El Día Internacional de la Mujer no se celebra, sino se conmemora. Aunque aseguró que el camino es el correcto, Karen Montes, psicóloga del Centro de Justicia para Las Mujeres de la Fiscalía General del Estado (FGE), dijo que el trabajo es continuo.
“Hay que conmemorar (el 8 de marzo), creo que es como muy importante más que hacer una celebración una conmemoración. Hacer una evidente diferenciación de que estamos en el camino para la adquisición completa de una vida libre de violencia, pero el trabajo tiene que ser continuo, empático, amable, humano”, expresó.
La egresada de la licenciatura en Psicología de la UAP enfatizó que el Día Internacional de la Mujer es un buen día para enmarcar lo logrado con miras a que sea reconocido los 365 días del año.
Sin embargo, dijo que para lograrlo las mismas mujeres se tienen que ayudar para alcanzar sus ideales debido a que no todas tienen las mismas oportunidades.
“Primero tenemos que reconocer y evidenciar que hay algo que cambiar, desgraciadamente muchas personas, muchas mujeres han vivido a través del discurso impositivo de la tradición, de lo que se tiene que hacer. A veces por miedo o por desconocimiento nos quedábamos encasillados en eso, entonces creo que las personas, como yo, que han tenido la enorme suerte de salir, de pertenecer a una institución como esta y de conocer otras cosas, primero es evidenciar y luego articularnos con las demás”, consideró.
En entrevista con MILENIO PUEBLA, Karen se puso como ejemplo de superación de uso a que viene de Tlatlauquitepec, municipio donde, aseguró, hay mucha violencia contra las mujeres.
“Cuando llegué al Centro de Justicia para Las Mujeres, le comentaba a la entonces titular que vengo de Tlatlauquitepec, un municipio de la Sierra Norte del Estado de Puebla, donde allá todavía hay muchas cuestiones arraigadas de violencia de género. Fue un poco complicado porque a lo mejor dentro de mi historia personal soy hija única, a final de cuentas es un municipio, una comunidad rural”, expresó
La psicóloga señaló que estudiar en la ciudad de Puebla y salir de su hogar fue un poco difícil de asimilar para los miembros de su familia, sobre todo al inicio.
“Tenía mucha convicción, muchas ganas de estudiar y después de la Licenciatura he tenido la maravillosa oportunidad de continuar con mi preparación académica”, compartió a detalle.
Asimismo, aseguró que su esfuerzo no solo le hizo abrir los ojos a los integrantes de su familia, sino a varias mujeres que ahora tienen la misma convicción.
La psicóloga del Centro de Justicia para Las Mujeres, que de enero a la fecha ha atendido 409 casos de mujeres víctimas de violencia, dijo que su trabajo la enriquece como mujer.
“Para mí ayudar a otras mujeres en el proceso de empoderamiento, me enriquece a nivel profesional y humano. Todos y todas las personas que estamos aquí tratamos de trabajar mucho en ese lado humano”, expresó.
AFM