Investigadores del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe), de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), escanean el cielo con apoyo del observatorio de rayos gamma High Altitude Water Cherenkov (HAWC, por sus siglas en inglés), ubicado a 4 mil 100 metros sobre el nivel del mar, en el volcán Sierra Negra, junto al Gran Telescopio Milimétrico, y frente al Pico de Orizaba, para analizar los rayos cósmicos.
Alberto Carramiñana Alonso, investigador del Inaoe y portavoz por México de la colaboración HAWC, explicó que el observatorio escanea dos terceras partes del cielo, generando grandes cantidades de datos que se almacenan continuamente.
A partir de tres años continuos de escaneos del cielo y de análisis de los datos obtenidos, se detectaron nueve fuentes de rayos gamma de energías muy altas en la Vía Láctea, la galaxia espiral en la que se encuentra el sistema planetario solar y casa del planeta Tierra.
“A partir de un experimento se monitorea las 24 horas del día los 365 días del año las fuentes celestes emisoras de rayos gamma. Con HAWC se estudian los fenómenos más violentos del Universo como cuasares, supernovas, estrellas binarias y objetos compactos. Entre las fuentes de estudio de HAWC en la Vía Láctea, destacan nebulosas asociadas a pulsares muy energéticos”, destacó el especialista.
Con el observatorio del Inaoe, los investigadores dan continuidad a las ideas que tenía el Premio Nobel de Física de 1938, Enrico Fermi, físico que contribuyó al desarrollo de la teoría cuántica, la física nuclear y de partículas, y la mecánica estadística, y quien presentó en los años cincuenta del siglo pasado una teoría sobre los rayos cósmicos.
Carramiñana Alonso destacó que fue Enrico Fermi quien propuso que las supernovas producirían rayos cósmicos, es decir partículas de muy alta energía, los cuales a su vez producen rayos gamma de muy alta energía.
“Lo que no sabía Fermi, quien falleció muchos años antes del descubrimiento de los pulsares, es que las supernovas dejan estrellas de neutrones. Estas se manifiestan como pulsares, máquinas que producen y aceleran partículas de forma muy eficiente, en particular electrones y positrones”, comentó.
Agregó que con el observatorio de rayos gamma HAWC, un equipo internacional de científicos detectó nueve fuentes de rayos gamma y los resultados derivaron en el estudio denominado “Multiple galactic sources with emission above 56 TeV detected by HAWC”.
“Lo que se ha descubierto a raíz de las observaciones de HAWC, es que en objetos más viejos que la nebulosa del Cangrejo toda la nube de electrones generados por el pulsar se ha ido difundiendo, llegando a tener dimensiones de varias decenas de años luz”, apuntó.
mpl