Estados van bien, pero no hay que cantar victoria: experto sobre covid-19

El doctor Mosiés Santillan Zerón, especialista en biología cuantitativa, señala que los esfuerzos para contener el covid-19 deben reforzarse en todo el país, pues los casos de contagio en México son heterogéneos.

En Nuevo León se instalaron módulos para ampliar la detección de casos de Covid-19 en la entidad. (Cuartoscuro)
Horacio Salazar
México /

Estados como Nuevo León, Jalisco y Yucatán parecen reducir las curvas de contagio de covid-19, pero estos éxitos locales no servirán de mucho mientras haya entidades donde la pandemia continúe su crecimiento a ritmo desmesurado y con tiempos de duplicación demasiado cortos. En estas condiciones, es muy probable que el número de personas con necesidad de hospitalización rebase la capacidad nacional.

​Los posibles desenlaces de la contingencia nacen de los análisis matemáticos realizados por el doctor Moisés Santillán Zerón, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, Unidad Monterrey, especializado en biología cuantitativa, la aplicación de herramientas de la física y las matemáticas a fenómenos biológicos.

El investigador explica que México tiene razones para abrigar un optimismo moderado, puesto que todavía estamos a tiempo de actuar como sociedad para aminorar el impacto de la pandemia que ha castigado severamente a potencias como Italia, España y Estados Unidos.

La enfermedad en sí es muy contagiosa, dice, y se ha calculado que su número reproductivo es de alrededor de cuatro: en un ciclo de contagio, cada persona infectada pasa el virus a cuatro personas, de modo que el covid-19 se propaga rápidamente.

Por fortuna, en México varios factores han ayudado a que esta pandemia no tenga un comportamiento exponencial. 

“Uno de estos factores es que la epidemia empezó lejos, del otro lado del mundo; otro factor importante es que todavía tenemos fresca la memoria de lo que pasó en 2009 [cuando México fue el epicentro de una pandemia del virus H1N1]. Yo creo que esas dos cosas nos permitieron actuar a tiempo y que hasta el momento las cosas todavía no se hayan desbordado”, comentó del doctor.

Una característica del covid-19 es el largo tiempo entre la aparición de síntomas y la contabilización oficial del caso, que Santillán Zerón estima en nueve días. “Esto significa que cuando la Secretaría de Salud hace público el reporte de un día, no estamos viendo cuántos contagiados hay ese día, sino cuántos había nueve días atrás”.

El investigador dice que en México se ha usado, para el manejo de la pandemia, una estrategia que comenzó con la identificación agresiva de sospechosos para aislarlos y, cuando quedó establecido el contagio local, se pasó a la estrategia tradicional de aislamiento social. Usar esta estrategia permitió ganar tiempo. Durante esas semanas, en que los contagios crecieron a cuentagotas, algunas “partes importantes de la sociedad empezaron a tomar conciencia y a actuar, incluso antes de que los diferentes niveles de gobierno dieran la instrucción" declaró Santillán.

De acuerdo con el doctor, "en varios estados empezaron a actuar antes de que viniera la instrucción de la Secretaría de Salud y eso contribuyó a pausar el ritmo de la pandemia en el país".

En un documento que el académico mantiene actualizado en línea cada día, el científico precisa que el comportamiento de la pandemia en México no ha sido exponencial

“Al principio el tiempo de duplicación era muy corto, como de día y medio; después la epidemia siguió creciendo pero a un ritmo más lento: el ritmo de contagio era como de 2.8 días. A partir del 20 de marzo hubo otra disminución y el tiempo de duplicación era de cuatro días. El tiempo de duplicación actual es de 5.8 días. Tenemos que esperar casi una semana para que el número de personas infectadas se duplique”.

Pero el desempeño a nivel estado ha sido muy heterogéneo. Las medidas de aislamiento social más estrictas adoptadas por unos estados reflejan su efectividad en el tiempo de duplicación del virus.

Con datos hasta el 14 de abril, estados como Nuevo León (132 contagios), Jalisco (159) y Aguascalientes (55) han llevado sus curvas de contagio a tiempos más pausados, de casi 20 días. Pero hay estados que duplican sus casos en menos de cinco días: Baja California (368), Chihuahua (176), Morelos (49) y Tlaxcala (49), por mencionar algunos.

Además del tiempo de replicación también hay que considerar el ritmo de crecimiento de los contagios. Cuando se grafican los casos de contagio en una gráfica, este ritmo está definido por la pendiente de la curva para cada entidad: entre más empinada esté la curva, más contagios hay en la entidad. El caso extremo está dado por la Ciudad de México (1437 contagios) pero también tienen pendientes pronunciadas estados como México (558) y Puebla (269).

Santillán Zerón señala que las curvas de los estados con mejor desempeño tienden a aplanarse: “si se han aplanado las curvas en estos estados, se debe que fueron los estados que actuaron primero; los gobiernos estatales impusieron medidas de distanciamiento social antes de que lo recomendara la Secretaría de Salud”.

Pero es muy temprano para descuidarse, dice el investigador, pues el riesgo de la epidemia es latente. Debemos continuar con las medidas de prevención hasta que una vacuna o cura esté disponible.

Pese al optimismo por la levedad actual de la pandemia, el investigador advirtió contra la letalidad del coronavirus. “Al principio se pensaba que tenía una tasa de letalidad baja, como de dos por ciento. Pero conforme ha progresado hacia occidente, la tasa ha aumentado: el promedio mundial es de seis por ciento. Pero, dado que México es el país con más obesidad en el mundo, la letalidad podría ascender al 10 por ciento, que es muy alta”.

Por ello, Santillán Zerón recomienda a la población acatar las recomendaciones de las autoridades: guardar la sana distancia, quedarse en casa y tener paciencia. De esta manera sería posible minimizar los daños de la pandemia.


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