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Kellanova ya alcanzó la meta de tener 50% de mujeres ocupando posiciones gerenciales: Alina Hernández

EQUIDAD

“Para llegar a posiciones de liderazgo es necesario contar con un enorme acompañamiento institucional en las diferentes etapas de la mujer, incluyendo, cuando se es madre”, afirma la responsable de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad para LATAM

Ramón Rivera
Ciudad de México /

En el panorama empresarial de México, la equidad y la inclusión se han convertido en pilares fundamentales para el desarrollo sostenible y competitivo de las organizaciones. Kellanova, líder en la industria de alimentos, ha demostrado un compromiso tangible en este ámbito al alcanzar la paridad de género en sus posiciones gerenciales en América Latina.

En entrevista con MILENIO, Alina Hernández Aguilar, responsable de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad para LATAM de Kellanova, reconoce que gracias a su experiencia en empresas globales con políticas de inclusión bien establecidas su carrera ha sido más accesible en comparación con la de otras mujeres.

Sin embargo, al convertirse en madre, enfrenta desafíos que le hicieron consciente de las brechas existentes en el entendimiento de las necesidades cambiantes de las mujeres profesionales: "me di cuenta que, a pesar de que hay muchos elementos y herramientas para reclutar, atraer y desarrollar el potencial de las mujeres, sigue habiendo una gran brecha de entendimiento poco segmentado de cómo van cambiando las necesidades de las mujeres profesionales en las distintas etapas de su vida", afirma.​

Políticas para el liderazgo femenino

Para incrementar la presencia de mujeres en puestos de liderazgo en México, Hernández Aguilar, destaca la necesidad de establecer metas de paridad en todos los niveles de las compañías, adaptar las políticas de atracción y retención de talento, así como evaluar los sesgos existentes en los procesos de reclutamiento.

Además, resalta la importancia de diferenciar los planes de desarrollo según las distintas etapas de vida de las mujeres profesionales:"las mujeres que estamos en mi etapa, incluso en puestos de liderazgo y por el momento de nuestras vidas, lo que valoramos es la flexibilidad", señala.​

“Te voy a dar un dato: para empezar yo me hice madre a los 40 años y ya estando en posiciones de liderazgo. Solo 16% de las mujeres que tienen hijos menores de 12 años estamos en posiciones de liderazgo en comparación con 24% de los hombres que tienen hijos de la misma edad”.

También explica que en el Comité Ejecutivo de Kellanova es la única mujer que tiene un niño así de pequeño, “esta situación requiere de mí cosas distintas para desarrollar mi trabajo de manera exitosa. Por ejemplo, solo 11% de los hombres valoran la flexibilidad laboral, mientras que 40% de las mujeres que somos madres es uno de los aspectos que más apreciamos de un trabajo”, asegura la responsable de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad para LATAM de Kellanova.

Agrega, que este factor indica las enormes brechas que hay en “cómo las mujeres enfrentamos el desarrollo de nuestra carrera y cuáles van siendo los obstáculos que percibimos conforme vamos avanzando”.

“Para mí ha sido un proceso de aprendizaje, de adaptación, de hermanamiento y de solidaridad con todas las demás mujeres, madres, profesionistas, que incluso han sido parte de mis equipos de trabajo y que yo, siendo mujer, no intuía. Ha sido una gran lección de aprendizaje en el momento en el que estoy viviendo, pero reconociendo que sólo pude haber llegado a una posición de liderazgo con un enorme acompañamiento institucional que me ha beneficiado en mi carrera desde que la empecé”.

Actualmente, comenta que ya hay una serie de medidas base que deberían de ser ya el estándar para las compañías: “Uno, tener metas de paridad en los distintos niveles de liderazgo de las compañías. Segundo, adecuar las políticas de atracción y recopilación de talentos. Tercero, asegurar que tenemos planes de desarrollo en todos los niveles. Y aquí te insisto, porque es importante diferenciar los planes de desarrollo de las mujeres: tenemos momentos muy distintos a los de los hombres”.

“La flexibilidad laboral es uno de los aspectos que las mujeres más apreciamos de un trabajo”, asegura la responsable de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad para LATAM de Kellanova. (Cortesía)

Beneficios son compartidos

Para Alina Hernández lograr un cambio significativo en la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral, es “esencial la implementación de políticas públicas y privadas que promuevan la equidad”.

Destaca que el sector público en México ha avanzado en este sentido, con gabinetes paritarios y reformas legales que han obligado a una mayor participación femenina en puestos de elección. "Se puede avanzar más, pero se requieren tomar decisiones muy audaces, sostenidas en el tiempo y que se hagan objetivos apropiados y personales de equipos ampliados dentro de las compañías", enfatiza.​

La implementación de políticas de equidad y flexibilidad no solo beneficia a las mujeres, también contribuye al éxito empresarial, debido a que las nuevas generaciones de trabajadores buscan carreras con propósito y valoran entornos laborales que les permitan equilibrar su vida personal y profesional.

"Las compañías que son diversas, de acuerdo con los datos de McKinsey y del Foro Económico Mundial, tienen mayor retorno a su inversión. Lo que quiero decir, además de ser, por supuesto, una agenda de justicia y de equidad, es una agenda de competitividad".​

Futuro promisorio en las empresas mexicanas

A pesar de los avances, aún queda camino por recorrer para lograr una verdadera equidad de género en el ámbito empresarial mexicano. Hernández Aguilar opina que es fundamental identificar las áreas de oportunidad y trabajar en ellas para acelerar el progreso. "Hay futuro y hemos dado pasos adelantados, aunque hay mucha tarea por hacer todavía", indica.

Recuerda que durante su desarrollo profesional ha logrado identificar esas áreas de oportunidad, no solo en la empresa, sino fuera de la compañía, incluyendo en las comunidades, porque “parte de mi responsabilidad tiene que ver con nuestra agenda de impacto social”, manifiesta.

“Creo que mientras más intencionales seamos, primero como mujeres, segundo como profesionales, tercero como organizaciones, vamos a poder detonar el desarrollo de este país, que es el objetivo que tenemos compartido”.

Puntualiza que la inclusión también es una enorme herramienta para atender los desafíos que tenemos “en materia de cambio climático, de inclusión económica, de eliminación de la pobreza, de mejora de las condiciones de salud y de atención a las enfermedades crónico-degenerativas. Las mujeres, de todos estos temas, son las grandes catalizadoras del cambio, porque son las que tienen mucho poder de decisión entre sus familias y en sus comunidades”.





RRR

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