Adriana Malvido: el privilegio ser periodista cultural en México

Entrevista

La escritora recibirá el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez en el último día de actividades de la FIL Guadalajara 2019.

Adriana Malvido es autora de 'Nahui Olin: la mujer del sol'. (Foto: Paula Vázquez Córdova)
Guadalajara /

Cuarenta años después de haberse iniciado como reportera, hoy Adriana Malvido recibirá el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que se suma a otras distinciones a las que se ha hecho merecedora, entre ellas el premio que también con el nombre de Benítez recibió en 2004 en la FIL de Guadalajara y el Nacional de Periodismo, que le fue otorgado en 2012 en la categoría de entrevista.

Autora de libros como Nahui Olin: la mujer del sol y La Reina Roja: el secreto de los mayas en Palenque, Malvido comenzó su carrera en 1979 en el periódico unomásuno, en 1984 participó en la fundación de La Jornada, fue colaboradora de Milenio y actualmente es columnista de El Universal. En entrevista, recuerda al fundador de los suplementos culturales en México y reflexiona sobre el pasado, presente y futuro de un oficio que ha ejercido con disciplina y talento.

¿Qué significa para ti recibir un premio con el nombre de Fernando Benítez?

El nombre de Fernando Benítez es el de un gigante para todos los periodistas culturales. Hablamos del padre de los mejores suplementos culturales del siglo XX, México en la cultura, en el periódico Novedades, La cultura en México en la revista Siempre!, sábado en el unomásuno durante su mejor época y La Jornada Semanal. Hablamos del autor de una obra monumental como Los indios de México. Detonó polémicas y debates de altura en torno a la cultura y el arte, escribió decenas de libros… Cuando lo conocí en el unomásuno en 1979 ya era una leyenda viva. Entonces, recibir un reconocimiento que lleva su nombre es un motivo de felicidad inimaginable, un sueño y un compromiso gigantesco.

¿Qué diferencias encuentras entre el periodismo cultural practicado por Benítez y el que se hace ahora, con la multiplicación de plataformas y herramientas tecnológicas?

Con Los indios de México, Benítez se convirtió en una especie de Marco Polo del periodismo mexicano y referencia obligada del periodismo de investigación. Representa el periodismo “de cinco sentidos” del que hablaba Ryszard Kapuscinski, es decir, que ninguna tecnología digital, por más eficiente que sea, puede sustituir la vivencia presencial, el viaje hacia las entrañas de los pueblos indígenas, la entrevista viva en el contexto del otro. Hoy en día, las herramientas tecnológicas nos permiten viajes virtuales, datos que se obtienen con un clic, la inmediatez de la información… pero el periodismo de investigación, el periodismo literario, el que exige amplitud de miras, pasión por el conocimiento y un alto grado de creatividad, ese que ejercía Benítez, nos está haciendo falta. Contamos con herramientas inimaginables para la obtención de datos duros, pero para explorar el alma se requiere mucho más.

¿Qué virtudes destacas en el actual periodismo cultural; hacia dónde crees que se dirige el periodismo en general en esta época de cambios vertiginosos?

Hay muy buenos reporteros y periodistas y me impresiona la capacidad de los jóvenes para dominar varias plataformas simultáneamente. Les exigen velocidad por encima de todo. Lo que les hace falta son más tiempo y espacio para realizar reportajes de investigación, entrevistas o crónicas de largo aliento. Pero también lectores que busquen con avidez este tipo de periodismo. Vivimos un desafío muy grande, porque hay un ajuste, un acomodo, en la transición de los medios impresos o analógicos convencionales a las plataformas digitales. El desafío no solo es tecnológico sino económico, porque en este reacomodo las condiciones laborales de los periodistas son cada vez más precarias. Aún así, creo que a pesar de los cambios vertiginosos hay cuestiones que permanecen, como la importancia de la ética, la creatividad y el buen manejo del lenguaje.

¿Qué cosas echas de menos del periodismo en el que comenzaste tu carrera?

Extraño la redacción, la convivencia con otros reporteros, esas tardes llenas de adrenalina compartida, los licuados que me tomaba cada mediodía con Braulio Peralta (en lugar de comida). La pasión por ganar una nota o una exclusiva. Extraño los debates y polémicas culturales de fondo.

Existe una queja permanente de falta de apoyo a las secciones culturales, ¿es cierto? ¿Qué se puede hacer para que el periodismo cultural tenga una mayor presencia en los medios?

Las secciones culturales están cada día más castigadas. Dentro de la crisis general que están viviendo los periódicos, las secciones culturales son las primeras en ver reducidos sus espacios. Hay diarios que de plano han clausurado las páginas culturales y eso es como renunciar a la posibilidad de darle voz a aquello que nos hace seres humanos. En los medios electrónicos ni se diga; con excepción del Canal 22, TV UNAM y el Canal 11, hay muy pocos espacios dedicados a la cultura. Tenemos que dar la batalla e insistir en la importancia del periodismo cultural como un semillero para la imaginación, un abono para elevar el nivel de la conversación social, para mirar la realidad desde otros ángulos, donde no somos buenos y malos, ricos y pobres, sino seres complejos y fascinantes.

¿Qué es lo que más aprecias en un periodista en general, y en particular en un periodista cultural?

Admiro mucho la constancia, el rigor, la búsqueda de la verdad, la capacidad de un buen periodista para darnos elementos hacia una mejor comprensión de la realidad. Admiro el dominio de la palabra y la inteligencia, pero también la ética. De un periodista cultural aprecio cuando hay pasión por el conocimiento, lecturas y un buen manejo del lenguaje. Admiro mucho la crónica literaria.

Si tuvieras oportunidad de volver atrás, ¿volverías a ser periodista cultural? ¿Por qué?

Definitivamente sí. Porque es un privilegio ser periodista cultural en un país como el nuestro, tan rico, diverso, creativo y siempre vibrante. Llevo en esto cuatro décadas y me faltan muchos años más para abordar todo aquello que me provoca curiosidad y asombro. El periodismo cultural me ha hecho vivir una vida muy apasionante y de permanente aprendizaje. Cada entrevista puede ser una cátedra particular y un reto constante a construir mejores preguntas; cada reportaje, un clavado a una realidad distinta. El género de la columna, un enfrentamiento con tus propias limitaciones y la convicción de que cada texto puede ser mejor.

ÁSS

  • José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Milenio todos los sábados.

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