El deterioro del río Atoyac es grave por la contaminación registrada y entre las zonas con mayores problemas se encuentra la zona metropolitana de Puebla; sin embargo, a lo largo de la mayor parte de su cauce se pueden encontrar diferentes bacterias y contaminantes.
Así lo explicó María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias en Medio Ambiente (IIMA) Xabier Gorostiaga de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien encabeza un proyecto para medir la seguridad hídrica en diferentes puntos del estado y hacer una valoración económica del impacto en la población.
Resaltó que estudiantes y académicos lanzaron el documental “Río Atoyac, de la serie Periferias”, en el que se hace la denuncia de la contaminación del afluente y su impacto en la salud de las comunidades aledañas.
“Se revela la existencia de hasta 200 mil bacterias de origen fecal en una muestra de 100 mililitros de agua del río. El río Atoyac es básicamente un drenaje, la calidad del agua es pésima, hay muy poca vida dentro del río, por lo mismo que no tiene oxígeno, está contaminado con materia orgánica y metales pesados. Hay que hacer acciones urgentes y de largo plazo”, comentó.
Explicó que, cada vez hay más información sobre el problema y el Atoyac es un segmento subdiagnosticado, pero se necesita hacer denuncias para presionar a las autoridades en la toma de decisiones.
“Desde el IIMA se han realizado estudios para conocer el estado actual de la cuenta del río, esto es importante atender pues significa conocer la raíz del problema socio ambiental que tiene décadas poniendo en riesgo a la sociedad. La contaminación puede tener un impacto en la salud. La contaminación puede afectar la salud de las poblaciones que están alrededor de la zona del río Atoyac y se pone en riesgo a más de dos millones de personas”, explicó.
Para Ibarrarán Viniegra, el rescate del río Atoyac requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad para detener la contaminación en un primer momento y, al mismo tiempo, comenzar un proceso de remediación.
“Considero fundamental la vinculación con otras instituciones, gobiernos, institutos e instancias municipales y estatales, para que la ciencia incida en la toma de decisiones y en la creación de políticas públicas útiles”, explicó.
Resaltó la importancia de que, desde las universidades, se apoye a la ciencia y se cuente con una planta docente de tiempo completo para hacer investigaciones y propuestas para la atención del problema.
“Las universidades privadas son una voz independiente que debe seguir existiendo y aportando desde la investigación”.
Ibarrarán Viniegra explicó que desde el Instituto Xabier Gorostiaga también se investigan conflictos sociales ligados a desarrollos urbanos y mega proyectos, se analizan políticas públicas de mitigación de gases de efecto invernadero, el uso de energías renovables y la eliminación de subsidios en la energía, entre otras líneas de trabajo.
Por último, Ibarrarán Viniegra subrayó que la seguridad hídrica es un elemento importante para Puebla, pues es relevante que el agua sea suficiente, accesible en cuanto a precio y de buena calidad para las personas.
Cabe señalar que el mes pasado, la investigadora en temas ambientales, Genoveva Rosano Ortega, directora de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) explicó que la conformación de redes de diferentes sectores de la sociedad que permitan identificar en menor tiempo las descargas y la actuación de la autoridad para que aplique sanciones a los responsables, son la clave para detener la contaminación del río Atoyac.
Rosano resaltó que el primer paso es que después de reconocer que el afluente que pasa por 70 municipios de Puebla y Tlaxcala está contaminado, se deben emprender acciones para detener el problema y luego comenzar la limpieza.
El río Atoyac que pasa por municipios de los estados de Puebla y Tlaxcala es en realidad el drenaje para 13 millones de habitantes, situación que viola derechos de las personas y hasta el momento se carecen de planes concretos para su rescate.
Reconocen investigadores de la Universidad Iberoamericana Puebla, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente (IIMA) Xabier Gorostiaga; las académicas Gabriela Pérez Castresana y Valentina Campos Cabral; y Francisco Valverde Díaz de León, director General del Medio Universitario.
ARP