El Museo del Desierto abrió sus puertas la noche de este miércoles para la presentación del concierto multimedia Tormenta de luz, una mezcla de diferentes expresiones artísticas en la cual se utiliza de manera sorprendente la inteligencia artificial.
El concepto, creado por el fotógrafo y cineasta coahuilense Alfredo de Stefano en colaboración la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC) y el músico Salvador Garza Fishburn, desarrolla un espectáculo multimedia inmersivo que propone un apasionante viaje por los diferentes desiertos del mundo bajo el sonido de Las cuatro estaciones de Vivaldi, que hizo vibrar de emoción a los asistentes.
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Después de la clásica tercera llamada, las luces del lobby del emblemático recinto fueron disminuyendo de intensidad mientras que en una gran pantalla de 18 metros de largo se anunciaba el inicio de la velada.
Fue de esta manera que en tanto la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila interpretaba Las cuatro estaciones, en la pantalla se proyectaban las imágenes que dan cuenta de más de 20 años de trabajo de Alfredo de Stefano, quien ha recorrido infatigable más de 15 desiertos alrededor del mundo.
Los instrumentos de cuerda punteaban los cambios de imágenes que llevaban a los espectadores a un recorrido por paisajes al mismo tiempo distantes y cercanos, porque el desierto —con su riqueza y sus misterios— envuelve la geografía de Coahuila, algo que seguramente alentó el interés del prestigiado De Stefano.
Si en la primera parte del espectáculo solo se escuchó la música de la OFDC, en la segunda aparecieron los tambores, los instrumentos de viento y la música electrónica, una idea desarrollada por el músico experimental Salvador Garza Fishburn, en cuya participación el asombro absoluto llegó cuando a través de un software los sonidos de la noche se convirtieron en imágenes. Fue también al inicio de la segunda parte cuando la poeta coahuilense Mercedes Luna Fuentes, por medio de una grabación, leyó su poema “Tormenta de luz”, que dio nombre este espectáculo inmersivo de música, fotografía, poesía e inteligencia artificial que, de acuerdo con los organizadores, por primera vez se realiza en el mundo.
El software de inteligencia artificial, según Alfredo de Stefano, fue programado para responder ante los estímulos de cada sonido emanado de los instrumentos de la orquesta, de los teclados electrónicos, e incluso de un par de mangueras que fueron ondeadas por el fotógrafo y varios asistentes, durante una parte del espectáculo.
La intención de esta programación, desarrollada por Daniel Magallanes, era que el software pudiera convertir los sonidos en imágenes nuevas, lo que sorprendió a los asistentes, quienes pudieron atestiguar en tiempo real las escenas que iban surgiendo de este ejercicio, dentro de las cuales se encontraban desiertos con palmeras, formas geométricas de diferentes colores, y trazos que parecían intentos de flores desérticas.
La pieza musical “Elec 3 Cities”, compuesta por Obed Cortés, de la misma OFDC, permitió que, con la participación del público, la inteligencia artificial realizara disolvencias de algunas de estas formas, relacionadas en su mayoría, con el trabajo de De Stefano.
Al término del espectáculo, los asistentes aplaudieron de pie a los músicos y al fotógrafo, quien agradecido compartió las felicitaciones con todos los integrantes de la OFDC y su equipo de trabajo, que le apoyó en la creación de la parte visual del concierto multimedia.
De Stefano, satisfecho, indicó que se trató de una gran experiencia, y dijo que está en pláticas con varios empresarios, buscando llevar este espectáculo a distintas ciudades del país.
“Estoy muy contento de que se haya logrado (el concierto), era un proyecto muy complejo, muy ambicioso, por involucrar a tanta gente y esta tecnología, lo que es costosísimo; sumar esfuerzos para que se lograra me tiene muy satisfecho", afirmó el artista al finalizar el concierto, que este jueves volverá a presentarse y, seguramente a sorprender, en las instalaciones del Museo del Desierto.
ÁSS