Poesía visceral
Bolaño se sintió siempre, en esencia, un poeta, pese a que el reconocimiento le llegó por su narrativa. Este volumen recoge, además de los publicados en La universidad desconocida, Los perros románticos y Tres, los poemas que aparecieron en revistas, plaquettes y volúmenes colectivos en sus comienzos literarios y que desde entonces han permanecido inencontrables.
En todos ellos ahonda en los temas fundamentales de su obra: el amor, la muerte, el exilio, la literatura... La economía expresiva, la audacia formal y temática, el vanguardismo y la tensión poética convierten a Bolaño en uno de los exponentes más singulares de la poesía contemporánea en español.
FRAGMENTO
Rechazos de Anagrama, Grijalbo, Planeta, con toda seguridad
también de Alfaguara, Mondadori. Un no de Muchnik,
Seix Barral, Destino…
Todas las editoriales… Todos los lectores…
Todos los gerentes de ventas…
Bajo el puente, mientras llueve, una oportunidad de oro
para verme a mí mismo:
como una culebra en el Polo Norte, pero escribiendo.
Escribiendo poesía en el país de los imbéciles.
Escribiendo con mi hijo en las rodillas.
Escribiendo hasta que cae la noche
con un estruendo de los mil demonios.
Los demonios que han de llevarme al infierno,
pero escribiendo.
Roberto Bolaño: Poesía reunida. Alfaguara, México, 2018.
Paz y el 68
Este libro tiene por objeto mostrar el pensamiento de Octavio Paz en relación a las formas de disidencia juvenil que surgieron en 1968, y en particular la que culminó en México con la matanza de Tlatelolco. Carlos Fuentes, Arnaldo Orfila, Vicente Rojo, Juan Almela (Gerardo Deniz), Dore Ashton y Pere Gimferrer son algunos de los interlocutores de Paz que aparecen en esta compilación y que dan cuenta del creciente malestar del poeta por el manejo del gobierno ante la protesta estudiantil.
FRAGMENTO
Lo que sigue es una recopilación de material epistolar escrito por Octavio Paz en el que se refiere a los movimientos estudiantiles en Francia y en México. Inicia con una carta de 1966 sobre un conflicto estudiantil que hubo ese año en la Universidad Nacional Autónoma de México en el que Paz apreció un aviso del porvenir. Termina con una carta de 1970 en la que saluda a unos muchachos que le pidieron figurar como padrino de su promoción.
Perteneció Paz a una generación para la que escribir cartas era una actividad necesaria y rigurosamente considerada por la agenda cotidiana, un calendario paralelo al de los arduos días oficinescos: el dedicado a los afectos, los trabajos privados y la exploración de las ideas con (y a veces contra) sus amigos. Sus cartas, desde su primera juventud, fueron de muy variado temple: las íntimas, familiares y amorosas; las cartas a los amigos, cargadas de debates e ideas, charlas en papel, diferidas o anticipatorias, y las de índole práctica con editores y editoriales, profesores y traductores, colegas en revistas o diarios.
Desde hace veinte años la vasta obra epistolar de Paz ha comenzado a recopilarse y a publicarse. El último libro que llevó su firma en vida —apareció unas semanas antes de su deceso en abril de 1998— fue el primero de su epistolario: su Correspondencia con Alfonso Reyes. En los años siguientes han sido publicadas sus cartas a Pere Gimferrer, a Tomás Segovia, a Jean-Clarence Lambert y a Jaime García Terrés, así como su correspondencia —pues incluye las respuestas de sus destinatarios— con Arnaldo Orfila y José Luis Martínez. Son innumerables las misivas a decenas de corresponsales que han aparecido en libros, revistas y periódicos. La labor de reunir, editar y estudiar adecuadamente la totalidad de la correspondencia de Paz exigirá varios lustros aún y el interés de nuevas generaciones. Servirá para enriquecer y criticar la variada complejidad de su pensamiento y su obra, lo mismo que para apreciar con mayor hondura las circunstancias históricas, estéticas, sociales y morales del prolongado y atribulado tiempo que duró su vida.
Durante lo que llamó “el año axial” de 1968, cargado de tensiones sociales y políticas en todo el mundo, Paz se halla en la India como embajador de México. Se encuentra, pues, relativamente aislado —y más por una serie de huelgas de correos y dificultades para encontrar periódicos que lo hacen depender de su radio, en el que escucha los noticieros de la BBC de Londres—. Es una de las razones por las que aumenta la cantidad y la extensión de sus misivas con intercambios de noticias, análisis, conjeturas y cálculos, un gimnasio epistolar en el que todo se pone velozmente en juego. No son pocas las ideas que se convertirían después en los ensayos sobre la crisis de 1968 y sus alrededores que aparecen primero en estas cartas.
He reunido, con el apoyo de mis colaboradores y amigos, medio centenar de misivas, inéditas la mayoría de ellas, algunas dedicadas completamente a los movimientos estudiantiles y sus entornos políticos y sociales, y otras —a veces un párrafo; a veces un par de renglones— en las que el asunto aparece mencionado al margen de tópicos de otra índole. Estamos seguros de que existen muchas más cartas en los archivos de sus corresponsales en Europa y en Hispanoamérica; de que habrá cartas sobre los movimientos de 1968 lo mismo con Claude Roy que con Julio Cortázar, por mencionar sOlo dos nombres. Así, pues, este libro se resigna a ser el primer paso de una obra en proceso.
Ángel Gilberto Adame (prefacio y compilación):Octavio Paz en 1968. El año axial. Cartas y escritos sobre los movimientos estudiantiles. Ariel, México, 2018.
Juárez al fin
A decir de Paul Valéry, lo que más asombro le causaba en la memoria no era que volvía a decir el pasado, sino que alimentaba el presente: le daba réplica o respuesta, le ponía palabras actuales en la boca. Es de esta forma como Eduardo Antonio Parra traza en esta novela el retrato acucioso, revelador y humano de un personaje que la historiografía y el ideario popular convirtieron en mito. Esta obra singular, de narrativa poderosa y atrayente, es también un enorme fresco de la segunda mitad del siglo XIX mexicano.
Parra establece un doble recorrido, paralelo, entre el recuerdo y la terrible actualidad de un Juárez aferrado a la silla presidencial, disminuido física, moral y políticamente. Al final de sus días ambos trayectos convergen, y pese a todo la memoria y el presente terminan por dar paso a la leyenda. Así, los momentos más significativos de la vida personal de Juárez se empalman con los años más intempestivos de nuestra historia, de la cual él se convirtió en el principal protagonista.
Parra es cuidadoso de los detalles, los ambientes, los gestos, los humores, la escenografía entera del preciso (y precioso) recuerdo. Nos hace sentir espectadores privilegiados de un drama épico con personajes que se muestran convencidos de sus vicios y virtudes, sus convicciones y pasiones, no de su condición exclusiva de próceres de yeso y de bronce.
Eduardo Antonio Parra: El rostro de piedra. Era, México, 2018.
—G. O.