México se encuentra frente a una crisis de opioides de prescripción médica, al grado de que sólo proporciona seis miligramos de morfina per cápita, frente a los 800 miligramos per cápita que otorgan a Estados Unidos y en Canadá a sus pacientes con dolor crónico.
“Esto resulta inconcebible frente a la evidencia de que no atender el dolor se considera una práctica de tortura”, aseguró Berenice Carolina Hernández, algología intervencionista.
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A ello, se suma, dijo, que de 2019 a la fecha actual, México registra un desabasto de morfina medicinal del 62.4 por ciento, entre los pacientes que requieren cuidados paliativos, de acuerdo con un informe del Foro Consultivo Científico y Tecnológico A.C, basado en las estadísticas de la propia Secretaría de Salud.
“México vive una crisis de opioides. Y nuestra crisis es muy diferente a la que se registra en Estados Unidos donde la emergencia está directamente relacionada con el sobreuso de opioides de prescripción médica y la implementación de estrategias, de programas, dirigidos a evitar el mal uso de estos medicamentos entre los pacientes”, explicó la especialista.
Señaló que existe una carencia de opioides elementales para palear el dolor crónico no solo oncológico, sino causado el causado por diferentes enfermedades crónicas, incluyendo, accidentes y deformidades del nacimiento.
Asimismo, habló de un retroceso en cuidados paliativos; por ejemplo, en el 2016, la Estrategia Nacional para el Control del Dolor y Cuidados Paliativos, de la Secretaría de Salud, permitió mayor disponibilidad de medicamentos para el dolor.
“Se pasó de un surtido de receta de 24 a casi 8 mil recetarios entregados por la Cofepris para la prescripción de medicamentos controlados”, dijo.
Incluso, abundó, el número de recetas prescritas, que pasó de 232 a mil 706 debidamente registradas, y el número de médicos con este tipo de recetarios creció de 39 a 750 en ese mismo periodo.
“En suma, centros de salud públicos y privados, así como en farmacias, el abasto de morfina y otros opioides estaba garantizado”.
Pero ahora, subrayó, el desabasto de morfina medicinal es del 62.4 por ciento, comentó durante el Simposio Perspectivas desde la Salud Pública en Dolor Crónico, organizado por la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM).
Los expertos estiman que “en México, los niños que mueren en condiciones de sufrimiento grave son 16 mil y corresponde al 42 por ciento de la mortalidad infantil del país”, de acuerdo con ese informe difundido en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico A.C.
“Se estima que cubrir las necesidades de morfina para pacientes en México tendría un costo menor al 1 por ciento del gasto público en salud; sin embargo, las barreras en México para el acceso a opioides medicinales son principalmente: el costo ya que nuestro país importa morfina a 30 veces el precio mínimo mundial de esta sustancia, mientras que países de ingresos altos consiguen mejores precios”, se destacó en esa publicación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto, explicó Hernández, que los países deben de contar con medicamentos esenciales como son la codeína, morfina, fentanilo y metadona.
“Se ha documentado a nivel internacional que en México no existe disponibilidad de opioides, como lo demuestra la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD), publicado en 2014 y 2021”, detalló.
“¿Cómo vamos a palear el dolor oncológico, el dolor no oncológico e incluso otras condiciones? Incluso, ahora, se postula como una tortura o prácticas de tortura no palear el dolor de los pacientes”, cuestionó.
Existe otro problema relacionado con el envejecimiento poblacional. Se calcula que en 25 años el país estará poblado por pacientes adultos mayores, una gran mayoría con afecciones óseas, con enfermedades crónicas y degenerativa.
Sin duda, explicó, se deben de desarrollar más técnicas de estimulación no invasiva para tratar el dolor, pero la realidad es que aun no se han puesto a disposición de la población que actualmente sufre de dolor.
Para Ángel Manuel Juárez Lemus, que tocó el tema de avances y obstáculos en la educación del dolor, resulta esencial que las autoridades sanitaria y encargadas de “dictar las leyes” no sólo reconozcan los cuidados paliativos, sino también que se debe de “tener acceso a esos medicamentos”.
“De nada va a servir enseñarle a alguien a usar un medicamento que, probablemente, no se tenga aquí en México. Todo esta relacionado. Y también, es importante dar acceso no solo a grandes cuidades como Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México, sino también en comunidades menos pobladas.
Finalmente, Ricardo Plancarte, especialista del dolor crónico y quien moderó el simposio, comentó que “hemos estado pugnando ante los foros legislativos para que sea identificado, por un lado, el derecho a los cuidados paliativos y, por el otro lado, migrar, evolucionar al derecho a una medicina de soporte o medicina paliativa, como acuerde denominarse, y que incluya el alivio y control al dolor crónico que lo sufren una gran cantidad de población”.
JATS