En su papel de embajadora de buena voluntad de los pueblos indígenas de la Unesco, Yalitza Aparicio aseguró que las comunidades indígenas pueden aportar muchas cosas a la sociedad, “sólo es cuestión de que nos brinden las oportunidades, que no sólo se nos integre de manera aparente y diga ‘sí, existen, están ahí, sabemos de ellos, pero no conocemos sus costumbres y su forma de pensar’”.
Durante la ceremonia de inauguración del Evento de Alto Nivel Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas, con la presencia de la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, además de la secretaria de Cultura del gobierno de México, Alejandra Frausto, la actriz recordó que desde la concepción de México como una nación independiente, las comunidades indígenas se han considerado ajenas al resto de la sociedad, “en muchas ocasiones nos han hecho creer que no tenemos nada que aportar, pero no es así”.
“Hoy estamos aquí para mostrarle a nuestra gente que somos capaces de realizar lo que queramos, a pesar de que nos han hecho creer lo contrario. Y para llegar a donde estamos no fue necesario negar quienes somos, no fue necesario agachar la mirada ante ofensas. Fue necesario contagiar al resto del país y del mundo el orgullo que sentimos por nuestra identidad”, enfatizó Yalitza Aparicio.
La directora general de la Unesco recordó que el mundo se hablan más de siete mil lenguas originarias, principalmente por pueblos indígenas, quienes ocupan cerca de 25 por ciento del planeta, “por lo que sus conocimientos, tradiciones y formas de ver al mundo son fundamentales”.
“El primer desafío consiste en preservar la supervivencia de esos pueblos como tales, en particular poner freno a las amenazas que se ciernen sobre ese entorno, ya sea debido al cambio climático o a la sobreexplotación de los recursos naturales por el ser humano”.
Desde la perspectiva de Audrey Azoulay, es indispensable promover el multilinguismo en la escuela, porque “no se puede aceptar que el 40 por ciento de los alumnos no reciban enseñanza en su lengua materna”; la extinción de las lenguas no sólo representa una reducción antropologíca: “es empobrecimiento, es pérdida de inteligencia del mundo, necesitamos preservar la hospitalidad de nuestro planeta”.
En la ceremonia, en que la también estuvo presente Irma Pineda, representante de América Latina y el Caribe en el Foro Permanente de Pueblos Indígenas de la ONU, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, llamó a desarrollar diferentes esfuerzos para que la lengua no sea motivo de discriminación, sino de orgullo.
“Y vamos a honrar la memoria de Miguel León Portilla en este decenio. El Año Internacional de las Lenguas Indígenas fue el que lo vio partir, pero nos dejó muy claro el legado: que la humanidad no se empobrezca más. Hagamos todo lo que esté en nuestros recursos, en nuestras manos y en las voluntades nacionales e internacionales para que no muera una lengua más, para que no existe un hablante menos, porque no existe lengua sin pueblo”.
Las actividades del Evento de Alto Nivel Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas servirán como eje para los trabajos que se desarrollen entre 2022 y 2032, sobre todo ante el peligro que enfrentan las lenguas: se hablan alrededor de siete mil, “pero el 90 por ciento podrían extinguirse antes del final del siglo”, en palabras de Audrey Azoulay.
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