El Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) alertó que los concursos de belleza, de baile o actividades en los que se expone a menores con maquillaje y posiciones sexualizadas representa una forma de violencia que pueden tener consecuencias negativas, además de que puede ser la raíz de formas de actitudes extremas.
El organismo, dependiente de la Secretaría de Gobernación, advirtió que el fenómeno de la hipersexualización (exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades) en niñas, niños y adolescentes se ha invisibilizado, normalizado e incluso legitimado, a través de medios de comunicación y redes sociales debido al alcance a nivel social y cultural que tienen en la actualidad.
Detalló que en México se estima que una de cada 10 mujeres de 12 a 17 años ha recibido mensajes, videos sexuales o amenazas en internet, y que 3.8 por ciento de las adolescentes sufrieron la publicación información íntima o falsa en redes sociales para dañarlas. Asimismo, el 25 por ciento de las y los adolescentes entre 12 y 17 años ha sido víctima de alguna forma de ciberacoso.
En ese contexto, Sipinna pidió comprender los riesgos que suponen la creación y el intercambio de contenidos digitales. “La niñez y adolescencia necesitan que se les enseñe a través del ejemplo que todo lo que publican en línea, desde los comentarios e imágenes, hasta los videos compartidos en redes sociales, no se puede considerar ya como materiales privados”, refirió.
Del mismo modo, hizo un llamado a ser conscientes que estos contenidos pueden exponer a niñas, niños y adolescentes a riesgos como la extorsión o a intercambios no apropiados con extraños en línea.
No obstante, agregó, los riesgos no sólo están en los medios digitales, pues el peligro es latente “al crecer bajo la falsa creencia de que el éxito personal y social está vinculado únicamente a la imagen y la mirada de otras personas, puede restar autonomía a su desarrollo personal y desdibujar fronteras entre etapas vitales de su crecimiento. Además, de suponer la imposición de una sexualidad adulta que no corresponde a su edad”, indicó.
De acuerdo con estudios realizados por distintas instituciones, Sipinna señaló que si las niñas y niños identifican que deben expresarse y vestirse como personas adultas (con base en estereotipos sexualizados) para recibir atención y aprobación, crecerán en busca de esa gratificación, alejándose de su propia personalidad y buscando siempre encajar en una etapa que nos les corresponde, lo que acelerará su transición de la niñez a la adolescencia.
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Por ello, compartió una serie de recomendaciones para evitar la hipersexualización de menores, en las que los adultos deben evitar incentivar a niños a usar maquillaje, vestimenta o accesorios que les hagan ver como una persona adulta; preguntarles si tienen novia o novio o decirles que siempre deben de verse bonitas o guapos; fomentar expresiones o bailes con movimientos sexuales; y besarles en la boca o presionarles para que besen a alguien (incluso si es un familiar).
En ese sentido, consideró importante que las personas adultas conozcan que en México la Ley general de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes señala en sus artículos 76 y 77 su derecho a la intimidad personal, familiar, y a la protección de sus datos personales.
LP