Los secretos pierden cada vez más su encanto, para la mala suerte de quienes se dedican a encontrarlos.

La revisión de un recuerdo de la infancia pone en duda el "final oficial" del gato de la familia.

Cada tanto, nos engañamos pensando en cómo lucirá el porvenir; el domingo pasado, sin embargo, el futuro dio muestras de estar ya instalado en el presente.

Hay invocaciones que fabrican espíritus; quizá su llamado es tan poderoso que de alguna manera logran hacer sentir su presencia.

Ninguna película mejorará si se llena el cuadro de extras uniformados; de hacerlo lo único que se logrará es que la trama se enrede y se entienda menos.

Cada vez más humanizados, los robots revelan nuestros miedos y actitudes hacia aquellos seres que no logramos entender.

Al encenderse, las casas se montan en el carro del tiempo, el aire entra fresco por las ventanas y se lleva algunas penas o las deja para después.

Todas las esperanzas del mundo caben en cajas... ¿Será por eso que nos fascina recibirlas?

El colesterol es tu verdadero enemigo, les dirían a los suicidas encarnados por Marcello Mastroianni, Ugo Tognazzi, Piccoli y Philippe Noiret, no la vida.

El tiempo se ha convertido en una cosa muy extraña. Lo ganamos en años de vida, pero lo perdemos asomados a las pantallas mirando la vida de los demás.