Procesos migratorios crecen y con ellos, problemas mentales: expertos

Esto, aunado a que el 51 por ciento de la población encuestada refiere haber huido de sus países por la violencia, la inseguridad y las amenazas.

Inauguración del XIV Congreso Internacional sobre Migración y Salud Mental en la UNAM. | Blanca Valadez
Blanca Valadez
Ciudad de México /

La región mesoamericana “se encuentra en uno de los momentos de mayor movilidad humana en su historia reciente”, pues sólo en 2023 las autoridades de Estados Unidos registraron cerca de 2.5 millones de encuentros en su frontera sur con México con personas que ingresaron de manera irregular a su territorio por razones multifactoriales –como violencia, inseguridad y amenazas, factores socioeconómicos– y que impactan directamente en su salud mental, aseguró Anne-Birgitte Krum-Hansen, representante Asistente para la Protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

“Millones de personas, sin contar la población mexicana que representa el 25 por ciento de las detenciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en la frontera sur de Estados Unidos, transitan por México al año sin tener contacto con autoridades migratorias en este país”, explicó Krum-Hansen durante la inauguración del XIV Congreso Internacional sobre Migración y Salud Mental, celebrado en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.

La experta refirió que el gobierno de México, “mediante la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, ha registrado entre enero y mayo de 2024 la detención de casi 600 mil personas que ingresaron a México en situación irregular.

En tanto, el Instituto Nacional de Migración (INM), en junio del presente año, afirmó que entre enero y mayo de 2024 detuvo a un millón 393 mil 683 personas que se encontraban de manera irregular en el país, las cuales provenían de 177 países de los cinco continentes”, detalló en el acto inaugural, en la que acudió en representación de Giovanni Lepri, representante en México de ACNUR.

Las estadísticas visibilizan, dijo, la complejidad de la situación actual. “Para el ACNUR es fundamental mencionar que hay una creciente dimensión de desplazamiento forzado dentro de la movilidad humana de la región.

“Con base en los últimos datos de nuestro Monitoreo de Movimientos Mixtos de junio se identificó que 51 por ciento de la población encuestada refiere haber huido de sus países por la violencia, la inseguridad y las amenazas”, indicó.

Además, el 53 por ciento de las personas refirió que enfrentaría un riesgo al volver a su país de origen por amenazas directas, extorsión o persecución, según el monitoreo que efectúa sobre movimientos mixtos ACNUR.

La representante de la agencia de la ONU para los Refugiados también recordó que desde 2016 a la fecha, el crecimiento en las solicitudes de asilo en México ha sido sostenido y, en ese año, apenas hubo 8 mil 800 solicitantes. “Hay que recordar que, a diferencia de la población migrante, una persona refugiada no puede regresar a su país de origen porque su vida correría peligro”.

En la inauguración, Krum-Hansen comentó que, de acuerdo con cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), adscrita a la Secretaría de Gobernación, en México habitan más de 135 mil personas refugiadas que gradualmente se han insertado al tejido social de este país.

“En México hubo más de 140 mil solicitantes de asilo en 2023. Fue el sexto país con más solicitantes de asilo después de Estados Unidos, Alemania, Egipto, España y Canadá.
“De 2019 a 2024, las cinco nacionalidades que más solicitaron asilo en México fueron: Honduras, Haití, Cuba, Venezuela y El Salvador. Por género, aproximadamente el 41 por ciento de las personas solicitantes fueron mujeres, mientras que aproximadamente el 59 por ciento, hombres. Estos números ilustran a cabalidad que (las personas) de varios países se encuentran huyendo de diversos factores políticos, sociales, económicos y ambientales”, apuntó.

Cuando los desplazamientos obedecen a conflictos armados, persecución o desastres, abundó, se desarrolla en las personas un estrés psicológico y social significativo. Esto, ya que cada individuo responde y experimenta a la pérdida, dolor, perturbación y violencia de manera diferente, aunque en todos hay un impacto en la salud mental y en su bienestar psicosocial, agregó.

Anne-Birgitte Krum-Hansen, representante Asistente para la Protección de ACNUR. | Blanca Valadez

En la inauguración, Diana Tamara Martínez Ruiz, secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, refirió que la emigración en sus formas más extremas provoca estados emocionales y mentales que afectan gravemente el bienestar.

“Hemos visto que los problemas más comunes que surgen de esta realidad incluyen depresiones, ansiedades, estrés postraumático, crisis de identidad, presiones sociales y todos ellos agravados por el entorno migratorio. Ese duelo migratorio complejo que implica dejar el lugar, enfrentar un tránsito lleno de peligros, cruzar fronteras que se convierten en barreras por vencer y adaptarse a nuevos entornos que, muchas veces, son hostiles e indiferentes”, agregó.

Los entornos hostiles y la incapacidad de adaptación, junto con las presiones socioeconómicas, conllevan a los migrantes a incurrir en mecanismos de escape a través del consumo del alcohol y de drogas, en un intento de sobrellevar las duras condiciones de trabajo.

En el caso de las mujeres, aseveró, aumenta la explotación y el abuso; por ello, es esencial priorizar el acceso a los servicios de salud y fortalecer estas redes virtuales creadas por los migrantes que les permite transitar a la resiliencia, como se define la capacidad de sobreponerse a las crisis.

Luciana Gandini, de la UNAM, se refirió al trabajo de investigación en el que sigue el recorrido a través del WhatsApp de las personas que transitan por el continente americano y, recordó, en especial a una mujer de 31 años, de origen venezolano, que recorrió junto con su esposo e hijos la Selva del Darién.

La especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM explicó que cuando se tuvo oportunidad de encontrarse con las personas detectaron que las huellas visibles de la migración era una pérdida de más de 12 kilos y un cambio del tono de su piel por estar expuesta al sol. Pero las huellas no visibles son, justamente, las mentales, que se desarrollan por estrés y, en algunos casos, por haber presenciado un evento violento.

En su investigación, que abarcó 109 localidades de todo el continente americano, se reflejó que aunque la mayor exigencia es la salud y educación, en tercer lugar se encuentra la necesidad de otorgar atención de salud mental a ese sector que recorre kilómetros para huir de su lugar de origen por razones de violencia, que busca mejorar su situación económica, que enfrenta una diversidad de problemas.

“En los últimos años la región que más migración ha tenido en términos porcentuales ha sido América Latina, es decir, comparado con otras regiones es donde más ha crecido la movilidad y muchas son migraciones forzadas.
“Son personas que huyen de las diversas violencias institucionales, estructurales, de crisis sociales, políticas y económicas en sus países; de situaciones de impacto de medio ambiente, por ejemplo, las sequías. Hay una combinación de factores donde lo económico es uno más”, aseveró en entrevista con MILENIO.

Leticia Calderón, del Instituto Mora, refirió que una situación de desplazamiento, independientemente si es forzada, causa estrés y provoca aislamiento, por lo que se debe incluir la atención de salud mental. “Hay gente que ya tiene una predisposición y en ese proceso de inmigración se detona, por ejemplo, un trastorno de bipolaridad. No es porque esta inmigrando, sino es algo que en ese momento se desata y requiere de atención. En eso trabajamos con las organizaciones para evitar que se vuelva una situación patológica”, aseveró.

La especialista señaló que ha sido difícil incluirlo en las intervenciones, debido a la constante movilidad, pues no se puede llevar a cabo un proceso tradicional, y es necesario contar con mecanismos alternos que abarquen las redes sociales y la telefonía.

LP

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