Urgen leyes para garantizar la búsqueda de personas en Puebla

El sacerdote jesuita, David Fernández Dávalos, señaló que la desaparición forzada se combinó con tortura, y finalmente, con técnicas de aniquilación.

Desapariciones en Puebla | Melanie Torres (Archivo)
Jaime Zambrano
Puebla /

Ante la desaparición de personas es necesario comprender la urgencia con la cual las leyes mexicanas deben reformularse para garantizar la búsqueda de personas desaparecidas y, que desde los colectivos de familiares se ha tenido que subsanar la falta de voluntad política que persiste para encontrar a los más de 100 mil desaparecidos en el país.

David Fernández Dávalos, sacerdote jesuita y ex rector de la Universidad Iberoamericana, explicó que la práctica de la desaparición forzada surgió como una táctica de las Fuerzas Armadas para obtener información a quienes se oponían a las prácticas autoritarias del gobierno en la década de los sesenta.

La desaparición forzada se combinó con tortura, y finalmente, con técnicas de aniquilación que fueron heredadas por el crimen organizado en uno de los carteles más sanguinarios: Los Zetas, conformado por desertores del Ejército Mexicano.

Sacerdote jesuita | Jaime Zambrano

Por su parte, Núñez Barajas, quien encabeza el colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, destacó que la desaparición es el peor de los delitos, la peor de las desgracias que le puede ocurrir a una persona, a una familia.

“No es el proyecto de vida que nos hubiésemos imaginado, ni siquiera el que hubiéramos querido, Creo que nadie tiene la idea de fundar un colectivo, pero es a raíz de la desaparición de un ser querido que se da”, destacó.

Durante el conversatorio Desapariciones en México (1965 y 2023): historias de lucha frente a la impunidad celebrado en la Universidad Iberoamericana Puebla, Núñez Barajas explicó que la técnica de la desaparición forzada junto con la tortura se transfirió al crimen organizado. Es decir, hubo un contagio del Ejército al crimen organizado.

“Nosotros lo decimos en los colectivos, en las calles, con los familiares: los desaparecidos son de todos, los desaparecidos nos faltan a todos, y como sociedad todos tenemos el deber moral de colaborar”, añadió Núñez Barajas.

Los colectivos de búsqueda, de denuncia y de acompañamiento psicológico y jurídico han sido los principales faros de esperanza para aquellos que han perdido a alguien, y que no ven una respuesta inmediata o siquiera eficiente desde las autoridades para encontrarles.

“Desde Familiares Caminando por Justicia, colectivo artífice de la exposición Caminar el cuerpo desaparecido, el arte también ha sido otra forma de denunciar y visibilizar el dolor de la pérdida, que después de un tiempo se come con mucho coraje y mucho corazón”, expresó Núñez Barajas.

En tanto, la artista Fabiola Rayas resaltó que, para los colectivos, el ejercicio de la memoria es una actividad clave del día a día. “Le debemos el ejercicio social de la memoria a las y los desaparecidos y sus familias, por eso es que este tipo de trabajos llevan ese camino y esa búsqueda junto con los familiares y para los familiares”.

“Nos ha tocado picar piedra en todos nuestros estados y desgraciadamente bajo las mismas problemáticas y con los mismos resultados: la omisión del estado, indiferencia, insensibilidad de los funcionarios públicos. Pero finalmente, ha sido la misma fuerza de las compañeras que estamos dentro de estos colectivos para seguir la lucha de la verdad y la justicia”, cerró Laura Medina.


AAC

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