En el límite del silencio y la zozobra
no existen centinelas
En el límite de la perversión y la decadencia
no existen los vivos.
Están de pie muertos en la lejanía,
reflejándose en el río.
El agua es transparente. Justo cerca del fondo
se ve un pez enorme.
Los reflejos de las nubes en una hilera
pasan sin ruido bajo el agua.
Dicen que hay varios planetas
donde no existe absolutamente nada.
Ni demencia ni lucidez.
A donde mires… sólo luz eterna
y las tinieblas no menos eternas.
***
El silencio a tres voces, un coral aldeano de Iglesia.
Los árboles se cubrieron de hielo y resplandecen bajo la luz de la Luna.
De afuera, advertencia, del interior, reproche.
Salvación y ruina son equidistantes.
Dante tiene razón, el juicio y la benevolencia se hicieron a un lado.
Con un rifle en las manos y la indiferencia en la cara
El cazador observa la nieve, ¿de quién son las huellas y a dónde conducen?,
Y ¿qué hay ahí al final?, lo importante, ¿qué hay al final?
***
Entonces, así. Sacas el cofrecito tallado,
rompes el candado con los dientes de las tenazas,
abres y dices: “¡Aparece!”
Del cofrecito surge un palacio tallado.
En el palacio —Kashchéi* con un tazón de shchí**—,
dentro de Kashchéi —la vida de Kashchéi—.
O así. En el campo —un armazón de madera—, encima de él —un roble—,
en el roble —un ramo—, en el ramo —un baúl—,
dentro del baúl —un tejón flaco como una cerbatana—.
En el interior del tejón una codorniz hizo un nido,
Dentro de la codorniz —un huevo—, y en el huevo —una aguja—,
en la punta de la aguja —la muerte de Kashchéi—.
O así. Tienes noventa años
pero sigues activo. Para desgracia tuya
llegas al taller, allí eres mayor
que todos juntos. Tu carnet del partido
ha sido firmado por Trotski en el año veinte,
y llevas un chaleco hecho en los treinta.
Pero te estás tambaleando. Y te precipitas
al suelo con la nuca y así te quedas,
con la voz ronca pides que te ayuden.
Sobre ti se inclinan varios rostros,
la enfermera pone la aguja en la jeringa,
y ¿ qué hay ahí, en la punta de la aguja?
El original en ruso ha sido tomado de: vavilon.ru
Traducción de Ludmila Biriukova
* Kashchéi el Inmortal, personaje maligno de cuentos populares rusos.
** Shchí, una de las sopas tradicionales rusas de col.
Borís Grigórievich Jersonski
(Chernovtsí, Ucrania, 1950)
Poeta ucraniano que escribía principalmente en ruso, traductor y ensayista, de profesión médico psiquiatra. Terminó el Instituto de Medicina de Odesa. En los años 1970- 1980 fue uno de los más destacados representantes de la poesía no oficial de esta ciudad. Su primera publicación legal Vosmaia dolia(Octavo destino) data de 1993. Autor de varios libros de poesía y de traducciones. Recibió los premios: Andréi Bieli y el premio especial de Austria por su libro Semeini arjiv (Archivo familiar); el de la Revista Novi Mir (2008); y el de Rusia por su libro Poká ne stemnelo (Antes de la oscuridad) (2011). Ha sido traducido al ucraniano, georgiano, finlandés, neerlandés, papiamento, inglés, alemán, italiano y búlgaro. Coordina la cátedra de Psicología clínica de la Universidad Nacional de Odesa. Después de los eventos bélicos entre Rusia y Ucrania (2014), se ha declarado pro ucraniano.
AQ