Las redes sociales se han convertido en un espacio para reproducir la violencia en contra de las mujeres.
Allí se hace resonancia a estereotipos como “mamá luchona” o “feminazi”, se acosa y discrimina y con el anclaje de conductas machistas, se vulneran sus derechos.
La reproducción de la violencia
La coordinadora institucional de Equidad de Género de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Rocío Álvarez Miranda, sostuvo que las redes sociales, al ser un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, se convierten en un terreno fértil para reproducir la violencia en contra de las mujeres, pues se conjugan factores como el anonimato, el reforzamiento de estereotipos a través de imágenes, la cosificación de las mujeres y la constante reproducción que pudiera existir de aquellos contenidos.
“Las redes actualmente se conocen como tecnologías 2.0 y que potencializan la transmisión de información y el impacto de ésta, de tal manera que las redes sociales han sido importantes en un sentido de difundir lo que tenemos interiorizado; a través de la cultura, son un reflejo de nuestro pensamiento social: las redes han influido en sustentar, fortalecer y también en difundir esta clase de ideas, de intolerancia en contra de las mujeres”.
Feminazis
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la académica explicó que entre los ejemplos más claros que se pueden encontrar en las redes sociales para deslegitimar movimientos sociales que promueven los derechos de las mujeres, como lo es el feminismo, se ubica el uso de la frase “feminazi”, que desvirtúa la esencia de igualdad o equidad entre hombres y mujeres.
“Vivimos en un sistema social que está atravesado por prácticas machistas y organizado desde el patriarcado, de tal manera que como sistema, lo que busca es permanecer, las redes sociales forman parte de esos mecanismos de reproducción. Una forma de deslegitimar es hablar de feminazis, aludiendo a mujeres que quieren estar por arriba de los varones o que desprecian a los varones, cuando el feminismo no es eso, es un término que se utiliza para desinformar”.
Mamá luchona
Otro de los estereotipos que podrían representar un acto de violencia es el uso del término “mamá luchona”, con el que se desvaloriza el trabajo de las mujeres que son jefas de familia.
Desde el ámbito académico, la especialista realizó una serie de recomendaciones para que los usuarios de redes sociales eviten caer en actos de violencia en una versión 2.0, es decir, a través de las redes sociales, entre ellas destacan: realizar un análisis de contenido, lo que implica, mantener una perspectiva crítica, ya que la iconografía o imágenes, así como la información que se difunde en su mayoría está cargada de sexismo.
“Están sexualizando los cuerpos, están generando una lógica de consumo del cuerpo, generando o reproduciendo discriminación, así como difundiendo y normalizando la violencia, en ese sentido, estos mensajes favorecen y alientan a que se generen conductas violentas en contra de las mujeres”.
Otro de las recomendaciones es evitar el consumo de páginas o perfiles en los que se cosifique o hipersexualice a las mujeres o en los que se culpabilice a las víctimas o se justifique el uso de la violencia en contra de ellas, lo que abone a desarticular esos flujos de desinformación y actos marchistas
Las cifras del ciber acoso
Al respecto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) refiere en el Módulo sobre Ciberacoso de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de Información en los Hogares (2015), que aproximadamente 24.5 por ciento del total de personas usuarias de internet o teléfono celular, ha experimentado alguna situación de ciberacoso; de éstos 47.9 son mujeres.
Uno de los resultados que sobresale es que entre mayor formación educativa tengan las mujeres, se acentúa la probabilidad de que puedan ser víctimas de ciberacoso.
Las estadísticas a nivel nacional indican que mientras 10 por ciento de las mujeres sin escolaridad señalaron haber sufrido ciberacoso, en aquellas que reportaron escolaridad de nivel superior el índice incrementó hasta llegar hasta los 35.7 puntos porcentuales.
En mujeres que tienen nivel básico de escolaridad, el porcentaje sube a 17.5, seguido de aquellas cuya escolaridad es de nivel medio superior con 20.6.El hostigamiento se presenta con mayor fuerza en las mujeres jóvenes de entre 20 y 29 años, entre las cuales alcanza 30 por ciento de incidencia, seguido por el grupo de 12 a 19 años en una proporción del 28.1.
En las mujeres de 30 a 49 años de edad es de 20 y de solo nueve en las mayores a 50 años.
La forma de acoso más frecuente se presenta por medio de spams o virus, recepción de llamadas, contacto por medio de identidades falsas, recepción de contenido multimedia, registro en sitios web, robo de identidad, entre otros.
LC