La dopamina, la oxitocina y la vasopresina son las responsables de que el cerebro funcione de manera distinta durante el enamoramiento, precisa el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Según los científicos, el enamoramiento es un proceso transitorio, conductual y neuroquímico, en el que se libera una gran cantidad de dopamina, que provoca aceleración de la frecuencia cardiaca y respiratoria en el núcleo accumbens (grupo de neuronas del encéfalo). Durante este proceso se observa una disminución de la activación en la corteza prefrontal, la cual es relacionada con el razonamiento.
Eso explica el por qué se borran los aspectos negativos de la persona que nos gusta, pero hay otros datos basados en ciencia que aclaran algunas conductas de los apasionados: diversas investigaciones han demostrado que este proceso está condicionado a una duración de tres años, puesto que la dopamina disminuye gradualmente y el cerebro desensibiliza las emociones.
De acuerdo con una publicación de la UANL a través de su Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud, la etapa en que se libera una cantidad mayor de dopamina es entre los 16 y 23 años de edad, por lo que los enamoramientos de mayor intensidad se dan entre los 22 y 23 años. Con el tiempo, los liberadores de dopamina son distintos y se dan en menores concentraciones.
Biológicamente el amor es un impacto integral
Por su parte, el doctor Ignacio Camacho Arroyo, de la Facultad de Química la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sostiene que en términos biológicos, el amor es un fenómeno integral en donde participa todo el organismo, que ocurre cuando el cerebro y diferentes glándulas producen mensajeros químicos que se comunican entre sí y que regulan sentimientos y conductas.
Y asegura que en las manifestaciones del amor participan diferentes mensajeros químicos, pues las hormonas son esenciales para desplegar cualquier conducta sexual; la testosterona en el hombre, mientras que el estradiol y la progesterona en la mujer.
El catedrático de la UNAM argumenta que los sentimientos durante el amor se deben a la acción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina y a neuropéptidos como la oxitocina y la vasopresina, que se generan en el cerebro y se liberan de la glándula hipófisis, entre otros.