Esto decía el primer manifiesto en favor de la comunidad LGBT en México

Hoy se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBT, una conmemoración que no es nueva en el país, por eso vale la pena recordar el primer desplegado que impulsó la diversidad sexual exigiendo respeto y equidad.

Una lucha en pos del respeto y la igualdad (Juan Carlos Bautista).
Ciudad de México /

La lucha a favor del respeto y la equidad para la comunidad LGBT en el mundo no es una cuestión menor ni reciente; lleva años en pugna, pues las fuerzas contrarias, que suelen sustentarse en discursos morales caducos o prejuicios exagerados y erróneos, siguen existiendo y ocasionalmente se manifiestan en lamentables actos de odio.

En el caso de México, este combate a favor de la libertad se ubica a partir de la primera marcha del Orgullo, ocurrida hace más de 40 años, en 1979, pero hay un antecedente que data algunos años antes, en 1975, donde ya se asomaba la búsqueda de respeto para las personas con gustos diferentes al canon heterosexual: el primer manifiesto en defensa de los homosexuales, Contra la práctica del ciudadano como botín policíaco.

A propósito de que el próximo lunes 28 de junio tiene lugar el Día Internacional del Orgullo LGBT, en el marco del mes que celebra anualmente la diversidad sexual, vale la pena conocer más de este documento que fue firmado por grandes personajes de la esfera artística y cultural, aunque antes hay que recordar cómo fue la primera marcha.


Primera marcha del Orgullo LGBT

“¡Sin libertad sexual no habrá liberación social!”, fue una de las consignas que se asomaron en la primera caminata de un grupo de homosexuales con el fin de pedir respeto e igualdad en México. Esto ocurrió el 26 de julio de 1978, cuando, con motivo de la marcha de aniversario de la Revolución Cubana – donde comulgaban distintos grupos librepensadores – y según los archivos de la Secretaría de Cultura, algunas decenas de integrantes del Frente de Liberación Homosexual (FLH) “partieron de la columna de la Independencia y caminaron por la calle de Lerma desviados por la policía para no transitar por el Paseo de la Reforma”.

Aunque esta no fue la primera reunión de la comunidad LGBT en la nación, pues hay registros de un suceso en 1901, conocido como El baile de los 41, donde detuvieron a este número de hombres homosexuales en una casa ubicada en la Ciudad de México. Cabe destacar que actualmente está por estrenarse una película que retrata este hecho histórico.

Aunque la primera Marcha del Orgullo en México se reconoce en junio de 1979, fecha en que alrededor de mil personas se congregaron en la extinta Plaza Carlos Finlay.

Primer manifiesto homosexual

“De modo permanente, aunque con periodos intensivos, varías de las policías metropolitanas se han especializado en verdaderas batidas indiscriminadas en las cuales se lesiona con brutalidad los más elementales derechos ciudadanos. Los pretextos frecuentes: disidencia política o disidencia sexual; por ‘subvesivos’ o por homosexuales”, así comienza la primera declaración en pos de la diversidad sexual redactada y difundida en México.

Contra la práctica del ciudadano como Botín Policiaco fue el nombre de este manifiesto redactado por uno de los líderes del Movimiento Estudiantil del 68, Luis González de Alba (destacado colaborador de MILENIO), en 1975, para denunciar las vejaciones y opresión que sufrían las personas disidentes del canon heterosexual.

“En México, la homosexualidad no constituye un delito cuando se da en privado y entre adultos consensuales. De aquí se deriva que es posible acusar a una persona de violación o corrupción, mas no de ser homosexual, como no se le puede “acusar” de ser rubio, alto, zurdo o guapo, condiciones tal vez menos frecuentes que la de homosexual”, añade el texto.

Varias decenas de figuras culturales y artísticas firmaron este manifiesto, que se publicó el suplemento La Cultura en México de la revista Siempre!, entre las que destacan: Juan Rulfo, Gustavo Sáinz, Carmen Fabregat, Carlos Monsiváis, César Bono, Emilio Carballido, Jorge Ayala Blanco, Nancy Cárdenas, Ofelia Medina, Carmen Salinas y José Joaquín Blanco.

“Por eso se puede afirmar que quien justifica tales procedimientos policiacos cuando no se afecta directamente a sus intereses, abre también paso a la represión de otros grupos vulnerables, como aquellos comprometidos con la creación de un partido político, un sindicato independiente o cualquiera otra opción democrática, pues estos grupos, en las circunstancias actuales, siempre serán minoritarios y perseguidos”, concluye el manifiesto.

Yhc/lnb

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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