El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, informó que la emergencia sanitaria del coronavirus tuvo un impacto de más de 29 mil millones de pesos, lo que se dividió en dos factores: dejaron de ingresar hasta 13 mil millones de pesos de cuotas obrero-patronales, como consecuencia de la pérdida de empleos, y el gasto 16 mil millones de pesos en la contratación de personal y en la compra de equipos para hacer frente al covid-19.
En conferencia de prensa, Robledo precisó que a pesar de la presión financiera derivada de la caída del empleo -supera un millón de desempleos-, no recurrieron a las reservas estrategias, las cuales, darán viabilidad financiera al Seguro Social hasta 2034, es decir, tiene ocho años adicionales de respiros.
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Robledo comentó que en el Presupuesto de Egresos de la Federación presentaron al Congeso de la Unión ese primer cálculo del impacto que ha tenido la pandemia.
“Estos están rondando entre 12 y 13 mil millones de pesos, impactos económicos que corresponden al decremento de cuotas obrero- patronal por la caída del empleo”, dijo Robledo.
“El gasto por covid-19 está en alrededor de 16 mil millones de pesos, es una proyección, y de ese gasto cerca de 9 mil millones de pesos son nuevas contrataciones. Contratamos a cerca de 41 mil personas por un tiempo determinado que vence el 31 de diciembre”, añadió.
En el gasto que engloba los alrededor de 16 millones de pesos se encuentra el bono covid-19 y otros estímulos económicos para los trabajadores de la salud. Asimismo, la adquisición de Equipos de Protección Personal, ventiladores, rayos X, reparación de bombas y reconversión de la infraestructura hospitalaria.
"No hay riesgo financiero en el IMSS"
Los recursos extraordinarios, aclaró, se obtuvieron a partir de reasignaciones presupuestales de otros programas importantes pero no urgentes, y reduciendo el gasto corriente para responder a la emergencia sin tomar recursos de la reserva económica estratégica.
La pérdida del empleo osciló en los primeros meses en 12 mil y llegó a tener su punto más alto en el mes de abril con una disminución mensual de 555 mil 247 fuentes laborales.
“No hay un riesgo de crisis financiera en el IMSS. Eso sí lo quiero aclarar. Hay una situación complicada a raíz de la caída del ingreso y la presión del gasto ante una nueva enfermedad y un escenario pandémico que nos llevó a la reconversión”, comentó.
Y “no hay crisis financiera porque el año pasado se estableció incorporar a la reserva estratégica cerca de 33 mil 300 millones de pesos, adicionalmente a la Secretaría de Hacienda hizo un planteamiento para incorporar en diciembre de 2021 a la reserva por cerca 35 mil millones de pesos. Esto está dando una vialidad viabilidad financiera hasta el 2034, le estamos incorporando ocho años más de sustentabilidad”.
Robledo reconoció que “la situación no es fácil, por supuesto”, pero no se puede comparar lo sucedido en la pandemia del 2009, donde hubo una crisis económica primero, después apareció la A/H1N1 con un impacto mucho menor a lo que estamos actualmente enfrentando.
Una de las estrategias del IMSS para garantizar los servicios en las unidades médicas de la administración pública federal en la nueva mortalidad consiste en capacitar a más de 2 mil 500 residentes, asimismo tener hospitales abiertos de tiempo completo, ampliar los horarios de atención, “mucha austeridad en lo superficial para centrarnos en lo sustancial”.
Por su parte, Víctor Hugo Borja, director de Prestaciones Médicas, reconoció que el 2019 fallecían por diversas causas 11 mil personas mensuales y se elevó a 15 mil decesos por covid-19 mensuales, en junio se tuvo el pico más alto, con 21 decesos. En términos globales, en el IMSS se tiene un registro de exceso de mortalidad de alrededor de 40 mil personas que, básicamente, fallecieron por la pandemia del coronavirus.
Borja explicó que el seguro social hizo lo posible por mantener la atención de diferentes causas de enfermedad y en esta ocasión esperan reprogramar cirugías, consultas, estudios clínicos.
Por ejemplo, en consulta de Especialidades existe un rezago del 44 por ciento: en 2019 se ofrecieron 13 millones 422 mil 894, en este año, a causa de la pandemia, disminuyó a 7 millones 564 mil 191; en cirugías, el año pasado fueron 866 mil 673 y durante la pandemia sólo se realizaron 519 mil 989. El rezago del 40 por ciento. Los estudios clínicos pasaron de 103 millones 583 mil 658 a 80 millones 061 mil 483, el rezago es de 33 por ciento.
En términos generales, explicó, se dejaron de dar el 30 por ciento de la atención a causa de la pandemia, siendo las especialidades más afectadas las de cardiología.
En términos generales, explicó, se dejaron de dar el 30 por ciento a la atención de segundo y tercer nivel a causa de la pandemia, siendo las especialidades más afectadas las de cardiología y padecimientos metabólicos. Cáncer no canceló servicios.
OMZI