Para Víctor Hernández, Tampico no es ajeno. Vino en 2011 de vacaciones y a ver un espacio, ‘La Guarda Teatro’ donde se presentaron unas obras dirigidas por Ángel Hernández y su familia .
Con una obra que ha ganado a pasos agigantados y su proceso personal, una técnica autodenominada biografía ficcional, el dramaturgo regiomontano se presentó en el puerto jaibo ante público y artistas.
Propios De la mano de una master class, “Biografía escénica y alteridad”, presenta su identidad creadora con un término inventado sobre sus procesos, la biografía ficcional.
“Tengo una trilogía de obras que es una mezcla entre la vida del actor como la vida misma de la persona, y se entre mezcla la ficción, entonces le puse biografía ficcional porque en teoría, la biografía es lo real de la vida, entonces es como echar mentiras de la propia vida, como mentir con verdad, hablo desde el ‘yo’, desde el personaje y un poco con los recuerdos del pasado que se entretejen con historias del contexto social de donde son las personas que habitan, y a partir de ahí se hacen una mezcla entre la ficción y la realidad para contar historias y obras de teatro”.
De antecedente tiene dos obras: una habla de su infancia y del paso a la adolescencia, y la otra de la adolescencia a la adultez. De aquí nació la biografía ficional. El otro antecedente surgió fuera de México.
“Era una inquietud de querer contar esas historias, y me di cuenta que en Argentina, habíauna señora que se llama Vivi Tellas; ella hace un tipo de teatro que ella le llama biodrama que viene de la biografía y el drama, y ella hace justo eso, lo que comenzaba a explorar, y no lo hace con no actores, tiene una obra que se llama “Mi mamá y mi tía” entonces son su Mamá y su tía contando una historia... a partir de ahí descubrí que había como este universo”.
Estos elementos inspiradores vienen desde los sesentas y ya se había visto en la filosofía y luego en la literatura, pero Hernández quiere llevarlos a la autoficción.
“Quiero contar la experiencia de esta trilogia de obras y cómo las construí, la idea del taller es sembrar la semillita, las problemáticas personales que tenga que ver con el entorno, como poder hilar la cercanía con el otro, desde lo teórico. Hay un ejercicio de narrar el día de su nacimiento, de cómo se los contaron y cómo les hubiera gustado que fuera, siempre los recuerdos de lo que te contaron tus padres” , relató.
El viernes presentó el masterclass, y el jueves, “Radio Piporro y los nietos de don Eulalio", una obra que ha dado mucho de qué hablar. Es la auto ficción de unos tipos que dicen ser los nietos de ‘piporro’ pero son unos farsantes que tienen un programa, seres extraños, irreverentes, delirantes como el lenguaje que se usa en el noreste de México.
Mezclan la vida de ‘piporro’ con su propia vida y con la vida de su abuelo, y cuentan una serie de desventuras donde el huye de la frontera de Estados Unidos porque a fuerzas lo quieren llevar a trabajar allá es como una lucha que un chico no quiere ser un migrante más, un chico que lucha por su identidad.
El tema se adapta a los tiempos de la migración “El Piporro fue un revolucionario, un rockstar fue el que inventó el taconazo fue el que inventó el lenguaje norteño” dice Hernández.
GINS