Liliana Ibañez se jugará todas las cartas en 2019 rumbo a Panamericanos

Después de ser la primera mexicana en romper la barrera de los 53 segundos, la nadadora seguirá trabajando en su técnica en los entrenamientos para buscar mejores tiempos en el Campeonato Mundial y los Juegos Panamericanos

Liliana Ibañez (Mexsport)
Miguel Boada
Ciudad de México /

La atención se la llevó cuando paró el cronómetro en 53.93 segundos en los 100 metros estilo libre, algo que ninguna mexicana había hecho, y cerró su gira asiática dejando como mejor tiempo un 53.19. A pesar de ser un momento histórico, el análisis que sacó, arroja que aún hay detalles técnicos por mejorar, y es en esos en los que enfocará sus entrenamientos para poner a prueba sus avances en el Campeonato Mundial y en los Juegos Panamericanos, donde va por nuevas marcas.

Liliana Ibáñez dio un aviso en los Juegos Centroamericanos 2018 al llevarse nueve medallas, cinco de ellas de oro, aunque su tiempo fue de 55.39 en los 100 libres.

Entonces siguió entrenando en Texas para preparar su viaje a Japón y Singapur para la Copa Mundial de curso corto, en la que dio el siguiente paso. Ahí estableció la primera marca al terminar los 100 en 53.93, que aunque no le alcanzó para meterse a la final, sí la convirtió en la primera mexicana que bajaba de los 54 segundos. Entonces llegó la siguiente etapa del tour, Singapur, donde su tiempo ya fue de 53.19.

“Estaba en el plan (mejorar los tiempos), pero no es lo mismo tenerlo en el plan que reflejarlo en la alberca”, explicó Ibáñez. “Se dieron los resultados porque entrené muy duro. Todos los días me levantaba con un objetivo y me dormía con el mismo objetivo, y al final pude romper el récord tres veces en los 100”.


Ese salto fue emotivo mas no sorpresivo, ya que se está dando después de utilizar un plan de trabajo profundo con su entrenador, Steve Bultman (de la Universidad de Texas A&M), donde aplicó tanto datos como análisis de su forma de nadar.



“(Bajar) una centésima es un mundo, pero lo más padre es que después fui mejorando ese mismo tiempo. Prácticamente le bajé un segundo en una semana y eso fue el resultado de haber competido tanto. Fue una gira muy bien planeada, porque primero fue en Tokio, obtuve los datos con los que hice un análisis, lo llevé a Singapur para ver las cosas que debía corregir”, continuó.

Con ese desempeño cerró su actividad competitiva en 2018 y acumuló toda la información con la que armará su plan de entrenamiento de los próximos meses en

Estados Unidos, donde reside.

Esa información le permitirá saber lo que tiene que hacer para ir reduciendo la distancia que existe todavía entre sus tiempos y los de las que suben al podio. Por ejemplo, la sueca Sarah Sjöström cerró los 100 libres en Singapur con 51.13, que son 2.06 segundos menos que lo que hizo Ibáñez en esa competencia.

“Ese sexto lugar fue frente a nadadoras que son campeonas mundiales y recordistas, e hizo que todo tuviera un cierre extraordinario”, continuó.

Liliana, quien explicó más a detalle cómo se da esa diferencia a pesar de ser físicamente muy similares. 

"Fisiológicamente somos iguales, pero sí hay cuestiones técnicas que tengo que depurar y que parecería un detalle insignificante como la posición del codo y el ángulo de la mano al dar la brazada, pero esos pequeños cambios marcan diferencia brazada a brazada, y de ahí se dan las separaciones", sentenció.

Ahí es donde tenemos que mejorar, porque el análisis es por brazada y con lo que estamos haciendo es posible mejorar los tiempos y competirles”, sentenció Ibáñez, quien pondrá a prueba sus avances directamente en el Campeonato Mundial de julio en Corea. “Ahí voy con todo, me voy a jugar todas mis cartas”.

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