Donación de Plasma, más allá de las fronteras mexicanas

Actualmente en México no existe una legislación que permita una compensación a los donantes, lo cual impide un crecimiento de la cultura de donación de plasma; su recolección no es suficiente para mitigar los riesgos de abastecimiento a nivel mundial

Existen varias enfermedades relacionadas a la inmunodeficiencia y a problemas de coagulación que requieren de Terapias Derivadas del Plasma. /Cortesía
Ciudad de México /

"Plasmaféresis" es el término médico que se refiere a la extracción de Plasma de manera independiente que, en cuestión de minutos, separa las células para retener sólo este componente y devolver lo restante al donante. Este método no es nuevo, de acuerdo con la Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics se tiene registro de su implementación desde 1914. La tecnología permite que innovadores procesos se integren a los procedimientos médicos con el fin de salvar la vida de los pacientes, eficientar la recolección y garantizar la seguridad de los donantes.

La técnica previa es casi desconocida en México, ya que, a pesar de que la ciencia hoy permite la donación independiente de Plasma, la normatividad en el país sólo contempla su obtención a través de las donaciones voluntarias y altruistas. El sistema actual no genera los volúmenes que se consumen en México para diversas enfermedades, lo que lo hace al país dependiente de las donaciones de Plasma de otras naciones, principalmente, de Estados Unidos.

Hoy existen una gran cantidad de enfermedades relacionadas a la inmunodeficiencia y a problemas de coagulación que requieren de Terapias Derivadas del Plasma, las cuales se obtienen directamente del Plasma, y que afectan a miles de mexicanos. Sin embargo, la falta de recolección local de Plasma en volúmenes adecuados representa un riesgo significativo. En esta particular coyuntura, surge Plasma Que Salva, una alianza que propone modificar esta realidad a través de un cambio legislativo que permita la donación voluntaria compensada en el país, es decir, un monto que cubra con los gastos inherentes a este acto solidario y compense el tiempo y recursos invertidos del donador.

Existen países exitosos en la recolección de Plasma, como EUA o Alemania, mismos que son autosuficientes pues son de los pocos que han garantizado el suministro de Terapias Derivadas del Plasma por medio de la implementación de esquemas de cooperación entre el sector público, privado, académico y científico nacional e internacional

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos señala que, cada dos segundos, una persona en ese país necesita productos derivados del Plasma. Con base en un reporte del Gobierno de Canadá, EUA es uno de los pocos países totalmente autosuficiente en el mundo, y también abastece el 70 por ciento de la demanda mundial, la clave, donación compensada con estrictas normas de salud y seguridad. De acuerdo con la Federal Deposit Insurance Corporation, en 2019 entre 2,54 y 3,7 millones de adultos en EUA fueron donadores compensados de plasma y gracias a su acto de solidaridad, los pacientes de México y el mundo tuvieron su tratamiento.

La nación al norte de México, a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos, señala una serie de condiciones obligatorias previas a la donación de Plasma, entre las que se encuentra: mantener una dieta balanceada, hidratación, eliminando el uso de drogas, sueño adecuado, y documentación oficial para monitorear las frecuencias de donación en línea con las regulaciones de la secretaría de salud. Destaca que para ser considerado donante deben tenerse 18 años, pesar más de 55 kilogramos y la negativa en virus, incluidos la hepatitis y el VIH, pruebas que se hacen en los centros de donación.

La dependencia norteamericana de salud también explica el procedimiento que se réplica en cada recolección: en cuanto una persona llega a los centros de donación compensada de Plasma se le realizan exámenes médicos con muestras de sangre; se verifican signos vitales, presión arterial, pulso y temperatura; y posteriormente, se le somete a un examen físico confidencial si es la primera vez que se tiene registro de donación. Una vez aprobado, se empieza la extracción. Este proceso está regulado y supervisado por la FDA. En promedio se extraen 800 mililitros, mismos que, con un estado de salud correcto, se regeneran en 48 horas.

A pesar de las destacadas y públicas prácticas de donación de plasma en Estados Unidos, México es dependiente de la importación del componente y las Terapias Derivadas del Plasma. Adquisiciones que se reflejan en el portal de Compranet de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mismas que se obtienen de un esquema de compensación a pocos kilómetros de México, y que el país puede emular, para asegurar un abasto seguro y suficiente de las necesidades clínicas de todas las personas que hoy no tienen otro tratamiento.

En mayo del 2010 durante la 63ª Asamblea Mundial de la Salud se pidió a los Estados una actualización de leyes, normas y reglamentos respecto a la obtención de productos como el Plasma. En 2018 la Immune Deficiency Foundation advirtió sobre la escasez de los productos derivados de este elemento, alerta a la que se sumó la Organización Mundial de la Salud frente al aumento de la demanda, alentando para establecer condiciones que favorezcan la recolección propia e independiente de este factor elemental en la vida de las personas.

Hay una década de distancia entre la primera alerta sobre la colección del Plasma y el día de hoy, sin embargo, la mayor parte de la Ley General de Salud tiene su sustento en la década de los ochenta, evidenciando el rezago frente a los retos del siglo XXI.

Son pocos antecedentes que muestran esta problemática, de las pocas iniciativas que se conocen, Plasma que Salva, un grupo independiente encabezado por doctores, investigadores, especialistas y pacientes, buscan subir a la conversación al doctor Jorge Alcocer, doctor Hugo López-Gatell y los líderes de las comisiones de salud, el diputado Emmanuel Reyes Carmona y la senadora Lilia Margarita Valdez Martínez, y empujar el interés de las autoridades para que se comience a discutir de manera efectiva un cambio a la legislación actual que permita no solo compensar las donaciones si no abrir la puerta a las buenas prácticas de otros países que hoy pueden salvar miles de vidas sin depender, del todo, de Estados Unidos.

Los pacientes que hoy necesitan de las Terapias Derivadas de Plasma, luchan contra la Hemofilia, la Enfermedad de von Willebrand, las varias formas de Inmunodeficiencias, el Angioedema hereditario, la Enfermedad respiratoria heredada, Trastornos neurológicos, Hepatitis y hasta enfermedades del hígado, cirugías complejas, trasplante de órganos, quemaduras graves y covid-19; también se enfrentan a la falta de, en muchos casos, su única esperanza de vida, el Plasma.

Las autoridades tienen la posibilidad de unirse a esta conversación y brindar esperanza para los miles de pacientes, y sus familiares, cuya vida está en potencial riesgo si no se implementa un sistema de donación efectiva, en este caso compensada, que le permita a México comenzar a trabajar en una potencial autosuficiencia; es decir, un proceso que le permita al país replicar procesos regulados y seguros como los de Estados Unidos o Alemania.






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