En la Zona Metropolitana de Puebla y en general en todo el país, el modelo de ciudad fracasó ante el crecimiento desordenado y la aparición de periferias maltrechas que perjudican la vida en plenitud de los habitantes.
En el punto anterior coincidieron los especialistas Alfonso Iracheta Cenecorta, investigador de El Colegio Mexiquense; Ignacio Kunz Bolaños, geógrafo urbano, investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de México (Unam); y Luis Felipe Cabrales Barajas, experto en Geografía y Ordenación Territorial de la Universidad de Guadalajara, para quienes, el diseño urbano no contempla los intereses de los pobladores y solo siguen los deseos de aquellos que se encargan de desarrollar rascacielos y terrenos baldíos.
“Tanto el sector público como el privado actúan en favor de sus respectivos intereses inmobiliarios. El resultado puede apreciarse en Puebla y en cualquier metrópoli de México”, explicó el investigador Alfonso Iracheta Cenecorta.
Durante un conversatorio especializado sobre el crecimiento de las manchar urbanas, organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, el especialista comentó que, a diferencia del resto de América Latina, la planeación urbana no es parte prioritaria de la política mexicana.
“El abandono del ordenamiento de las ciudades, así como del rescate de la biodiversidad, ha provocado que su abordaje se reduzca a sectores específicos: predial, cableado, alcantarillado… No existe un entendimiento de lo urbano como un sistema complejo”, apuntó.
En tanto, Ignacio Kunz Bolaños, investigador de la Facultad de Arquitectura de la Unam, explicó que una regulación adecuada del desarrollo requiere la participación de actores sociales comprometidos con la defensa de lo no urbanizable: las áreas verdes, los espacios comunitarios, los barrios históricos.
“El sistema de planeación tendría que llevarse al debate nacional para proteger la generación de producto interno bruto, mismo que proviene en un 90 por ciento en las ciudades.
Para el especialista de la máxima casa de estudios del país, la urbanidad se convirtió en una actividad más discursiva que proactiva y la planeación en el ámbito jurídico comprende vacíos que dan pie a la intromisión de los actores de especulación inmobiliaria.
“Tenemos un pensamiento muy rígido en cómo vemos una ciudad. A veces lo vemos como un proyecto que, como lo vemos, se debe construir tal cual. La planeación es una manera de regular el mercado inmobiliario, pues actúa como mecanismo de asignación de derechos de construcción al tiempo que contrae la posibilidad de especulaciones.”, explicó Kunz Bolaños.
Para Kunz Bolaños, es necesario contar con regulaciones estratégicas basadas en principios como la eficiencia económica, la equidad y la conservación ecológica porque el crecimiento de las ciudades privilegia la dimensión física por encima de las sociales y ambientales.
“Diferentes tendencias han determinado esta expansión de la mancha urbana junto con todas sus consecuencias: la construcción horizontal expandió las periferias, mientras que la vertical alteró el paisaje a base de rascacielos. El pánel convino en la importancia de reivindicar la función social del desarrollo territorial”, comentó.
Por su parte, Luis Felipe Cabrales Barajas, especialista de la Universidad de Guadalajara, resaltó que existe una tendencia a la privatización de las ciudades, lo que supone que sean los mercados inmobiliarios los que determinan cómo y para quién crecen las urbes.
AFM