Huapango, herencia de la Huasteca para el mundo

El 9 de agosto fue declarado como el día de este baile, el cual ha sido legado desde la Colonia y cuyos pasos y música son característicos de la cultura mexicana.

Huapango, herencia de la Huasteca para el mundo. (Andrés Lobato)
Monumento a bailadoras y bailadores del son. (Andrés Lobato)
Puebla /

El 9 de agosto del 2002, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), hoy Secretaría de Cultura, declaró al municipio de Pánuco, en el estado de Veracruz, como el segundo ayuntamiento más longevo de la América continental, así como cuna del huapango, sin embargo, en aquel tiempo su presencia había perdido fuerza.

Ni las plazas públicas, los restaurantes, ni las viejas cantinas, mucho menos las fiestas, presumían ser sede de nacimiento del son huasteco.

Antes de la llegada de los exploradores españoles a esta región, los pueblos indígenas bailaban la base del son de la región, mezclada con la cultura española, por lo que nacería en Pánuco, muy cerca de Tampico, el huapango o son huasteco.

“Tradicionalmente estos bailes todavía los vemos como danzas en la zona de la Huasteca, pero no sabemos exactamente, más la llegada de los españoles trae algo que se llama fandango, una interpretación tipo andaluz, con falsete, una voz especial, que se hacía además acompañada por un baile, en un tablado. Es allí donde los indígenas los empiezan a ver y a manejarlo a su forma”, explicó en su momento para MILENIO el extinto cronista de Tampico, Marco Antonio Torres.
Río Pánuco. (Andrés Lobato)

Los registros datan 1717, en la ribera del Pánuco, en una villa conocida como Tamós. Se bailaba en los campos de cultivo, luego en las fiestas, en los restaurantes, y en siglo XX se grababa en discos. En Tampico, por ejemplo, la plaza Hijas de Tampico se convirtió en sitio público donde la gente se sentaba a escuchar y bailar el son de las huastecas.

Los estilos se diversificaron entre el jazzeado enigmático estilo jarocho, el veloz huapango hidalguense o el sincopado popular estilo de Pánuco, sin embargo, a la llegada de internet y la radio convencional, perdió fuerza se diluyó y regresó a su origen, es decir, a los pueblos y casas.

Nacimiento del huapango

“Pero, ¿qué es el huapango? Proviene, según recuerdo, de una voz náhuatl que hace referencia al palo o madera y el sonido, pero es algo que aún discuten varios autores. Se le relaciona con el tapanco, objeto que utilizaban los españoles para bailar, un tabladito que al zapatear producía un mayor sonido. Sobre esto que llamamos huapango hay autores que piensan que se refiere más bien a la zona donde está el Pánuco, a un bailable de Pánuco, y es allí donde se origina parte de esta discusión. Hay quien afirma que debemos de llamarle mejor son huasteco, porque en la zona de San Luis Potosí, Veracruz, y aún en la zona de Guanajuato y Jalisco, existen sones”, señaló el cronista de Tampico, Marco Antonio Flores.

Refirió que “el fandango y ese tipo de jarabes se volvieron muy famosos en esa región. Francis Lyon, viajero inglés, fue quien en 1825 encontró hombres con jaranas, guitarras y sonajas”, señala el extinto cronista.

Asimismo, comentó que la jarana, instrumento musical característico del huapango, fue inventada por Pascasio Vargas en la ciudad de Tampico en el siglo XX, precisamente, en la zona de Árbol Grande (Ciudad Madero). Este instrumento cuenta con un número de cuerdas distintas a las de la zona de barlovento.

Por último, afirmó que se han encontrado huapangos en el siglo XIX, “todo llega de un origen; George Francis Lyon, que no le da nombre de Huapango, habla de fandanguillos, que vienen a transformarse con el nombre de huapango o son”.

Mural al Son huasteco. (Andrés Lobato)

Resurgimiento

Sin duda, los festivales culturales fueron los escenarios donde se mostró la existencia de este género: el de baile de San Joaquín, el de las Huastecas que tiene sede alterna, pero principalmente el de Naranjos de Amatlán, que congrega a músicos, bailadores y estudiosos del género.

Ya en la segunda década del siglo XXI, Tampico crearía el Caimán del Carpintero y Pánuco, el festival de la ciudad cuando se declara el 9 de agosto como el Día del Huapango.

Cabe mencionar que existe influencia para este “rescate” por una comunidad huapanguera en Ciudad de México, así como políticas sociales de las casas de cultura de los municipios y la eterna herencia no académica de las viejas generaciones para entregar su legado a músicos jóvenes. Otro punto es que las universidades también muestran su parte académica.

“Quedan muy pocos músicos de la vieja escuela, aquí existen aún Los Regionales del Pánuco como la agrupación más importante, vigente, pero hay otros como Inspiración Trovera que mantiene el estilo tradicional, porque los músicos de hoy maman de la tradición del abuelo o del músico al que sigues, el maestro y se crea una sucesión generacional, que es lo natural de estos jóvenes”, comenta el cronista de Pánuco, Luis Enrique Pérez.
Monumento a bailadoras y bailadores del son. (Andrés Lobato)

mpl

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