La Ley de fomento y protección al maíz nativo

Por Max Correa, diputado local de Morena

México es centro de origen del maíz. Por mas de 330 generaciones de indígenas y campesinos se domesticó el teozinte...

Coordinador Nacional de la Central Campesina Cardenista. (Especial)
Estado de México /

México es centro de origen del maíz. Por mas de 330 generaciones de indígenas y campesinos se domesticó el teozinte y cada región, conforme a su característica de suelo, altura y microclima, dio origen a una variedad especial: maíz palomero, maíz cacahuazintle, maíces negros, morados, amarillos, rojos, blancos, azules.

En el mundo se producen mil 110 millones de toneladas de maíz. México es el séptimo productor mundial con 24 millones de toneladas, que representan 2.4 por ciento de la producción, pero al mismo tiempo somos el primer importador del mundo con 14 millones de toneladas anualmente.

En el Estado de México, 75 por ciento de la superficie agrícola se siembra de maíz anualmente, un estimado de 600 mil hectáreas, de lo cual 70 por ciento es nativo con una producción aproximada de un millón de toneladas, por mas de 80 por ciento de productores campesinos e indígenas, y mas de 500 mil toneladas del “híbrido”.

Cada maíz tiene cualidades y sabores distintos, y es único según la región o comunidad donde se produce. El nativo y sus variedades tiene una memoria genética sobre su resistencia a la variación del clima en cada lugar, y una relación a un uso culinario particular para la elaboración de alimentos que caracteriza a cada pueblo originario y su cultura, y a toda la cocina mexicana que merece la denominación de patrimonio de la humanidad en tan amplia variedad: pinole, palomitas, tehuinos, tlayudas, atoles, tortillas, tamales, sopes, pozol, zacahuil, elotes, esquites.

De las mas de 64 razas de maíz y sus variedades nativas, los genetistas, ingenieros agrónomos de nuestras universidades y centros de investigación, han seleccionado las características de ciertos maíces nativos, como su adaptación a las sequía, resistencia a plagas y enfermedades propias del maíz, mejores los rendimientos y cualidades para fabricar alimentos o derivados industriales, y han surgido los llamados maíces híbridos, que acelerando lo que al campesino le costo miles de años, nuestros genetistas liberan estas variedades.

Sin embargo, existen otras variedades de plantas de maíz surgidas en laboratorio y creadas por empresas particulares que han combinado genes de diversas plantas y en ocasiones insectos, rompiendo barreras entre reino animal y vegetal, surgiendo las llamadas “variedades transgénicas”, con su respectiva patente, y consiguiente obligación de pago de patente, que obligadamente su uso va acompañado de un paquete tecnológico que involucra fertilizante y pesticidas -muchos de ellos altamente contaminantes y está prohibida su utilización en otros países, pero lamentablemente son vendidos y utilizados en nuestro país y en el Estado de México- que fabrica y suministra muchas veces la misma empresa o sus filiales, con lo que se genera una dependencia del campesino e indígena productor que cada ciclo agrícola debe adquirir ese paquete tecnológico -muchas veces adquirido en dólares- lo que genera un incremento de los costos de producción que no siempre se compensa con el incremento de los rendimientos por hectárea y menos aun, con los precios de mercado.

Por lo anterior, en septiembre de 2019 he presentado la iniciativa de “Ley de Fomento y Protección al maíz nativo y sus variedades como patrimonio alimentario del Estado de México”, iniciativa que se difunde entre productores campesinos e indígenas mexiquenses y que respaldan ampliamente dicha Ley maíz, mediante firmas, convencidos de la necesidad de su aprobación en la LX Legislatura.

La Ley de Fomento y Protección al Maíz Nativo del Estado de México  propone impulsar los programas estatales que fortalezcan la producción, diversificación, mejoramiento, almacenamiento, distribución, comercialización, procesamiento y abasto y consumo del maíz nativo y sus variedades en el Estado de México. La creación de bancos comunitarios de semillas nativas, un directorio de los “custodios”, científicos y técnicos comprometidos con la producción de maíz nativo. 

También propone canalizar 20 por ciento del presupuesto del sector agrícola del estado y conformar un “Consejo Consultivo Mexiquense del Maíz Nativo” de carácter honorífico, plural, interdisciplinario, incluyente, para la consulta, asesoría, vinculación, coordinación, planeación, formulación y evaluación de las políticas públicas que se desarrollen entre el gobierno y la sociedad, para la protección, fomento y mejoramiento del maíz nativo y sus variedades libres de organismos genéticamente modificados o elementos transgénicos.

La Ley Federal de fomento y protección al maíz nativo ha sido aprobada en el Senado el año pasado, este mes de marzo 2020 la Camara de Diputados aprobó su revisión con algunas adecuaciones, y próximamente el Pleno del Senado de la República decidirá finalmente sobre su aprobación. 

En su momento en el Estado de México estaremos listos para aprobar nuestra ley estatal y contribuir con ello a recuperar la soberanía y la salud alimentaria de México, de las familias de pueblos indigenas y campesinos de nuestro estado, pues podrán aprovechar la ventaja que representa nuestros localización en el centro del país, donde está el mayor número de consumidores de maíz.

Con la “Ley de Fomento y Protección al maíz nativo y sus variedades como patrimonio alimentario del Estado de México” se podrá triplicar el volumen y el valor de la producción de maíz nativo, contribuir al ingreso de las familias de productores y favorecer toda la cadena productiva. Continuará la producción de los híbridos con paquetes tecnológicos que no dañen el medio ambiente y la economía campesina. El Estado de México volverá a ser el granero del país.

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