El sismo que se registró la mañana de este 3 de marzo con epicentro en Isla, Veracruz, y que se sintió en la zona metropolitana de Puebla se presentó por el movimiento de placas tectónicas, en particular, la de Cocos y podría volverse a registrar en cualquier momento.
De acuerdo con el análisis realizado por Eduardo Ismael Hernández y Gerardo López Arcega, investigadores de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), el sismo del 3 de marzo cuenta con características similares a los movimientos telúricos que se registraron el 15 de junio de 1999 y los del 19 de septiembre de 2017.
Los sismos se producen porque se separan las placas a partir de una falla, por el choque de las placas o porque una se desplaza bajo la otra. En el caso del sismo de este 3 de marzo, se presentó por una separación “normal” de las placas, por ello, son más comunes y, en cualquier momento, se pueden repetir, explicó Eduardo Ismael Hernández, especialista en ingeniería de la universidad poblana.
En particular, el sismo de la mañana de este 3 de marzo se originó por un movimiento de la placa de Cocos, una placa tectónica que se encuentra debajo del océano Pacífico de la costa occidental de América Central.
“La zona del epicentro del sismo de esta mañana fue Isla, Veracruz. Se presenta por un movimiento de la placa de Cocos. Este tipo de temblores son muy comunes y afectan al estado de Puebla. El sismo tiene características similares a los que se registraron el 15 de junio de 1999 y a los sismos del 19 de septiembre de 2017. Son temblores que se registran por un fallamiento normal, es decir, por la separación de las placas”, apuntó el investigador.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), el sismo que se registró la mañana del 3 de marzo tuvo epicentro al sureste de Isla, Veracruz, con una profundidad de 10 kilómetros. En otras palabras, se trató de un sismo conocido como superficial en el que las ondas sísmicas se hacen eficientes.
“Se producen lo que nosotros conocemos como ondas superficiales, con mucha más amplitud, es decir, registran más movimiento que los temblores con ondas T o S, como se conocen en este campo de estudio”, explicó el investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP.
Los temblores se registran por la acumulación de energía que constantemente se está liberando, pero en ocasiones, se presentan sismos profundos, sismos someros e intermedios o movimientos superficiales.
Por su parte, Gerardo López Arcega, investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Upaep, resaltó la importancia de que la población cuente con un plan de acción que le permita tomar decisiones para salvaguardar su integridad y la de sus seres queridos.
“Es importante que la gente participe activamente en la organización de simulacros, y que siempre estén alertas porque un sismo puede suceder en cualquier momento. Es importante darle la seriedad que se merece a los ejercicios de preparación”, apuntó.
AFM