropolitana de Puebla cuenta con una sobreoferta de vivienda y de espacios para oficina, crisis que aumenta este año con los problemas económicos que enfrenta la población ante la emergencia por el coronavirus.

“Lo que tenemos es una sobrefferta de espacios en venta y en renta, espacios de diferente naturaleza, vivienda, oficinas, despachos, comercios. El objetivo del negocio era la comercialización de los espacios. En buena medida, esta situación de sobreoferta está presionando al mercado inmobiliario y lo está presionando en el sentido de que se ha creado una burbuja que frente a lo que ocurre por la pandemia, difícilmente, encontrará salida, es decir, el riesgo es mayúsculo”, explicó Francisco Vélez Pliego, investigador en urbanismo.


Desocupadas 116 mil viviendas

En medio de la construcción de nuevos edificios y del crecimiento de la manchar urbana, más de 116 mil viviendas en la zona metropolitana de Puebla se encuentran desocupadas, las cuales, podrían albergar a más de 450 mil personas que, actualmente, buscan hogares en la periferia.

Comentó que, en la mayor parte de las zonas metropolitanas del país, como la de Puebla-Tlaxcala, parece que falta vivienda; sin embargo, existe una sobreoferta

“Se presenta una subutilización de buena parte del parque inmobiliario, me refiero a la vivienda. En la mayor parte de las ciudades y de las zonas metropolitanas no tenemos déficit, tenemos una sobreoferta”.

Para el investigador, un reto para las autoridades de los tres niveles de gobierno y para las empresas desarrolladoras de viviendas, es buscar alternativas para que la población pueda ocupar las viviendas desocupadas antes de pensar en la construcción de nuevos fraccionamientos y edificios que se traducen en territorios fragmentados.


Territorios fragmentados complican movilidad

Por separado, el investigador especializado en proyectos urbanos y de desarrollo de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Octavio Flores Hidalgo, resaltó que el desarrollo de edificios se traduce en la fragmentación de territorio y en complicaciones para la movilidad de las personas y para dotar de servicios.

Señaló que los nuevos edificios se están destinando para oficinas y para vivienda; sin embargo, a su alrededor, no se están desarrollando vialidades y las que, actualmente, se encuentran, presentarán mayores congestionamientos como sucede en la Vía Atlixcáyotl.

“Existe una tendencia a la verticalidad; sin embargo, hay un problema es el desarrollo urbano y los problemas de movilidad. Este desarrollo vertical implica una gran cantidad de vehículos para los traslados y no se está articulando con medios de transporte público. Son desarrollos privados y aislados de la dinámica de articulación pública. Los problemas se están traduciendo en un dolor de cabeza, sobre todo en la zona de Angelópolis y los límites entre Puebla y San Andrés Cholula con la gran cantidad de personas que requieren trasladarse”, explicó.

De forma adicional, los grandes edificios requieren de un gran consumo de energía eléctrica y de servicios de agua potable y alcantarillado, lo cual, se traducirá en diferentes complicaciones, explicó el investigador de la Upaep.

Por último, resaltó la necesidad de una visión metropolitana al corto, mediano y largo plazo donde participen todos los sectores de la sociedad y no solo participen los municipios de Puebla, sino también los de Tlaxcala.

“De no establecer una visión metropolitana, se presentarán muchos conflictos, un desorden y no se podrá regular el consumo de energéticos, de bienes y servicios para toda la ciudadanía”, finalizó.

mpl

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