Detectan alteración del ciclo del agua en el Atoyac: cae 10% escurrimiento y recarga

Actualmente en la cuenca del Atoyac se están incumpliendo con los principios de la ONU.

Vista de una fracción del Río Atoyac | Andrés Lobato
Jaime Zambrano
Puebla /

La cuenca del Alto Atoyac presenta una alteración del ciclo del agua porque la recarga del acuífero no es similar a las cantidades de agua que son utilizadas en la zona metropolitana de Puebla y Tlaxcala en donde habitan más de tres millones de personas.

De acuerdo con análisis realizado por Carlos Patiño Gómez, investigador de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), en la cuenca del Alto Atoyac que se compone por nueve cuencas, se detectó una reducción de lluvias de siete por ciento y se redujo el escurrimiento y la recarga del acuífero en niveles de 10 por ciento.

“La anomalía de precipitación que era de siete por ciento se traduce en una anomalía a la baja de 10 por ciento de escurrimiento. Esa anomalía a la baja quiere decir una disminución de la disponibilidad para satisfacer las demandas para los diferentes usos”, comentó.

Al mismo tiempo, en la cuenca del Atoyac se están incumpliendo con los principios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que en 2010 estableció el derecho humano al agua y al saneamiento, ante lo cual, se llama a garantizar el vital líquido para consumo personal y doméstico de manera suficiente, saludable, aceptable y asequible.

La reducción de los escurrimientos en la cuenta del Atoyac se detectó a partir de la configuración de un modelo para obtener los índices de seguridad hídrica, metodología, desarrollada entre investigadores de la Udlap, junto a la Universidad Iberoamericana Puebla y la Universidad de Edimburgo.

A partir de la aplicación del modelo para analizar los índices de seguridad hídrica se detectaron impactos del cambio climático y la disponibilidad de agua en espacios particulares de la cuenca del Alto Atoyac.

La modelación hidrológica para el acuífero que se encuentra en Puebla y Tlaxcala contempla una relación del proceso lluvia-escurrimiento, ajustes de parámetros tradicionales, anomalías de precipitación y proyección de escenarios futuros.

“Las nueve zonas de la cuenca fueron analizadas para conocer las variaciones naturales y determinar su disponibilidad con base en las actividades humanas. Como resultado se encontró que la baja en lluvias y escurrimiento se traducen en dificultades para satisfacer las necesidades de cada región”, apuntó.

Ante los resultados detectados, el investigador de la Universidad de las Américas Puebla resaltó la importancia de actualizar las bases de datos para generar recomendaciones oportunas frente a diversos riesgos ambientales en la zona de la Cuenca del Atoyac.

“La conservación de las cuencas debe ser contemplada como infraestructura natural para la resiliencia. No ha sido sencillo analizar la cuenca del Alto Atoyac. Los últimos años han supuesto un ir y venir de argumentos a favor y en contra de un proceso de deterioro de las condiciones tanto del acuífero como del subsuelo en el que transita y se recarga”, destacó el especialista.

Por último, el especialista aseguró que implementar tecnologías amigables con el medioambiente puede favorecer paulatinamente la recuperación natural del sistema acuífero en la parte superficial.

AFM

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