El estado de Puebla cierra el año 2022 con rezago educativo de cinco años, menores con déficit de atención, estudiantes que en cuarto y quinto año de primaria presentan carencia de habilidades matemáticas y de lectoescritura; además, se requiere una mayor inversión para libros que desarrollen capacidades y para insumos en las escuelas.
Laura Angélica Bárcenas Pozos, académica en la Dirección de Investigación y Posgrado de la Universidad Iberoamericana Puebla, explicó que a pesar de que el presente ciclo escolar ya se desarrolla en la modalidad presencial en su totalidad, la recuperación de aprendizajes y habilidades tardará, al menos cinco años, para lo cual es fundamental la participación de docentes, padres de familia, estudiantes y de los diferentes sectores de la sociedad.
Las más recientes cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que el rezago educativo pasó de 21 a 23 por ciento de la población, situación que se traduce en la necesidad de trabajos continuos para que los estudiantes logren recuperar los aprendizajes.
Estrategia de WhatsApp no funcionó
Durante las clases a distancia y a lo largo de la implementación del modelo híbrido, el aprendizaje fue desigual y mientras en algunos estudiantes pudieron continuar con los procesos educativos otros no tuvieron ninguna retroalimentación, destacó Laura Angélica Bárcenas Pozos.
“La situación es bastante compleja, ya preveíamos cuando observamos que la pandemia se estaba alargando. La verdad es que la estrategia del WhatsApp fue una estrategia educativa pobre porque el WhatsApp no está diseñado para generar procesos de aprendizaje. Entonces, se llevaban tareas que regresaban los padres de familia, pero no hay ninguna garantía de que esas tareas las hubieran hecho las niñas, los niños o los adolescentes. No había explicaciones de los nuevos aprendizajes”, apuntó.
En entrevista para MILENIO Puebla, Bárcenas Pozos destacó que ante el rezago educativo, se requiere un seguimiento especial por parte de los docentes a los estudiantes con el objetivo de impulsar el desarrollo de habilidades.
“Todo esto ha generado un rezago educativo bastante amplio. En las pruebas que ha hecho el Inegi se considera que hay un rezago de dos puntos porcentuales. Antes de la pandemia, Puebla presentaba un 21 por ciento de rezago y, actualmente, hay 23 por ciento de rezago. Es significativo el rezago que se está presentando actualmente”, explicó.
En las escuelas, se puede notar que algunos estudiantes de cuarto o de quinto grado no desarrollaron las habilidades de lectoescritura ni de matemáticas, ante lo cual es fundamental que se apliquen estrategias de apoyo.
“Ya en la práctica cotidiana observamos a niños de cuarto y quinto de primaria que no han adquirido la lectoescritura y que su proceso de adquisición de las matemáticas es muy elemental, muy básico. Suman y restan cuando ya deberían resolver, incluso, problemas con números fraccionarios”, explicó.
Para la investigadora, al menos, el rezago educativo se podrá reducir en un lustro, es decir, los estudiantes que ahora están en tercero de primaria, en cinco años, cuando estén en segundo de secundaría, con el seguimiento adecuado, ya podrían haber recuperado las habilidades que no se desarrollaron en tiempos del confinamiento.
Los docentes “batallan mucho” para poner al corriente a sus estudiantes y es un tema en que se seguirá trabajando durante los próximos años. “No se va a resolver pronto. No creo que sea una década, pero sí considero que un lustro”.
“Hay un rezago como de cinco años y, más o menos, es el tiempo que van a tardar los docentes en poner al corriente a los estudiantes, es decir, los alumnos que ahora están en tercero de primaria, cuando lleguen a segundo de secundaria, apenas estarán alcanzando su nivel, siempre cuando los profesores se centren en los aprendizajes que se relacionan con habilidades que son lectoescritura y pensamiento lógico matemático. Todo lo demás, los niños y los adolescentes lo pueden aprender por su cuenta. Pero estas habilidades si necesitan de apoyo para desarrollarlas”, añadió.
Déficit de atención creció
En general, los estudiantes ya presentaban cierto grado de déficit de atención; sin embargo, durante la pandemia el problema se agudizó, añadió la investigadora de la Ibero Puebla, Laura Angélica Bárcenas Pozos.
“La atención y la capacidad de mantenerse atentos tiene que ver bastante con las condiciones sociales. Hemos seguido perdiendo nuestra capacidad de atención porque tenemos una televisión que nos ayuda a centrar la atención cada determinado tiempo y nos cambian de tema y nos cambian de contexto, entonces, nuestra atención de mueve y la escuela no está pensada así”, explicó.
Los niños que empezaron la primaria en el año 2020 no aprendieron la habilidad de centrar su atención. “Los docentes trabajan mucho con los estudiantes de primaria. Entonces, estos niños que ahorita están en tercero, cuarto de primaria están desfasados. No tienen estas habilidades desarrolladas”, resaltó.
Estudiantes requieren nuevos libros y escuelas, equipamiento
La pandemia de covid-19 recordó que las escuelas en Puebla requieren de un mayor equipamiento para responder a las necesidades actuales; mientras, los estudiantes necesitan libros que desarrollen sus habilidades.
“Me parece una medida acertada que se invierta más dinero en cuestiones educativas. Particularmente, hay que dotar a las escuelas. Más que aumentar el salario de los profesores que acaban de obtener un incremento, hay que dotar a las escuelas de insumos. Hay que completar las escuelas que fueron dañadas durante los sismos de 2017 que no han sido totalmente recuperadas, las que fueron vandalizadas durante la pandemia. Entonces, en microestructuras, se requiere más equipamiento”, explicó Laura Angélica Bárcenas Pozos, investigadora en procesos educativos de la Ibero Puebla.
Al mismo tiempo, la especialista destacó que los estudiantes requieren libros que funcionen como herramientas que permitan un enriquecimiento de aprendizajes y el desarrollo de habilidades.
“Se necesita invertir en libros de texto, en libros que repartan entre todos los niños y niñas, alumnos del estado, que tengan herramientas para completar y favorecer sus aprendizajes. Ese es otro asunto que perdimos durante la pandemia. Se emitieron los famosos cuadernillos, pero no les llegaron a todos, no todos tuvieron acceso a los cuadernillos. Los cuadernillos circulaban de forma digital, por WhatsApp, pero no tenían un cuadernillo físico. Los que tenían mejores habilidades tecnológicas pudieron manejarlos. Necesitamos libros físicos en los que niños puedan trabajar”, comentó.
Rezago impactará en calidad de vida
El rezago educativo que enfrentan los estudiantes no será sencillo recuperarlo y en el futuro impactará en su calidad de vida y hasta en el poder adquisitivo, explicó Rodolfo Cruz Vadillo, investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).
“No sabemos qué tan sencilla será la recuperación. Tiene que ver con la intervención educativa que debe ir acompañada de otras políticas estructurales que posibiliten, en primera instancia, que los estudiantes regresen a las aulas y segundo, que los procesos de enseñanza aprendizaje sean de tal calidad que posibiliten la recuperación de esos aprendizajes perdidos”, apuntó.
Existen diferentes problemas por atender, tanto en lo particular como en lo colectivo, entre ellos, los equipos tecnológicos y computadoras en los hogares y en las escuelas, el acceso a Internet y la situación económica.
“A futuro, esta pérdida de conocimiento y pérdida de habilidades, no sólo se queda en la pérdida en sí, sino que va a impactar en el nivel y poder adquisitivo de estos estudiantes que están sufriendo este problema de pérdidas de conocimientos y habilidades. Si los estudiantes no logran revertir esta problemática, va a impactar en su bolsillo el día de mañana por percibir un bajo salario por el nivel educativo con el que contarán”, apuntó.
Ante la situación educativa, Cruz Vadillo, en su análisis “La educación de calidad contribuye al desarrollo del país”, destacó que se requieren de políticas educativas estructurales que mejoren las condiciones en que se imparten las clases.
“Se necesita de políticas estructurales que mejoren las condiciones generales de todos; de las familias que han sido bastante golpeadas por la pandemia y la situación económica, por el incremento de la pobreza en el país y de otros factores que han ido en detrimento del bienestar social”, finalizó.
CHM