Mientras en México se comienza a atisbar tímidamente el incremento de casos de coronavirus Covid-19, en medio del pánico de algunos y la incredulidad de otros, una regiomontana residente en Italia pide a los nuevoleoneses no cometer el mismo error que ella: ser escéptica.
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Mayra Alejandra Cárdenas Saldívar vive en Trieste, una ciudad al noreste de Italia, junto con su hijo y su esposo, quien es italiano.
Luego de estar en Monterrey para resolver situaciones personales y pasar las fiestas navideñas, Mayra Alejandra regresó a Europa y llegó a Trieste el 17 de febrero pasado.
A más de 10 mil kilómetros de distancia, Mayra contó a MILENIO Monterrey cómo gradualmente su vida y la de los italianos fue cambiando hasta llegar al punto de no poder salir de sus hogares por orden de las autoridades.
Lo primero que hace Mayra antes de iniciar su relato, es posicionarse en el grupo de las personas "incrédulas" ante la gravedad del coronavirus.
"Se hablaba de que había infectados y que estos estaban principalmente en Milán (a 423 kilómetros de Trieste), pero hasta ahí, la vida era relativamente normal.
"No estaba espantada, al contrario, mi marido me estresaba porque él empezaba con el tema de que esto iba a empeorar", relató.
En su forma de contar los hechos se puede palpar cierta angustia, una que ella confirma disculpándose con voz entrecortada en varias ocasiones.
Las primeras restricciones del gobierno italiano comenzaron una semana después de su regresó a aquel país, alrededor del 24 de febrero, aunque estas se limitaron a las regiones del norte, donde ella vive. De acuerdo con el relato de Mayra, esas medidas son similares a las que justo se están tomando en estos momentos en Nuevo León y en todo México.
"Hubo cierre de escuelas, cierre de cines, de hecho fuimos al carnaval de una ciudad aquí cerca, y no-sotros teníamos nuestro carnaval, pero igual cancelado nuestro car-naval de Trieste. Todos los teatros, todos los espectáculos públicos deportivos y de cualquier índole", contó.
El problema se agravó en la segunda semana de marzo, expuso Mayra.
"A partir de este domingo explotó todo, hay un registro que tienes que avisar para salir, hubo camionetas que pasaban por las calles avisando a la gente que no saliera de sus casas, los cajeros ca-da que pagaban algo o agarraban algo, se limpiaban las manos.
"Algunos ancianos dicen que parece que estamos en guerra. Es un poco triste ver las calles así so-las, todo vacío, te miran raro si no tienes una justificación para salir", relata con notoria tristeza en la voz.
Mientras este relato es escrito, Italia contabilizaba más de 17 mil casos confirmados de coronavirus, con un estimado de mil 440 muertes.
Como con cualquier tema, el accionar del gobierno mexicano ha provocado una polarización de la opinión pública. Hace unos días muchos criticaban una supuesta falta de acciones que apenas ahora comienzan a aparecer: los partidos de futbol se celebrarán a puerta cerrada, las clases presenciales en todos los niveles han sido canceladas y ahora en Nuevo León, el festival Pa’l Norte ha sido finalmente pospuesto.
Lo que Mayra pide es no minimizar la pandemia, como ella y muchos italianos hicieron. Incluso, se dice molesta por lo que observa en sus redes sociales, y considera que muchas personas en Nuevo León se están tomando el tema demasiado a la ligera.
"Siento como coraje, la gente está bromeando, la gente está como confundida. Me siento molesta de que las cosas no las estén tomando con seriedad. Si lograba regresar (a Nuevo León), que ya no lo logré, me pensaba poner sola en cuarentena. No deben de estar bromeando con esto”, aseveró.
Por último, Mayra aportó un consejo que suena bastante regio y que le sale muy natural.
"Por favor, no se apendejen. Yo pertenecía al grupo de que 'no va a pasar nada, es una simple gripa'. Yo pertenecía al grupo de que no hay que tener miedo.
"Por favor cuídense, al menos acá, este virus evolucionó increíblemente. Este fin de semana, en nuestra región había 10 enfermos, el lunes amanecimos con 100", finalizó.