Hidalgo es rico en historia y entre sus joyas está la tradición del maguey y el pulque que aún sigue vigente, no sólo a través de sus bellas haciendas, sino porque se ha fortalecido la imagen de esta bebida que surge del maguey, una planta endémica que le da vida al estado y sus tradiciones, mismas que se estarán planteando en la octava edición del Congreso Nacional del Maguey y el Pulque 2022 que se realizará del 15 al 18 de junio.
Este miércoles se inauguró el evento que se realiza de forma virtual, en el que participa la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), así como especialistas en la materia, como Raúl Guerrero Bustamante, coordinador del Programa UNESCO de la Secretaría de Cultura estatal, quien indicó que con este coloquio se busca compartir el conocimiento que hay detrás de esta joya hidalguense.
“La verdadera sabiduría está en los pueblos, en los campos, en las pulquerías y nosotros lo que hacemos es monitorear la realidad, pero hay avances científicos que llegan y se presentan y lo hermoso de este congreso son las propuestas tan diversas que presentan mujeres y hombres para compartir este conocimiento que queremos difundir.
“Este congreso inició en 2010 cuando intentábamos realizar el Museo del Maguey en Tepeapulco, y nos dimos cuenta de que había una demanda social de difundir esta labor, de aprender de los portadores de esta riqueza”, expuso.
Indicó que, a partir de este coloquio, se han realizado encuentros, difusión de la información a nivel local y además, de que se han organizado diversos festivales magueyeros y pulqueros en el país, “por lo que de aquí también surgió el Manifiesto Pulquero y la celebración del pulque el primer fin de semana de febrero”, expuso.
Dijo, además, que afortunadamente los mitos del maguey y del pulque ya no son vigentes y que ahora continúa siendo representativo de Hidalgo y va tomando fuerza año con año.
Los Pachuqueños tomaban pulque en lugar de agua potable… en 1865.
En la primera mesa de este encuentro, se habló de que en 1865, el municipio de Apan exportaba pulque a la Ciudad de México, Puebla y a Pachuca, la capital del estado que, en aquellos años contaba con tan solo 12 mil habitantes que, a falta de agua potable, consumían seis mil litros de pulque al mes por persona.
Además de que, la Hacienda de Tetlapayac tuvo su auge gracias al ferrocarril que se levantó durante el porfiriato, lo que hizo que el altiplano hidalguense viviera su mejor época productora, “y se exportaban cien mil litros de pulque diarios y de ahí se sabe que el mejor pulque provenía de la región de Apan y los llanos de Apan que se conformaban pro lo que hoy es Almoloya y Emiliano Zapata”, expuso el especialista Yan Carlos de Santiago López quien inauguró el coloquio con la mesa, “Crónicas locales pulqueras”.