El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) identificó alrededor de mil actas de defunción sospechosas a nivel nacional que carecen de pruebas de laboratorio y de biopsias postmortem, que están siendo evaluadas “como exceso de mortalidad” por la Comisión Científico Técnica para el Análisis de la Mortalidad por Covid-19.
Víctor Hugo Borja, director de Prestaciones Médicas del IMSS, explicó en entrevista con MILENIO, que de las mil actas de defunción, 300 pertenecen a la Ciudad de México. Todas se dieron dentro del periodo de la pandemia, desde su inicio hasta la fecha.
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Se trata de decesos que fueron clasificadas como Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG), entre estas, neumonías atípicas o virales, insuficiencia respiratoria, o que carecen de resultados definitivos de laboratorio.
“En el IMSS no hay más de mil muertes a nivel nacional que van a pasar a la dictaminación por parte del grupo de expertos, y de esa cantidad, en la Ciudad de México son 300 las que no tienen tampoco un resultado de laboratorio o que clínicamente deben de ser evaluadas”, aseveró Borja tras referir que algunos pacientes fallecieron dentro y fuera de las unidades médicas.
La Comisión Científica que analizará el “exceso de mortalidad por covid-19, surgió el pasado 18 de mayo durante una Reunión Extraordinaria del Comité Estatal de Vigilancia Epidemiológica de la Ciudad de México y por iniciativa de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien el pasado 15 de mayo reconoció que “hay más defunciones por covid-19 que las registradas oficialmente”.
Sheinbaum fue más allá: “Nosotros siempre hemos dicho que hay más decesos de los que se reportan diariamente por el gobierno de México. ¿Por qué? Porque hasta ahora se reportan sólo aquellas personas que tuvieron su prueba de covid-19, que salió positiva y que lamentablemente fallecieron. Pero hay más personas, hay más defunciones. Para poder saber si fue por covid-19, si fue por otras razones, pues es un Comité Científico quien debe establecerlo”.
Los encargados de dicha comisión independiente y autónoma son los epidemiólogos Christopher Edward Ormsby Jenkins y Arturo Galindo Fragua, de los institutos nacionales de Enfermedades Respiratorias y de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, respectivamente.
El gobierno federal anunció que el interés de conocer la carga de mortalidad excesiva es también de toda la red nacional de salud pública y se espera que en esta semana, cuando ya se haya cruzado la información complementaria del Registro Civil, del análisis de las actas de defunción y la participación del INEGI, se puedan presentar ya estos resultados.
-¿Por qué se clasificaron las muertes como no covid, cuando tenían toda la sintomatología y estábamos ya en plena pandemia?
Eso siempre ha existido. Sucedió con la influenza y con otras enfermedades. Cuando no tenemos la certeza del diagnóstico por tratarse de una enfermedad nueva, o bien cuando el médico no puede confirmar que se trata de covid-19, porque no tiene esa certeza, se clasifica como neumonías atípicas y esto pasa por consenso de un grupo.
-¿No se les hizo prueba ni biopsia?
Así es. Legalmente el médico no se puede comprometer a poner covid.
El dictamen de la Comisión Científica se hará con base al análisis del expediente clínico. Esa decisión será unificada y tomada por varios expertos.
-¿Cuántas personas, hasta el momento (viernes 26 de junio) tienen intubadas en el IMSS?
Tenemos en este momento 1 mil 148 pacientes intubados en 196 unidades de atención.
-¿Por qué la mortalidad de pacientes intubados es elevada, superior al 85 por ciento, en el sector público, en tanto que los atendidos en los privados no sobrepasa el 10 por ciento?
No hay un tratamiento específico para esta enfermedad. Lo que hemos usados, como los hacen a nivel internacional, son los tratamientos generalizados que permitan tener al paciente en las mejores condiciones para que él mismo se defienda del virus. Cuando tengamos un tratamiento específico podrán sobrevivir mejor nuestros pacientes y cuando tengamos una vacuna evitaremos que enfermen. Pero por el momento no hay vacuna ni un tratamiento específico.
-¿Comparando los datos con los hospitales privados la mortalidad es muy baja?
Depende de quiénes internemos, también, y cómo lleguen. Uno no puede comparar la mortalidad ni la letalidad de los pacientes intubados de aquellos que se encuentran en hospitalización en general, o de los ambulatorios.
Los criterios para ser intubados se encuentran establecidos y son ya cuando los pacientes tienen un daño pulmonar que les impide oxigenar adecuadamente. Entonces, ya de por sí la indicación de la intubación significa que hay un daño pulmonar severo y eso son los pacientes que podemos intubar.
Si yo intubo pacientes (con síntomas) más leves mi mortalidad será menor, pero eso, de por sí porque el paciente no estaba tan grave. También podría disminuir la letalidad en apariencia, sí hospitalizo a muchos pacientes leves. Pero eso no quiere decir que vaya a disminuir la mortalidad o la letalidad de los pacientes graves; por ejemplo, si yo tuviera 50 camas destinadas en el hospital, y en ellas interno a 30 pacientes críticos, 20 pacientes no críticos, tendré una letalidad.
Pero si preferentemente en esas 50 camas interno a pacientes críticos mi mortalidad será mayor. Si en esas misma camas interno a 40 pacientes ambulatorios, con síntomas leves, que requieren oxígeno por un día o dos, y ya se van, la mortalidad será distinta.
Depende de la composición, del tipo de pacientes que internamos para la letalidad. No siempre se puede comparar la letalidad de un hospital privado. Nuestros pacientes son distintos. No es lo mismo internar a un paciente diabético e hipertenso de 60 años, que a un joven sin diabetes e hipertensión. Los pacientes que atendemos tienen enfermedades crónicas y eso también influye en la letalidad.
-¿Existe alguna entidad en el IMSS que le preocupe donde la pandemia está en un máximo de contagio y puede saturar los servicios?
Sí, estamos diariamente evaluando el número de camas y estamos dedicando, en este momento, en atender Sonora que tiene una hospitalización importante. No quiere decir que sea mayor o supera nuestra capacidad de respuesta hospitalaria.
También estamos poniendo especial atención a Puebla y a Chiapas. Seguimos con Oaxaca, Guerrero, Sinaloa y Baja California, en específico, Mexicali. Aparte, de la zona metropolitana de la Ciudad de México que, aunque hemos observado una reducción en las semanas, debemos seguir atentos.
-¿Van a hacer algún tipo de rehabilitación y protocolo con los sobrevivientes intubados que ya estaban con lesiones pulmonares?
Muchos de los pacientes dados de alta, que están en casa y continúan en seguimiento, hemos observado que al tomarles una tomografía aún se observan lesiones pulmonares.
Tenemos un Programa de Rehabilitación Pulmonar que iniciará dentro de dos semanas en las unidades de medicina física y de rehabilitación. Empezaremos en la zona metropolitana, la que tenemos en la Ciudad de México, en Coapa, sur y en el norte también,
Se otorgará esta rehabilitación a todos aquellos pacientes que fueron dados de alta y siguen bajo observación. Serán atendidos por un equipo multidisciplinario, de rehabilitación, neumología, enfermera, nano-terapeutas, de orientación general.
Trabajaran con ellos en inhaloterapia y rehabilitación pulmonar física; en el aspecto cognitivo del lenguaje. Tenemos que revisar que no haya afectación en el lenguaje.
Vamos a vigilar, a parte, a aquellos a los que les quedó una especie de ronquera. Son afectaciones de las que no teníamos experiencia.
Estos lo estamos haciendo porque no queremos que las secuelas les deje una discapacidad, una insuficiencia pulmonar. No sabemos a cuántas personas vamos a llegar. Estamos evaluando la magnitud del problema porque estas lesiones duran hasta dos meses. La idea es citarlos de 4 a 5 semanas.
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-¿Cuántos trabajadores IMSS contagiados y muertos por la cepa pandémica?
Es importante aclarar que no todos se contagiaron dentro de su trabajo, cuidando a pacientes covid. Nosotros hemos hecho una investigación de cada uno que tiene síntomas para cuidarlo, para evitar que pueda contagiar al personal o a los pacientes, a otros. Hemos estudiado a 54 mil 624, una cantidad importante, de esos hemos confirmado a 18 mil 753 y 164 defunciones del total acumulado a lo largo de la pandemia.
-¿Todos califican como riesgo de trabajo?
Lo que nosotros calificamos como riesgo de trabajo es con motivo del trabajo. Voy a trabajar y ya sea que en el trayecto, o en el lugar del trabajo, no atendiendo pacientes covid pero estando en una oficina. Eso lo estamos reconociendo también como riesgo de trabajo.
-¿El personal fallecido tiene garantizada una pensión para sus deudos, inclusive, los que contrataron?
Todos están asegurados. Tienen derecho a pensión sus familiares. En el pasado teníamos contratados a eventuales, sobretodo, enfermeras, pero en este año todos tienen todos los beneficios de la seguridad social.
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-En el Hospital Regional Las Margaritas Puebla observamos videos de áreas saturadas, donde pacientes intubados estaban cerca de los que recibían oxígeno, inclusive, cerca del área donde estaban bolsa negras con muertos.
En periodos no pandémicos teníamos área de refrigeración limitados. Con la pandemia habilitamos espacios más grandes con la temperatura adecuada para la conservación de los cuerpos.
Posiblemente hubo algunos lugares donde el número de defunciones pudo, temporalmente, rebasar la capacidad del mortuorio. No paso de tener esta situación uno o dos días.
De inmediato ampliamos la capacidad para tener separados adecuadamente a las personas que lamentablemente fallecieron. Ahora no debiera haber ningún lugar saturado.
Tenemos cuartos grandes. Se bajó la temperatura. Ya no se encuentran en hospitalización. Estamos agilizando la entrega de los cuerpos. Pero sí, obviamente, de una letalidad tan alta para una enfermedad de la que no tenemos un tratamiento específico, pues si a algunos pacientes les toca ser testigos de alguna defunción.
EB