Informalidad y reactivación económica tras pandemia redujeron pobreza en Puebla: Ibero

De 2020 a 2022, Puebla registró una disminución de 62.4 por ciento de la población con alguna carencia.

Comercio informal | Especial
Jaime Zambrano
Puebla /

La reactivación económica tras la pandemia de la covid-19, los programas sociales del gobierno federal y una economía informal que se mantuvo operando, pese a la suspensión de actividades para reducir la posibilidad de contagios, son factores que impulsaron la reducción de la pobreza.

Miguel Calderón Chelius, responsable del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que aumentó el ingreso disponible y la masa salarial de las familias en este año.

“Ha aumentado el ingreso disponible, ha aumentado la masa salarial, ha aumentado a través del salario mínimo, pero, también, ha aumentado, a través del número de contrataciones y esto ha permitido que haya mayor dinero en las familias”, destacó.

El análisis “Medición de la pobreza” del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revela que, en Puebla, en el año 2020, se registraron cuatro millones 136 mil personas en pobreza; mientras que, al cierre del año pasado, se contabilizaron tres millones 626 mil 900 personas con la misma situación. En otras palabras, la pobreza en Puebla registró una disminución de 62.4 por ciento de la población con alguna carencia a 54 por ciento al cierre del año pasado.

A la par, el investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita resaltó que los programas sociales se colocan como otro factor para la reducción de la pobreza, en particular, porque son más accesibles a comparación con aquellos que solo se enfocaban en personas en situación de pobreza.

“Históricamente, los programas sociales difícilmente llegan a los sectores más pobres. Tienen problemas hasta de identificación, y si pensamos en la hiperpobreza, tienen problemas hasta de domicilio. Hay que diseñar programas específicos para estos grupos en prácticamente indigencia”, explicó.

Para el especialista en temas salariales, la reactivación de la economía tras la pandemia de la covid-19 que comenzó en marzo de 2020, influyó en la reactivación de la economía y en una mayor ocupación.

Destacó que el sector económico informal no paró del todo durante el llamado periodo de confinamiento, lo cual, permitió que las familias no enfrentaran escasez de alimentos, como pasó en otros países.

“Es muy claro que después de la pandemia la economía tuvo una enorme contracción, y ha habido una reactivación que además se ha visto estimulada por el capital externo que está entrando al país, producto de los del contexto internacional. En ese sentido, la economía tuvo un impulso grande después de la crisis sanitaria”, expresó.

En su análisis, Calderón Chelius advirtió sobre la posibilidad de que se presente una subestimación de la pobreza, es decir, que en la realidad se presente un mayor número de personas con carencias en comparación con las que se pueden registrar en el estado y en el país.

“Esto se debe al método de intersección que usa la institución para determinar los niveles de pobreza, pues, para considerar que una persona es pobre, tiene que ser carente de ingresos, y esto lleva a una paradoja conceptual de que una persona o una familia que no tiene ni para comer, no es considerada pobre porque tiene otras cosas”, apuntó.


CHM

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