Los árboles hablan. No se trata de una anécdota de ficción sino de una realidad comprobada científicamente. Se nos ha dicho que los árboles son seres vivos que forman parte de nuestro ecosistema y es a través de la ciencia llamada Dendrocronología, como se analizan los anillos de crecimiento anual de los árboles.
A través de los cortes, los árboles comunican información que revelan datos de la historia de cientos o miles de años del comportamiento climático, las sequías intensas o lluvias extremas e incluso, contaminación ambiental e incendios forestales, entre otros.
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Ubicado en la Comarca Lagunera, en el municipio de Gómez Palacio, Durango se encuentra el Laboratorio de Dendrocronología, en el Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Relación al Agua, Suelo, Planta, Atmósfera, (Cenid RASPA), del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), MILENIO visitó este lugar único en México y entrevistó a su encargado, el doctor e investigador Jose Villanueva Díaz.
Entrar al laboratorio de Dendrocronología, ("Dendro" significa Árbol, "Cronos" se traduce como Tiempo, mientras que "Logos" es Tratado), y percibir el fuerte olor a las maderas, no solo exalta los sentidos, sino el deseo por adentrarse al pasado y percatarse que los fenómenos ambientales que se presentaban hace siglos, hoy tienen mayor vigencia e impacto.
Todo gracias a esta ciencia que busca estudiar los anillos del crecimiento anual de los árboles y su relación con cuestiones ecológicas, ambientales, temperatura, lluvia, escurrimientos y plagas.
En lo que pudiera parecer un recinto de cultura y ciencia, este laboratorio de investigación tiene grandes salas de exhibición y uso didáctico, en donde se muestran diversas muestras de cortes de troncos, en los que sobresalen grandes ancestrales ahuehuetes y sabinos.
Los anillos y la diversidad del comportamiento ambiental
En el recorrido, el doctor Jose Villanueva destaca que se puede analizar el comportamiento del clima, así como la lluvia a través de los años y multianual.
“La ventaja de los anillos de crecimiento de los árboles es que se puede tener conocimiento por cientos de años, a comparación con estaciones climáticas o registros, que solo tienen información de los últimos setenta o cien años, que esos datos quizás no sean tan confiables en sus registros y la calidad de esa información no es buena, a diferencia de los anillos de los árboles que nos permiten ese conocimiento a través de cientos de años o milenios incluso”, refirió.
Señaló que cuando hacen estudios de lluvias, se puede decir cuál ha sido la frecuencia de las sequías, con qué intensidad y qué tendencias tienen.
“Las sequías se han presentado en frecuencia de cada 50 a 60 años y las tendencias en meses, cómo han cambiado a través del tiempo, si las sequías se presentan cada vez con mayor frecuencia, con mayor intensidad, si esa forma de comportamiento del clima ha cambiado, si hay eventos extremos, si hay periodos más secos o años muy húmedos con precipitaciones que causan daños por inundaciones”, señaló.
Mientras más ancho sea el anillo, más humedad hubo en el ambiente, pero cuanto más delgado sea, el periodo de sequía fue mayor.
Continuidad en la investigacion, la base del Laboratorio de Dendrocronología
Este laboratorio tiene 22 años de trabajo en La Laguna, comenzando en el 2001, se trata de un lugar de investigación único en el país, ya que contrario a algunas universidades, donde para desarrollar tesis hacen estudios de este tipo, pero se archivan y se termina el trabajo, aquí se le da continuidad a las investigaciones.
“Estamos continuamente haciendo colectas, generando artículos científicos, folletos técnicos, preparando gente. Salimos a campo, conocemos todas las áreas que tienen potencial, desde las zonas templadas al Norte de México hasta en las zonas volcánicas y las partes tropicales", agregó.
Este lugar posee un acervo de muestras de 500 cortes de árboles de sitios diferentes; en términos de volúmenes, con la idea de tener representación. Son muestras que son estudiadas y que pueden ser utilizadas para otro tipo de estudios, donde los cortes se obtienen de árboles muertos.
Mientras que los núcleos, virutas y gusanos, se obtienen de árboles vivos, pero no les afecta, ya que la mayoría son coníferas y a través de un taladro especial se obtienen las muestras necesarias para realizar la investigación, ya que estos árboles producen resina, sellando el orificio sin producir daño alguno.
Hay muestras de coníferas (pinos), oyamel, picea, que se encuentran en poblaciones como Chihuahua, Durango, Nuevo León y Coahuila.
“Hablando del potencial de las especies, los encinos también son importantes, latifoliadas de hoja ancha. Así como estudios de especies tropicales, como cedro, caoba, entre otras especies tropicales. Se trabaja con especies de las partes altas de los vocales, como Juniperus o Enebro”, recordó.
Sólo tiene dos investigadores
En la actualidad, este laboratorio cuenta con dos investigadores, que se apoyan con tesistas, gente que realiza estancias o servicio social.
“No se tienen técnicos que están apoyando directamente, porque ya estarían preparados y se le daría continuidad y a veces, a través de los proyectos con el Conacyt, se puede tener fondos y contratar algunos técnicos”, comentó.
¿Qué se hace con la información?
Ya procesados los datos, se almacenan y se analizan para derivar la información climática e hidrológica; se hacen reconstrucciones de escurrimientos en los ríos como el Nazas, de los últimos mil años.
Todo esto se publica en artículos, folletos técnicos, congresos, pláticas y cursos, además se dan capacitaciones intensivas de Dendrocronología, para dar a conocer la información de esta ciencia.
Aquí se han logrado realizar estudios con mayor antigüedad o más extensos en Sabinos o Ahuehuetes, que es la especie más longeva, logra vivir hasta 2 mil años.
El estudio más extenso que hizo el INIFAP fue para Querétaro, donde hay árboles que datan de mil 500 a mil 600 años, el estudio tienen una extensión de mil 350 años; con esto se analiza la parte histórica de los aztecas, antes de la llegada de los españoles y posterior a su arribo, si hubo sequías intensas o si esas sequías provocaron las epidemias y la mortandad de la población.
Sequías desde la Conquista
“Coincide que cuando llegaron los españoles en 1519 en que se dio la Conquista, hubo un periodo de sequía muy prolongada, luego en 1550 hubo una sequía nacional y la más intensa de los últimos 500 años. Previamente, los códices registraban las sequías y están cada cinco años que se presentan, por lo que se presentaban ya antes de la Conquista y los anillos de los árboles las detectan en la misma frecuencia”, recalcó.
A través de los anillos de crecimiento de los árboles, se puede conocer que las sequías son un fenómeno que históricamente se viene presentando cíclicamente.
“Si nos vamos a los registros climáticos de las estaciones con imágenes satelitales, se observan sequías muy extremas. Por ejemplo en 1790 hubo una sequía en México muy intensa, que incluso un historiador llamó a ese periodo 'El año del hambre', donde hubo años secos y heladas tardías en mayo y junio, periodo que duró por años, afectando la producción de alimentos", explicó.
Este tipo de hechos se pueden saber a través de documentos históricos, pero comprobados con los anillos de crecimiento, donde se da cuenta del abandono de los pobladores de antiguas civilizaciones ante las sequía, como la registrada en 1550, luego el abandono de Tula, al no poder producir alimento, tal y como pasó en Teotihuacan.
“Todo se conoce de manera indirecta. Los periodos de altas temperaturas se relacionan con la disponibilidad de humedad. Si se tienen periodos húmedos, en donde de octubre a mayo, responden a la precipitación pluvial", reconoció.
Si se tiene lluvia abundante, las condiciones de crecimiento del árbol son óptimas, los anillos de crecimiento son más anchos. Pero por el contrario, si el árbol pasó por periodos de sequía y altas temperaturas, los anillos serán más delgados, por lo que limitó su crecimiento.
“No es tan sencillo el estudio de los anillos. Hay árboles que tienen anillos falsos, esto dependerá de las condiciones del suelo, de humedad o sequía”, reconoció.
Con árboles narran la historia de La Laguna
En este lugar se tiene además una representación de varias especies del área urbana, que miden el comportamiento y crecimiento de los árboles más aptos para estas zona, tales como mezquites, huizaches, cactáceas, yucas, entre otras que no se han explotado.
“Aquí tenemos el llamado Pseudotsuga menziesii, cuyos anillos se puede contar fechas de la historia de la Comarca Lagunera, desde 1763 hasta 2007”, notificó.
Dichos ejemplares son de cien centímetros de diámetro, aunque otros llegan a medir 150 y hasta 50 metros de altura.
Se mencionan periodos interesantes del desarrollo de la región lagunera, tales como 1763, fecha de nacimiento del árbol; en 1778 el Fraile Juan de Mora inició la evangelización de la región lagunera; mientras que el anillo correspondiente a 1799, coincide con la fundación del Rancho San Fernando, hoy Lerdo, Durango.
Hay muestras de troncos de incendios, donde se ven las cicatrices a través del tiempo, cuando ocurrieron dichos siniestros. Por ejemplo, se muestra el año de 1884, luego otro en 1904 y posteriormente en 1927, mostrando las frecuencias naturales de los incendios.
Ahuehuete narra acontecimientos de Torreón desde 1907
Se tiene un corte de un gran Sabino o Ahuehuete (Taxodium mucronatum), obtenido en el Cañon de Fernández hace más de veinte años. Por sus anillos, se describe la historia de Torreón desde 1907 cuando se convierte en ciudad; en 1914 la Toma de la Plaza de Armas de Torreón; en 1917 la avenida extraordinaria del Río Nazas.
Este laboratorio cuenta con un espacio llamado Xiloteca, en donde hay una extensa colección de muestras de madera, donde se puede conocer su importancia para la industrialización, identificar qué madera es buena para la construcción, para muebles, para obtener ingredientes activos, se tienen de manera física y microscópica.
Cuenta con instrumental para realizar estudios de adaptación, se enseñan a cómo datar correctamente, correr los programas de gráficos de crecimiento, microscopios para análisis de muestras, además se tiene una sala didáctica en donde se imparten talleres y conferencias.
Hay una sección de almacenamiento de muestras, que es el “alma” de este lugar, ya que ahí se depositan las muestras que se traen de campo, se empacan y almacenan para ser analizadas.
Falta de personal, uno de los retos
El doctor Jose Villanueva reconoce que la falta de personal ha limitado el trabajo de investigación.
“Se pudieran tener más estudios analizando el potencial de otras especies, extrayendo señal climática, efectos de temperaturas de manera anatómica, análisis y eficiencia en el uso del agua”, narró.
Refiere que en laboratorios completos, se tienen entre 10 a 15 investigadores, unos dedicados a incendios, otros a isotopos, otros a manejo forestal, otros a clima, contaminantes, arqueología, fenómenos circulatorios, entre otros temas, pero este lugar hoy solo cuenta con dos investigadores.
Recurrencia de sequías desde hace 600 años
El otro especialista que trabaja en este Laboratorio de Dendrocronologia es el investigador titular Julian Cerano Paredes, quien señala que de acuerdo a los estudios realizados, la recurrencia de sequías se vienen presentando desde hace 600 años.
“Nosotros trabajamos con la parte de reconstrucción de lluvia, analizando la parte de recurrencia de sequías, como se han presentado en los últimos 600 años, lo que se puede ver es que en las últimas décadas, las sequías son más recurrentes, se pudieran atribuir a las cuestiones del cambio climático, pero para poder decir cuestiones de cambio climático más específico, se analiza más por las temperatura, donde se puede ver cuántos grados se han incrementado en las últimas décadas, pero como la temperatura se ve más en el norte de Estados Unidos, donde tienen nieve la mayor parte del año”, sentenció.
Pero de acuerdo a la variación de la lluvia en los últimos 600 años, de los 50's a la fecha, se tienen sequías más frecuentes y de mayor intensidad. A través de los últimos mil años, ha habido periodos muy secos, sequías muy fuertes y prolongadas, donde han desaparecido civilizaciones.
Al no haber agua, alimento, migran o simplemente hay brotes de epidemia, lo que contribuye a que mucha gente muera, como en el caso de la población indígena.
“Hicimos un trabajo hace algunos años de los últimos 600 años, donde hay sequías recurrentes muy fuertes cada cincuenta años; es decir, cada mediados de siglo y luego finales o inicios de siglo. Pero las sequías más fuertes son cada cien años a mediados de siglo es decir 1550, 1650, 1750, 1850, y la más fuerte que se presentó en la región lagunera, que fue cuando el llenado de las presas, 1950 en La Laguna. Se habla de sequías prolongadas de dos a cinco o más años”, afirmó.
Con los estudios que hacen, se puede saber que las sequías eran más espaciadas, pero en las últimas décadas, hay sequías más frecuentes y algunas más intensas.
"En 1998, 2011, 2023, lo que nosotros vivimos en el planeta son ciclos, el problema es la sobrepoblación que tenemos, cada vez necesitamos más alimento, más agua, se está sobreexplotando los recursos y el efecto se siente más, cuando hay eventos extremos de lluvia, la población está ocupando lugares que no debería. Se utilizan los cauces secos de los ríos”, expuso.
Otros estudios de la Dendrocronología
El estudio de los anillos de los árboles no se limita al clima. Su análisis sirve además para conocer el comportamiento de la contaminación ambiental, ya que el árbol capta el bióxido de carbono (CO2), libera oxígeno y genera una modificación en el comportamiento de los árboles.
Los anillos de crecimiento de los árboles permiten tener conocimiento por cientos de años.
El estudio de la contaminación se hace a través de isótopos, que tienen una señal carbono 14, 13, 12, y se puede analizar la relación entre ellos, definiendo si hubo mayor emisiones de contaminantes por la quema de combustibles fósiles, gasolina, petróleo, diesel u otros y saber a partir de cuando se incrementó la contaminación.
La “Dendro-química” es otra variable de estudio, ya que los árboles a través del proceso de absorción de nutrientes, toman contaminantes, como arsénico, zinc, plomo, esto se acumula en los anillos de crecimiento, por lo que se puede saber los periodos en los que ha habido mayor o menor acumulación, o saber qué industrias están contaminando más.
La Dendrocronología se aplica además en cuestión de arqueología, es decir, para saber cuando se dio la construcción de civilizaciones prehispánicas que utilizaban madera.
Fechas importantes registradas en los anillos de crecimiento
- 1968: Caudalosa avenida del Río Nazas
- 1961: Mexicanización de Peñoles
- 1958: Sequía severa
- 1952: Sequía severa
- 1945: Construcción de la Presa Lázaro Cárdenas
- 1931: Inauguración del Puente Nazas
- 1926: Se proyecta la construcción del Puente Nazas
- 1917: Fuerte avenida del Nazas
- 1914: Toma de la Plaza de Armas de Torreón
- 1907: Torreón es ciudad
- 1901: Inauguración del ferrocarril
- 1907: Nacimiento del árbol
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