¿Se terminó? Cómo 'curarse' el desamor tras una ruptura como la de Peso Pluma y Nicki Nicole, según la ciencia

Si bien cada ruptura es distinta, la neurociencia ha encontrado patrones específicos que se experimentan en el cerebro cuando llega el desamor.

El desamor se puede experimentar de formas diferentes, pero tienes un mismo origen: el cerebro | Foto: Especial
Lizeth Hernández
Ciudad de México /

Peso Pluma y Nicki Nicole se encuentran envueltos en un escándalo luego de que se viralizara un video en donde el exponente de corridos tumbados fue captado de la mano de una misteriosa mujer en Las Vegas, Nevada.

Poco después de que se filtrara el material, la trapera argentina se pronunció para confirmar a sus seguidores que dio por terminada su relación con el intérprete de “Ella baila sola”.

La ruptura ha generado diversas reacciones, así como posturas divididas en redes sociales, sin embargo, más allá de lo mediático, lo cierto es que el final de una relación (y el desamor que viene con ello), es algo a lo que la mayoría de las personas se ha enfrentado a lo largo de su vida.

Pero ¿qué es lo que pasa cuando llega el desamor? Si bien cada historia es diferente, gracias a estudios científicos se ha encontrado que este proceso se origina y lleva a cabo en un mismo lugar: el cerebro. En este sentido, entender cómo se da podría ayudar a hacer de la ruptura algo más llevadero. 

El desamor se puede sentir como dolor físico para el cerebro | Foto de geralt en Pixabay

El desamor y el cerebro 

Así como el amor y las 'mariposas en el estómago', el desamor también se puede experimentar en el cuerpo. Más de una persona ha llegado a sentir debilidad o un dolor en el pecho luego de una ruptura: la culpa de todo la tiene el cerebro.

¿Por qué? En la primera parte de la ‘historia de amor’, cuando alguien está enamorado, los niveles de diversas sustancias, entre ellas la dopamina (DA) o la oxitocina, aumentan en el cerebro, lo que provoca sensaciones de bienestar, felicidad y apego.

Con el tiempo, las personas se acostumbran a estos altos niveles y la obsesión inicial que se presenta durante el enamoramiento se va degradando, sin embargo, los niveles de dopamina (conocida popularmente como el ‘neurotransmisor de la felicidad’) siguen siendo altos, según lo explicado por Tamara Cibrián Llanderal, investigadora del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV) en su conferencia “Neurociencias del amor y el desamor”.

Cuando todo termina, la fuente de la dopamina y otras hormonas que producen sensaciones placenteras se corta de tajo. Esto puede llegar a provocar una sensación similar a la abstinencia que experimenta una persona adicta cuando deja de consumir una droga.

De ahí se puede desencadenar una necesidad de recuperar el cariño, la cercanía y los momentos de felicidad compartidos: es el cerebro buscando obtener más dopamina. Esto también puede explicar la tentación de ver las redes sociales de la ex pareja, enviar mensajes o hacer llamadas.

Cuando los intentos de obtener dopamina resultan frustrados, el cerebro comienza a liberar una hormona del estrés llamada cortisol. Esto puede hacer que los pensamientos o situaciones estresantes activen el sistema del dolor en el cerebro.

Las reacciones ocurren en diferentes áreas (como la porción dorsal del cíngulo anterior, la ínsula anterior, la corteza de la ínsula y el tálamo) por ello el desamor se siente como un dolor físico para el cerebro.

“Por eso duele el desamor: no porque nos rompan el corazón, sino porque se activa una red neuronal que relaciona el dolor moral y el dolor físico con la ausencia”, se leer en el libro “Amor y desamor en el cerebro” de Jaime Eduardo Calixto González, doctor en Neurociencias por la UNAM.

En su texto, el Dr. Calixto González, quien además realizó un postdoctorado estudiando las funciones y estructuras del cerebro en la Universidad de Pittsburgh, agrega que, desde los primeros minutos de la separación, hasta días y meses después, el cerebro cambia la respuesta de nuestras conductas.

La serotonina y la oxitocina son algunas de las 'culpables' de sentir apego por una persona | Foto: Pixabay

Y es que, cuando dos personas en una relación deciden que todo ha terminado, se desencadena una mezcla de desamparo, enojo, desolación y angustia, junto con una necesidad del cerebro por dar una explicación.

“Si el proceso no termina con una explicación, aparece la ansiedad, la necesidad de justicia y hasta la búsqueda de un castigo”, agrega el especialista en su libro.

Es por ello que al principio se generan reflejos de defensa y se activan sistemas cerebrales que buscan prevenir las amenazas, lo que crea una sensación de lucha interna constante.

Además, algunas personas incluso llegan a sentir cansancio, debilidad en el cuerpo o se enferman más rápido tras la ruptura. Esto también tiene una explicación científica y es que los efectos del desamor no solamente se ven en el cerebro, sino también en el sistema inmunológico, mismo que disminuye su funcionalidad.

“Tenemos un incremento en las concentraciones de cortisol, y, al mismo tiempo, una disminución en la actividad de las células inmunomoduladoras, por lo que existe un incremento en la probabilidad de tener una infección”, añade el experto.

El llanto 

El llanto que suele llegar al final de una relación tiene diversos impactos en el proceso de 'curar un corazón roto', ya que funge como una válvula de escape para todo lo que se está 'acumulando' en el cerebro.

Por un lado, tiene una dimensión social, ya que llorar permite encontrar comprensión y consuelo, pues “demuestra nuestra vulnerabilidad, generando empatía sobre los demás”.  

“Cuando una persona nos ve llorar activa automáticamente su hemisferio cerebral derecho, esto disminuye su agresión y lo hace más empático e indulgente con nosotros”, señala el Dr. Calixto.  

Resulta reconfortante saber que si bien son parte del proceso natural de una ruptura, tanto la tristeza, como el llanto que viene de ella, no duran para siempre, ya que al incrementar el metabolismo cerebral, se autolimitan rápidamente, según lo explicado por el Dr. Calixto.

En parte esta es la razón del porqué luego de que una persona termina de llorar se siente cansada, evita seguir discutiendo o le da hambre o sueño más rápido.

“No somos la única especie que llora, pero sí la única que otorga el verdadero valor del llanto. De esta manera, en un adecuado marco de salud mental, llorar nos proporciona los elementos para poner atención y, al mismo tiempo, limitarla para no volver a sentir lo mismo, aprender de los errores y evitar la adversidad”, agrega el especialista.

Cabe señalar que, además, conforme pasan los días, para evitar la sensación de vulnerabilidad, el cerebro va consolidando memorias y modificando redes neuronales, por lo que poco a poco los reflejos de defensa van disminuyendo. 

El llanto tiene diferentes funciones | Foto: Especial

¿Qué hacer tras la ruptura?

Existen muchas formas de llevar el duelo amoroso tras una ruptura. En este sentido, y desde una perspectiva neurocientífica, el Dr. Calixto recomienda:

  • Realiza rutinas nuevas: encontrar actividades sanas y estructuradas con las que se pueda liberar dopamina y endorfinas ayuda a salir de los ciclos de dolor u obsesivos.
  • Tener una red de apoyo: la escucha y amor que se pueden encontrar en vínculos familiares y de amistad ayuda a liberar oxitocina, por lo que resultan clave en el proceso.
  • Evitar los “disparadores o detonantes” que prolonguen el dolor: identificarlos permite poner límites sanos y no exponer al cerebro a situaciones de estrés.  
  • Agradecer con dignidad: la neuroquímica del cerebro que tiene lugar al practicar el agradecimiento puede ayudar a que la persona se adapte más rápido al proceso de separación, según lo señalado por el Dr. Calixto. Cabe agregar que además, existen múltiples estudios que han encontrado que la gratitud tiene múltiples beneficios para la salud mental y física.
  • Entregar una explicación de los hechos: esto ayuda a dar paz al cerebro.  

“Entender la magnitud de nuestro sufrimiento sin otorgar victimización, conocer la autolimitación que el cerebro hará del dolor y saber que al final existe un aprendizaje del cual obtendremos herramientas psicológicas y cognitivas para mejorar la selección de una futura pareja, nos puede ayudar a disminuir el sufrimiento”, concluye el especialista.

​LHM 


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