El magnate de la música quiere crear una nueva era de cooperación entre los sellos discográficos y YouTube para beneficiar a los artistas.

“Lo estoy disfrutando increíblemente, pero no voy a mentir, ha sido un reto tremendo que el primer año de tu disquera sea en medio de una pandemia; Ark Records como empresa tiene 11 años, como disquera formal tiene muy poco”, comentó.

A lo largo de 25 años, con más de 400 títulos de un catálogo que va de composiciones antiguas a contemporáneas, ha registrado y difundido, sobre todo, el patrimonio musical de México.

Un porcentaje de las ventas de boletos de los conciertos se destina a un fondo para emergencias creado por la disquera para apoyar a los artistas, debido a que muchos de ellos han sido muy afectados por la pandemia de covid-19.

Vende 77 millones de acciones. Es la mayor oferta pública inicial de 2020 en EU y significa la prueba más grande para la industria musical desde la salida de Spotify; la suma será para el propietario, Len Blavatnik.

Entre el registro y la fantasía, así se puede decir del rock duro en México desde su génesis, y con un cassette se busca que la historia le dé su lugar, ante la vastedad de propuestas y los años que lleva en circulación.

Con medio siglo de historia, su catálogo abarca el jazz, la improvisación libre, la música folclórica, la música antigua y contemporánea, además de diversos experimentos.

El directivo de la firma Philippe Adelfang resalta la demanda del público latinoamericano por acceder a información sobre material de concierto.