En los últimos meses ha incrementado el número de casos en torno a supuestos gestores inmobiliarios que aprovechan la venta de casas en remate por los bancos para defraudar a los compradores.
De acuerdo con Fabiola Pérez Serrano, directora de Grupo H Bienes Raíces, estas personas bajan las fotografías de las propiedades que están anunciadas, principalmente, en redes sociales y tienen mucho tiempo sin poder venderse, y aseguran que las tienen en venta a través de remate bancario, el cual en verdad existe, pero llega una etapa en la que el banco todavía no tienen la posesión del inmueble y así vende la cartera a empresas especializadas en remates.
“Como el banco no tiene la posesión el cliente no puede pasar a conocerla la casa por dentro, deben comprar el remate así, es ahí donde se debe tener mucho cuidado. Hay quienes que por el bajo precio se impresionan y dan un anticipo para apartar la casa”.
Lamentablemente los falsos inmobiliarios tienen a inventarse una empresa, crean páginas web, rentan oficinas por un tiempo y una vez que reciben dinero, desaparecen. “Este es el fraude de moda o del momento en el Valle de Toluca”.
Para evitar sorpresas es indispensable trabajar con empresas especializadas en remates, estén bien establecidas con varios años en el mercado, corroborar que tengan oficinas propias, que tengan mucha gente trabajando, incluso hablar con los bancos para saber si trabajan con ellas.
“En promedio una casa en manos del banco se remata en 30 por ciento por debajo de su valor, los remates que van del 40 al 50 por ciento hay que tener cuidado”.
El caso más reciente se presentó con un comprador en Toluca, que una vez que presentó la denuncia no tuvo respaldo ni de la Fiscalía General de Justicia ni de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) porque no supieron que hacer.
Otros fraudes
Por la falta de regulación en el sector inmobiliario -dijo- hay fraudes que siempre han estado presentes en el mercado como las personas que se hacen pasar por gestores, crean sus páginas web y a veces llegan a rentar oficinas, con personas que se prestan para vender las propiedades varias veces, “piden enganches y dan una parte al gestor, esto se da en todo el país”.
Asimismo, hay quienes se dedican a la venta de inmuebles y se presentan como trabajadores de empresas reconocidas sin ser verdad. Algo que sucede, sin necesariamente ser un fraude y pone en riesgo el patrimonio, es la práctica de la actividad inmobiliaria sin la capacitación necesaria, pues hay quienes no revisan bien la documentación y tienen problemas para cerrar negocios.
“Muchas veces las casas están intestadas y el juicio no se puede arreglar, otras ventas están restringidas por temas de pensión alimenticia y los seudo asesores las ofrecen, piden enganche y firman contrato. Esto no es un fraude, pero las personas tienen que entrar a un juicio para recuperar su dinero si es que el supuesto vendedor no se lo ha gastado o dar largas para regresarlo”.
Lo mismo pasa con las rentas de algunos departamentos y los terrenos baldíos que se ponen en venta a cada rato por terceros que se hacen pasar por propietarios, reciben enganches, desaparecen y los dueños verdaderos nunca se enteran de nada. “Algunos solo ponen números telefónicos, los anuncian por redes con fotos de referencia y ni papeles tienen”.
Operaciones serias
Una operación bien blindada -detalló- implica el llenado de al menos 25 formatos bien hechos, con un tiempo estimado de venta de 2 meses en inmuebles con mucha demanda y a buen precio, en cambio los inmuebles en valores no comerciales pueden tardar hasta 8 meses.
“Lo que más se vende es el interés social de entre un millón y millón y medio, pero casi no hay, a partir de 5 millones de pesos se complica la venta por la cantidad de ingresos que deben comprobarse para acceder a un crédito”.
Pérez Serrano destacó que otro punto para alertar a los compradores son las bajas comisiones que cobran los vendedores, pues la comisión promedio en el Valle de Toluca oscila en 5 por ciento.
“Hay que tener cuidado con quienes cobran de 3.5 por ciento para abajo porque es gente que no está capacitada, no tiene oficinas, no pagan la membresía de una asociación formal, por eso cobran barato”.
Un profesional inmobiliario debe cubrir de inicio al menos 30 horas de capacitación teórica y legal, aprender cuestiones fiscales, entender la documentación y estar respaldado por una asociación para garantizar la compra o la venta.
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