Para Luis de Tavira, Miguel León-Portilla encontró en el teatro una herramienta fundamental para comprender la cosmogonía náhuatl. Muestra de ello es la antología Teatro náhuatl. Prehispánico, colonial y moderno, preparada por el propio historiador y que se presenta dentro del homenaje que se realiza al historiador y filósofo fallecido el pasado 1 de octubre.
El volumen editado por El Colegio Nacional ofrece en diez capítulos un panorama cronológico de las producciones teatrales creadas en náhuatl o traducidas a esta lengua. Aporta, además, la traducción inédita al náhuatl de La huida de Quetzalcóatl, texto dramático escrito por el autor de Visión de los vencidos cuando tenía 29 años.
En entrevista, De Tavira advierte que en su conjunto la obra plantea una visión de México que “no hemos querido ver y no reconocemos a pesar de que está viva”.
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—¿Cómo define esta antología?
No es una simple antología, es una obra culminante en muchas direcciones. Encontramos una interlocución con la obra misma de este historiador maravilloso e indagador filosófico del mundo náhuatl. Es un título que dialoga entre otras cosas con su ensayo Filosofía náhuatl y lo hila con el teatro, lo que a mí me parece regocijante, porque la teatralidad es la conjunción integradora de todas las formas. León-Portilla sabe leer estos textos como materiales que invitan a descubrir una visión del mundo en la representación. Es por tanto una meditación sobre la teatralidad, la cual entendemos a la luz de las ideas estéticas de Occidente. Hay, además, un rescate de materiales muy importantes de la tradición representativa de los prehispánicos, del teatro dramático de la Colonia y de la modernidad. León-Portilla supo rastrear los vestigios de estas formas teatrales. Ofrece, en resumen, un tesoro desconocido para la mayoría.
—¿Cuáles son los rasgos de las piezas incluidas?
Hay una reflexión del pensamiento náhuatl expresado teatralmente. Hay formas de representación que no necesariamente entran en lo que entendemos como dramaturgia, pero que sin duda tienen una dimensión escénica. Es muy difícil historiografiar el teatro porque es un arte que sucede en el aquí y ahora. Pero en el teatro prehispánico, del que aún quedan vestigios, es de las fiestas cíclicas relacionadas con el alimento, los mitos o los sacrificios humanos. León-Portilla abre nuestro concepto de teatro a estas formas y ofrece, antes que otra cosa, una genealogía porque va al origen.
—¿Qué tipo de diálogo establece este teatro con el presente?
Es un teatro que nos dice cosas que teníamos soterradas e ignoradas. Nos recuerda que había una tradición náhuatl dentro de la cual podremos entender el origen de la sensibilidad barroca de lo que somos los mexicanos. Rodolfo Usigli dice que el teatro mexicano es criollo; sin embargo, a partir de las investigaciones de León-Portilla estamos obligados a ir todavía más lejos.
—¿De qué manera el teatro contribuye a la construcción de una visión integral de Miguel León-Portilla sobre la cultura náhuatl?
Lo importante es descubrir que León-Portilla encuentra en el teatro náhuatl, desde el primero hasta el que se escribe en la actualidad, una visión del mundo. El teatro es el arte que nos ha convertido en espectadores de nuestro acontecer. Nos ofrece la contemplación de nosotros mismos y León-Portilla encontró el espejo en los antiguos náhuatl. Nos dice, citando los textos antiguos, que, a través del espejo de Tezcatlipoca, contemplaban y meditaban; reían y se ponían a pensar. Esta es la esencia de la teatralidad. No es simplemente el divertimento, es la construcción de la conciencia.
—¿De cara a las conmemoraciones por los 500 años de la Conquista, abre un camino de estudio a partir del teatro?
Y sin el cual no podríamos entender lo que es el teatro mexicano. La visión amplia de León-Portilla nos invita a repensarlo y a reconocerlo. Este libro ofrece una visión de México que no hemos querido ver y no reconocemos a pesar de que está viva. Por lo tanto, es una invitación a pensar en la vigencia de nuestra sensibilidad y del pensamiento de nuestras visiones que no se puede entender sin la presencia náhuatl. Hasta ahora era algo que quedaba ceñido a los antropólogos o arqueólogos, pero ahora se abre a la consideración de la cultura.
Teatro náhuatl. Prehispánico, colonial y moderno
Lunes 2 de diciembre, 19:30 horasSalón 3Comentaristas: Eduardo Matos Moctezuma y Luis de TaviraPresentación de libro
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